22.3.08

La autocensura

La autocensura es la forma más asquerosa de censura que existe. Bueno, excepto la violenta, claro. Cuando nosotros mismos somos los que nos coartamos la libertad de opinión, de expresión, de decisión, estamos dejando de hacer algo importante, cercenando la posibilidad de que algo crezca y se desarrolle, tome vida y libertad.
La libertad tiene que ser total, pero…
…pero a veces, inevitablemente, es necesaria esconderla un poquito para cuidarla.
El silencio público no es contrario al silencio privado, no es contrario a la utilización de los mecanismos necesarios para “hacer cosas”.
No todo se debe decir en voz alta, no todo se debe hacer con luz y testigos, porque en todo tipo de partidas de ajedrez, las jugadas sólo se conocen según se van realizando, nunca se le avisa al que tienes sentado enfrente de la mesa, qué es lo que buscan con ese movimiento tonto, qué es lo que exploras con esa pérdida de calidad o de pieza.
El contrario, al que se le supone una inteligencia igual a la tuya, debe detectar los futuros movimientos, esas son las reglas del juego, y debe saber defenderse de tus ataques. Pero en este caso como en muchos otros, el silencio y el trabajo intelectual soterrado tienen que ir acompañados el uno del otro.
La autocensura es una barbaridad mental a veces inevitable.
El trabajo en silencio es el antídoto que evita la autocensura.
Gracián, Gracián, siempre Gracián.

20.3.08

El culo de Zaragoza

Todas las ciudades tienen su culo, su zona sucia y de desechos, por donde evacuar lo que no se necesita. Es necesaria.
Las organizaciones también lo necesitan.
No es posible vivir sin estar constantemente desechando parte de lo que te alimenta o mejor dicho, de lo que te alimentó. Es ley de vida, sucia, pero ley de vida.
Constantemente todos necesitamos ir limpiando y vaciando nuestro cuerpo de aquellos desechos que nos impiden seguir alimentándonos para sobrevivir, y siempre además se realiza ese acto normal en un lugar apartado, pero con luz y tranquilidad.
Es cierto que poca gente va de visita a los lugares en los que se evacua, pero están a la vista de quien desee ir a verlo. Ni se deben esconder demasiado ni es posible dejar de tenerlos.
Lo que las organizaciones suelen hacer es no ir de visita, olvidarse de que existen pero dedicarles una atención callada pero suficiente para que no se corrompan.
Poner estos sitios al final del aire, para que no molesten con sus olores.

18.3.08

Relación Estado / Iglesia

Sobre este tema, yo ya empiezo mal, muy mal. Comienzo por un titular erróneo.
Debería decir relación Estado / Iglesia Católica, porque con el resto de iglesias, algunas cristinas y otras no, el Estado tiene una relación bien distinta y algo tímida.
La Iglesia (con mayúsculas), es ese Ente (también con mayúsculas) que produce miedo, y esto debe ser así, como en los asuntos de Fé (también con mayúsculas) porque si no, resultaría inentendible tantos miramientos, tantas cortesías, tantos cortesanos.
La última revolución en Zaragoza ha sido la de encontrar entre todos una Hostia (también con mayúsculas) sin glutén, que aunque ustedes no se lo crean es un componente del trigo y no de Dios (también con mayúsculas).
Si para un niño celíaco, tenemos que traer una hostia (como la envían sin consagrar es con minúscula) desde Inglaterra, puede ser por varios motivos.
Uno de ellos que Dios no ocupa la totalidad de la Hostia cuando es consagrada y deja el gluten sin ocupar, quedando este siendo trigo y no Dios.
La otra que en temas de hostias, como las inglesas, nada de nada.
Queda también la posibilidad de que los curas españoles, no sean capaces de consagrar con todas las de la ley una hostia nacional, y en realidad nos estén engañando porque lo que dan en la Comunión no es en realidad carne de Dios, sino gluten y algunas otras materias por determinar.
Yo creo que este tema, si no es por la Fé (también con mayúsculas) es complicado de asumir, y con la Fé también.
Estamos llegando al momento en que es inevitable divorciarse de la Iglesia, pagarle con la moneda que tanto han sufrido, el divorcio.
Nada es ya para toda la vida, ni el matrimonio ni las relaciones Iglesia/Estado, que esa es otra, los medios se empeñan en poner por delante a la Iglesia como si fuera ella la que tiene a bien tener la relación con el Estado y no al revés.
¿Y quien se quedará con los hijos en el divorcio?
Yo me pido con el Estado, porfa.

La soledad

Hoy voy a hablar de la soledad en positivo. De ese espacio de tiempo que todos necesitamos cada día, para dedicarlo a nuestro encuentro, a hablarnos o a simplemente descansar plácidamente o a disfrutar de algo simple pero que nos gusta, y que pueden ser muchas cosas personales, pero que acompañadas de una dedicación totalmente para un@ mism@ sirven para algo más que para darnos tranquilidad, pues nos ayudan a vivir, a darnos placer sobre lo sencillo.
Tod@s necesitamos media hora al menos, para dedicarnos en armonía y silencio, en soledad pero acompañados de nosotr@s misms@s a repasar el momento, a parar la pelota y repensar, a simplemente dejar llevarnos de la nada.
Leer un libro en silencio o con nuestra música, hacer unos ejercicios de respiración o de relajación, escuchar sonidos que nos recuerden algo, simplemente estar tumbado@ con muy poca luz, tomar un café en un local leyendo el diario, jugar en el ordenador, escribir un diario, un blog, hacer algo de gimnasia, ver cine sin pensar en nada más, ver imágenes del recuerdo. Usted seguro que tiene algún deseo diario que le resulta complejo de hacer y que le gustaría. Pues ese es el motivo que debe buscar.
Y hacerlo todos los días. SU tiempo le pertenece, simplemente se está pidiendo media hora diaria para usted, es muy poco.
¿Que no tiene tiempo?, no, es incierto; si acaso tiene el tiempo diario mal organizado.
Si usted dedica media hora al día a su persona, a usted que también existe, las otras 23 horas y media le rendirán mucho más que las 24 de antes, le resultarán más placenteras, todas, que si sigue atad@ a la necesidad y la imposibilidad de poder encontrar un tiempo para usted.
Y si hay días en los que no es posible encontrar esa media hora, no se sienta culpable, asúmalo, pero no abandone. Siga buscando SU media hora todas las jornadas.
Los que le rodean también se lo agradecerán.