29.1.11

Yo tampoco estoy a favor de la reforma de las pensiones, pero…

En pleno análisis de la reforma de las pensiones y sin haber asumido los cambios por parte de casi nadie, cabe preguntarnos si era inevitable y el mejor camino posible. Lo cierto es que hay una desafección enorme entre la población española y sus
líderes políticos, grave y tensa que se mantiene en el tiempo y que hace que nada de lo que se haga se entienda.Y a la vez es ceirto también, que sin reformas el sistema estaba condenado al fracaso en pocos años.
Hay algunos condicionantes que hacen inevitable la decisión de modificar el sistema de pensiones, aunque nos parezca una aberración ordenar que se trabaje hasta los 67 años después de toda una vida dura de labores y sobre todo en puestos de trabajo “de verdad”. Sean trabajos físicos o intelectuales, pero en los que hay que aguantar duro un horario y un sistema poco sensible a veces. Y mientras, teniendo a una juventud mucho mejor preparadas y en el desempleo.
Pero es cierto que NO queremos pagar más impuestos. Que Europa presiona muy fuerte. Que en la actualidad se trabaja menos años y se vive más años. Que hay una cierta cultura de no valorar el puesto de trabajo como un activo que tienen un componente añadido al del sueldo mensual que hay que poner en valor.
Tienen que cambiar muchas cosas en nuestra sociedad sobre todo porque en los últimos años (ojo, hablo de unos 20) nos hemos ido desplazando hacia la improductividad, hacia el asentamiento de que “papa Estado” nos resolverá los problemas a la vez que nos negamos a asumir el valor de los impuesto. Nos hemos asentado y admitimos como normal la corrupción política, el pelotazo, la suerte, el silencio social. Y así es normal que nos utilicen y no seamos capaces de entender nada. No existe empatía entre los que mandan y los que obedecemos, no deseamos entender nada de lo que nos van mandando y reformando, y así es imposible avanzar. Y lo malo es que no veo a corto plazo solución sencilla para una sociedad que debe mejorar.
Y no, no estoy a favor de la reforma de las pensiones, aunque entienda que algunos aspectos eran inevitables. Y creo que los sindicatos no han estado a la altura en estos años. Y creo que esto es sólo el inicio de una serie de reformas sobre todo en el mundo laboral, que resultan lógicas pues es inadmisible que cada vez que tose la economía crezcamos hasta cinco millones de desempleados. Así no se soporta un Estado de bienestar y moderno, es imposible.

El día de San Valero representa un día de renovación, de cambio

El día de San Valero representa un día de cambios, de análisis profesionales en mi ya viejo trabajo de fotógrafo de Artes Gráficas. Ha sido una casualidad (casi) que sea hoy el día elegido para iniciar esta ventana, a cambio de
cerrar otra. Porque este lugar nace a cambio de cerrar otro asentado, con un número importante de visitas aunque nunca es suficiente, pero que representaba un pasado profesional que deseo cerrar definitivamente. Esta ventana nace pues con el valor añadido de saber qué es tener un blog y con la trampa escondida de que ese peso hace complicado elegir una sola temática, un enfoque sencillo y limpio pues es mucho lo que se cierra, mucho lo que se deja atrás. Nuevo blog pero con el peso encima del recuerdo de su antecesor, que tendré que olvidar pues nada es igual en la vida, por mucho que se intente. Nadie que tiene dos o más hijos, puede decir que a igual educación y atención se obtienen iguales resultados. Cada hijo sale y crece ante la vida de manera totalmente dispar, incluso aunque dispongan de suficientes detalles iguales.
El día de San Valero representaba un día laborable para toda España excepto para Zaragoza; y por ello era día a utilizar para visitar proveedores, empresas de colegas fuera de tu ciudad, entablar relaciones nuevas, decidir inversiones y cambios, observar maneras y nuevas tecnologías. Era pues día de cambio, de renovación profesional. Era día de inicio.

Me gusta Madrid y Barcelona. Debo estar loco.

Soy de esas raras aves que hablan muy bien de Madrid y de Barcelona. De ambas. Parece incompatible, o la menos eso dicen, pero cada una, desde su espacio diferente me llenan, consiguen cargarme las pilas y dejarme como nuevo. Las elijo alternativamente, tal vez por su diferencia
y así lograr lo complicado, que se complementen en mi. De una elijo la familiaridad de sus grandes calles, de la otra los secretos de sus callejas del centro que cada vez que voy me sorprenden con diferentes colores. De una sus majestuosos museos, pero de la otra su arte de calle y la particular manera de entender la pincelada suave que va dejando huella sin casi notarse.
Incluso cada día me gustan más sus gentes, se me abren más lo cual no siempre ha sido sencillo en algunas décadas pasadas. Hay altibajos pero ahora están en un buen momento. Acabo de regresar de Barcelona y vengo como nuevo, con ganas renovadas. No sé si no irme otra vez, ya veremos.

No es un blog de fotografía, aunque si es el blog de un fotógrafo

Hace más de 35 años que empecé a virar en sepia, que las manos empezaron a oler maravillosamente a fotografías viradas en sepia, en naranja, en marrones, en grises cálidos.
Ha sido todo un largo camino hasta llegar aquí, en donde he aprendido, he
enseñado, he logrado vivir de la fotografía, me he hundido con ella. Ahora ya no vivo más que de mis esqueletos ahorrados, he recogido velas e intento vivir de mis recuerdos pero sin morir por ellos. No pienso hablar de fotografía, o casi, pero si de sociedades, de posibilidades personales, de opiniones, de caminos nuevos y viejos, de visiones nuevas pues cada día nos cambia el color del cielo bajo el que sobrevivimos. Aquí estaré, aquí me encontrarás.