27.10.08

Una nueva izquierda para nuevos tiempos

El futuro se está escribiendo en estos meses, un futuro que servirá para las dos próximas décadas. Y la izquierda occidental no está reaccionando con fuerza.
A veces confundimos la fuerza con la calle y cometemos los errores de siempre. La izquierda está en las ideas, en las propuestas, en los posicionamientos de los intelectuales.
Recurrir a la calle es emplear herramientas del siglo XIX para problemas del siglo XXI. Hoy la sociedad no está en la calle, está en el hogar informándose e intercambiando opinión. Está en la fábrica soportando malas condiciones de trabajo pero aguantando porque no encuentra salidas.
Hoy la sociedad global no se va a movilizar en la calle, pero si que demanda nuevas soluciones a sus nuevos problemas.
El sistema tiene herramientas para defenderse de la presión de la calle, del alboroto o de la reunión, de la manifestación de unas horas o de la demostración de fuerza que manipulan como ellos quieren.
Para enfrentarse al sistema contra los problemas que él genera, se necesita una nueva izquierda con nuevas ideas, capaz de tener influencia en la sociedad sin tener que recurrir a la calle, a que se la sume y se la compare.
La calle ya no es hoy una herramienta de manifestación, de planteamientos de ideas. Es la sociedad la que debe moverse, pero desde otros parámetros.
¿Qué produciría más efecto, una manifestación en la calle a la que acuden 300 personas o 300 solicitudes de actuación a una autoridad aragonesa ante un problema concreto?
¿Qué suma mejor el Estado, cien mil personas en la calle durante 2 horas o cien mil personas dejando de consumir durante un día o una semana ciertos productos?
¿Mejor manifestantes que cuenta y descuenta o consumidores de todo tipo de servicios que invaden o abandonan lugares?

26.10.08

La crisis y los trabajadores

Todos sabemos los millones que han perdido los que juegan a bolsa, los que tienen sus ahorros puestos en la bolsa. Nos martillean con la tasación de los valores inmobiliarios.
Pero no nos dicen de qué forma nos va a afectar a todos nosotros esta crisis, también a los que ni tenemos valores en bolsa ni en activos inmobiliarios.
Es cierto que los trabajadores no cuentan en los medios, simplemente somos consumidores, y que de momento seguimos trabajando.
Pero lo cierto es que la crisis nos va a afectar a todos, vamos a perder todavía más, la calidad en el puesto de trabajo, es posible que nos suban los impuestos con mesura y que de esta, no va a salir más que dinero de todos, de "papá Estado" para bancos que ahora simplemente ganan menos.
Es cierto que un Estado no puede funcionar sin banca y sin bolsa.
De momento.
Pero tampoco puede funcionar sin trabajadores y nadie dice nada.
Los pobres serán más pobres, pero poco más pobres. Los grandes paganos de la crisis serán las clases medias, más las que están cerca de no ser media.
Me gustaría que se tomaran medidas para que la vivienda fuera de más fácil acceso. Que se pudiera rejuvenecer el mercado de trabajo con una generación muy bien preparada pero con trabajo basura.
Me gustaría que se invirtiera más desde el Estado en ayudar a los más necesitados, pero no para taparles la boca con las ayudas sociales, sino para darles oportunidades.
En realidad estoy harto de las "ayudas sociales", me resultan vergonzantes. Hay que dar oportunidades y formación, hay que ayudar a conseguir desde la libertad y la responsabilidad.
Y ya me callo.

25.10.08

Concierto homenaje a Violeta Parra en Madrid

Este domingo en el Círculo de Bellas Artes Ángel Parra dirige un espectáculo basado en el repertorio de su madre. "El concierto tiene algo de reunión familiar porque también tocan sus nietos: Ángel y Javiera, además de otros músicos, incluidos piano y chelo", explica. Violeta Parra, mítica cantautora y folclorista chilena, nació en 1917 y se suicidó en 1967. Es autora de decenas de canciones populares, entre ellas el clásico "Gracias a la vida".
Su hijo resume así sus recuerdos: "Vivió intensamente. Se levantaba a las cinco de la mañana y se ponía a componer, pintar, hacer la comida. Cuándo me preguntan por qué se suicidó respondo que no lo sé y que nadie lo sabe, pero yo tengo un profundo respeto por una persona que toma una decisión de tanto coraje. Me impresión es que, entre otras cosas, no soportaba la mediocridad nacional del Chile de la época. Los entes reguladores de la cultura le negaban el coche que ella necesitaba para recoger canciones en la playa, el campo y la montaña. Ahora para esta entrevista tu tienes una grabadora maravillosa. Mi madre se hubiera vuelto loca por ella. Entonces salíamos con una grabadora polaca enorme que cargaba yo como una mochila. Llegábamos al sitio y no podíamos usarla porque no había electricidad. Ella sola recopiló tres mil canciones del folclore y la tradición".

La España de la predemocracia recuerda muy bien sus canciones, sus mensajes de libertad, de amor a la vida, de fuerza.

Preferencia de lectura de los españoles. Qué leemos.


De los datos que proporciona este nuevo Publiscopio de los Libros (publicado en el año 2008, ojo), me fijaré aquí, en primer lugar, en algunos resultados especialmente significativos respecto a las diferencias lectoras entre varones y mujeres. Desde los años setenta todas las encuestas sobre lectura de libros detectan una práctica más frecuente y más intensa en las mujeres, invirtiendo una pauta secular de diferenciación. Esta encuesta, por supuesto, lo prueba de nuevo; pero además proporciona algunos datos muy significativos respecto a esa evolución.

Actualmente, la proporción de lectoras frecuentes entre las mujeres supera en seis puntos la de los varones: hay entre las mujeres un 36% de lectoras frecuentes frente a un 30% entre los varones. Los no lectores (quienes no leen nunca o casi nunca) son un 52% entre los varones y un 45% entre las mujeres. Pero estas diferencias globales encierran otras más significativas aún por grupos de edad.

Las mujeres y varones mayores (de 60 y más años) se distribuyen según su frecuencia de lectura en proporciones parecidas. Pero en cuanto baja la edad, las mujeres se diferencian más de los varones. Entre los jóvenes (18 a 29 años) hay un 39% de lectoras frecuentes por un 31% de varones; entre los de 30 a 44 años la diferencia es aún mayor: 41% de lectoras frecuentes, diez puntos más que en los varones; entre los de 45 a 59 años hay, como entre los jóvenes, ocho puntos de diferencia (34% entre los varones y 42% entre las mujeres).

Una idea muy difundida que habría que matizar es la de que los jóvenes no leen libros. No es cierto: los datos del Publiscopio, que se refieren exclusivamente a la lectura en el tiempo de ocio, indican que los jóvenes leen sólo ligeramente menos que los adultos de edad intermedia y más que los mayores. Entre los de 18 a 29 años hay un 35% de lectores frecuentes (36% en los de 30-44; 38% en los de 45-59; y 25% en los de más de 60 años); y sólo un 42% son no lectores, menos que en cualquier otro grupo de edad.

La cuestión religiosa

Hay también diferencias significativas –menos conocidas–relacionadas con la ideología. Estas diferencias están mediatizadas en parte por la distinta composición de edad de los grupos ideológicos, con mayor proporción de jóvenes o de mayores en unos que en otros. Pero aunque este factor explique en parte las diferencias, no les resta significación.

En primer lugar, hay diferencias notables según la religiosidad. La diferencia es pequeña entre católicos practicantes y no practicantes: hay entre los practicantes una mayor proporción de no lectores que entre éstos (55% entre los practicantes y 50% entre los no practicantes), pero en los dos grupos la misma proporción de lectores frecuentes (30%). La diferencia, en cambio, es mucho mayor entre los católicos practicantes y los ateos y no creyentes. 

No cabe duda de que éstos son mucho más cultos, al menos en sus hábitos de lectura. Entre ateos y no creyentes la proporción de lectores frecuentes es del 49%, diecinueve puntos más que entre los católicos. Y la proporción de los no que no leen libros es mucho mayor entre los católicos (52%) que entre los no creyentes (33%).

Por ideología

En segundo lugar, hay también diferencias significativas, aunque menos amplias, según la ideología política. Tomando el indicador del voto, podemos comparar los hábitos de lectura de los votantes socialistas, los del PP y los de los demás partidos.

En conjunto, son los votantes de los partidos minoritarios (IU, UPyD y nacionalistas) los más lectores: son lectores frecuentes un 46%, y entre ellos el número de no lectores representa sólo un 21%. (Aunque los resultados de los tres subconjuntos son menos significativos, por el tamaño más reducido de las muestras, hay que observar que el resultado de conjunto vale, en grueso, para cada uno de ellos). Está claro que los que se apartan del voto mayoritario son, por tanto, si no más cultos, al menos más leídos…

Las diferencias entre los votantes del PSOE y del PP son menores, pero también significativas. Entre los votantes socialistas hay un 34% de lectores frecuentes y un 48% de no lectores; entre los votantes del PP, los lectores frecuentes son un 29% y los no lectores, un 53%. Parece que la izquierda sigue siendo un poco más leída que la derecha.

Una observación final respecto a lo que se lee. En esta encuesta unos 1.800 lectores declaran haber leído durante el último mes unos 2.400 libros, aproximadamente 1,3 libros por persona. De estas 2.400 lecturas algo más de la mitad (53%) se concentran en veintiséis títulos.

Entre esos veintiséis títulos, que han sido leídos durante el mes pasado cada uno de ellos por más de 40.000 personas, según nuestra estimación, están los best sellers de Dan Brown, Ken Follet o Ildefonso Falcones; pero también novelas premiadas por la crítica, como las de John Boyne, Alberto Méndez o Juan José Millás. 

Y aparte de esos veintiséis títulos más leídos, los lectores entrevistados mencionaron casi novecientos títulos más, de muy diversos géneros. No es cierto, por tanto, que lo único que se lea sean best sellers, ni que los libros más leídos sean sólo productos del marketing.