28.4.07

Los 10.800 de Antena3

Anoche 10.800 personas según los datos de Antena3, llamaron para decir que no querían ver el vídeo de Paquirrín, que es un señor grueso y con cara de rústico, en el programa en el que casi lo único que se trataba era precisamente eso, que habían conseguido un vídeo tremendamente espectacular.
Pensemos.
1º Los 10.800, se gastaron unos euros en decir que no querían ver lo que realmente estaban viendo.
2º Los 10.800 decidieron seguir viendo el programa aunque eso si, sin querer ver lo "importante" que era el motivo del programa.
3º El resto de 3.000.000 de espectadores no tienen ni voz ni voto, porque como no se gastan en llamadicas, ¿ahaaaaaaaaaa? pues no cuentan.

Es como ir a un bar, pedir una caña con una tapa de calamares, pagarla antes de que te la sirvan y después decirle al camarero que en realidad no la quieres porque te sabe mal que tenga que mancharse las manos. Y sigues además en el bar mirando a los demás que donde el 65% de los clientes que pagan extra hacen lo mismo; pedir y no querer.

Claro que también cabe la posibilidad de que Paquirrín, el dueño del secreto mejor guardado del mundo, sea quien haya hecho las 10.800 llamadas, él solito con sus amigos, para que no se vea lo que se tenia que ver.
Mucha pasta para tamaño personaje, digo yo. ¿Podremos seguir viviendo sin esas imágenes tan impactantes?, ¿después de las pistas que dieron los periodistas, se querellará Paquirrín por no poner las imágenes?

26.4.07

David Angulo (un artista o dos)

David Angulo es un señor que se me presentó hace ya años en mi despacho con su currículum de diseñador gráfico y me dije sin decirle ––¡jope!, es bueno.
Seguí su historia, seguimos mejor dicho su historia toda la familia, sin que él supiera nada. Me interesó la persona porque sabía que tenía algo más que unas buenas formas y un carisma especial. No era músico, era artista.
Y no me equivoqué en nada. Creo yo.
Conocí más a Jon, a Joni; y seguíamos a Marisol en sus trabajos sabiendo que su humor era tan especial que tenía que triunfar o perderse en el vacío de los idiotas que no saben distinguir lo bueno de lo mejor.
David, este mes me tocaba comprar disco. Comprar de verdad. Y tendrá que ser el tuyo. Espero que los otros amigos a los que les compro se esperan a Mayo cuando menos. Se que tu disco no me va a defraudar, es imposible porque los amigos secretos no engañan, y ahora tiene la ventaja de que ya existe en mi bolsillo un IPod.

Internet para un catedrático de Humanidades

Ayer tuve la suerte de hablar de Internet en una velada intensa, con un amante de las letras y de la información. La pregunta era necesaria. ¿Qué crees que es y será Internet? (hablamos del Internet serio, del de la información e investigación, del de la cultura nueva)
Para mi amigo, Internet es una buena herramienta, un cajón de sastre, un gran almacén en donde todo cabe, incluso las trampas y las mentiras, por error o para mala fe. Es un lugar tremendamente mal organizado, en donde cuesta mucho avanzar en la búsqueda de la información importante y en donde se llega hasta unas puertas cerradas en las que te quedas atascado porque ya no hay más detrás de ellas. Es como una gran enciclopedia casera a la que se puede consultar temas de media dificultad pero que no sirve ni cree que servirá nunca, para poner a disposición de todos la información valiosa, la que no es de conocimiento público.
Y la que ya es de conocimiento de todos está en libros.
No es, más que el mismo vehículo que ya existía hace 100 años, cuando la gente a que le interesaba un tema consultaba resúmenes o información publicada, pero que si lo que deseaba era avanzar tenía que investigar con gran esfuerzo y sacar de entre las piedras lo que faltaba y que era lo que añadía algo de valor a lo existente.
Es cierto que hoy la trasmisión de información es mucho más rápida, pero no mejor. Unos investigadores no dejan sus descubrimientos en Internet, dejan a lo sumo la noticia, y transmiten a ciertos colegan los avances al igual que lo hacían en el siglo XIX; o por carta, o de viva voz, o en congresos. Pero nunca por Internet porque no es fiable para ellos.
La información vale mucho y no se puede regalar, y además lo que es más necesario, hay que controlar en manos de quien puede tener todo tipo de información. La única manera de controlar sin restar libertad es no poner en la red aquellas informaciones que puedan ser mal utilizadas.
No sabe bien qué puede suceder con los blog, primero porque son “nuevos” como fenómeno en la red, y porque sabiendo que cuesta mucho esfuerzo mantenerlos en calidad es inevitable una criba importante en los próximos meses o años, y lo que quede es un misterio todavía, porque las personas que están detrás de los buenos pueden, ya que saben, cambiar de herramienta.
Ciertamente no me sacó de muchas dudas, si bien él emplea bastante la red, más para revisar lo que ya se sabe de sus temas de investigación y tratar de no repetir lo obvio, que para crecer en conocimientos. La sensación clara que tuve es que no cree en la red como un lugar que recogerá todos los conocimientos de la humanidad. Estos conocimientos seguirán estando en las mismas manos de siempre, en ciertos sectores sociales que los cuidarán, algo que no me separa mucho de lo que ya se hacía desde la Edad Media.
Yo puse encima la duda de que puede haber gente que por ciertos motivos sí que desee compartir su información profesional o de investigación con todos. Bien gente de cierta edad que no desea sacar un provecho económico, bien gente cabreada con el sistema de investigación, o personas que desde un mundo marginal en cuanto a la cultura (tercer mundo por ejemplo) desean romper con el sistema y empezar una nueva manera de intercambiar información. Sus respuestas fueron simples pero contundentes.
Información gratis pueden dar, pero si no tienen herederos o son tan tontos que no la van a poder vender nunca.
Si la red se convierte en un reducto de gente cabreada a la hora de entregar esa información de primer nivel, él aconseja no fiarse de los cabreados.
Y sobre la tercera posibilidad está claro que lo que hay que hacer es apoyar al mundo pobre en todo lo que necesita, pero más todavía a los investigadores pobres para que el propio sistema los acoja y los frene en sus ansias de regalar.
Añado que él como persona está en gran medida en contra de estos planteamientos, pero la pregunta que yo le hice no era lo que él desearía que fuera Internet sino como cree que es y será.

25.4.07

Antonio López Torres

El humanismo a veces se regala, se contagia, se puede ver y oír, se puede copiar si tenemos la suerte de que nos lo traigan a nuestro regazo.
Escuchar algunas frases de gente sencilla pero tremendamente inteligente, reconforta y da ánimos, da gasolina para días.