15.2.11

Telecinco cierra Operación Triunfo 2011

Operación Triunfo 2011 echa el cierre este domingo, en otra falta de respeto de Telecinco digna de premio gordo. Algo habitual en una cadena que no considera a sus teleespectadores desde hace muchos años.
Yo no veía Operación Triunfo pero me parece una barbaridad su cancelación, como la de otros programas que caen a las pocas semanas de empezar, por lo que representa para aquellas personas que siguen los programas suspendidos. En este caso además, con el añadido de haber jugado con concursantes que ya nunca podrán desarrollar su carrera artística con normalidad.
Es cierto que tenía poca audiencia por muy diversos motivos, casi todos achacables a la propia cadena que ahora suspende su emisión. Casi ninguno a los concursantes y si acaso a los telespectadores, por no seguir en avalancha un programa viejo, caducado, sin ritmo, falto de calidad en su realización. Simplemente han (hemos) elegido otras opciones mejores para nuestros gustos. Pero hay que aguantarse, puñeteros, y saber administrar también las derrotas.
Las señales que dejará Operación Triunfo no serán pequeñas, y las heridas tardarán en cicatrizar. No será una decisión que caerá en el saco de los perdonable para muchos críticos, ni tampoco para la competencia que recibe un respiro de una cadena que sólo sabe ganar lo cual es bueno si además se respeta a sus clientes. El domingo, que si ví la Gala 4, fuimos dos millones los espectadores de un final anunciado. No son pocos como para reírse de ellos.

Cobrar por contenidos culturales en internet si, ¿pero a qué precio?

El Gobierno de España opina ahora, tras las palabras de Alex de la Iglesia en su discurso de los Goya, que efectivamente puede ser que internet sea el presente, pero que hay que pagar por contenidos. Sin restar un ápice de estas posiciones, hay que reconocer que los mercados se mueven por una mezcla de nuevas situaciones que modificar las normas, más el comportamiento de los consumidores o clientes y sumadas las decisiones que toman los anteriores gestores del mercado.
Los consumidores lo tienen muy claro por una dejación
de responsabilidades de los propios gestores de los mercados. No se han movido un ápice en los últimos años, con el gran cambio que se ha producido en contenidos culturales. Los consumidores se han acostumbrado a no pagar. Luego contenidos culturales de pago en internet si, pero ¿a qué precio? Ahora ya no es posible cobrar por precios parecidos a los actuales, ni en música, ni en vídeo, ni en periódicos. Recuerdo por ejemplo que El País estuvo ofreciendo sus contenidos de internet por 40 euros al año y decidió subir de forma importante este precio. ¿A cómo se conformaría ahora cobrar el año para tener muchos clientes?, ¿cuanto cobra El Mundo por Orbit y a cuanto debería cobrar para tener suficientes abonados? ¿cuanto estaría dispuesto a pagar el mercado por un cd de música presentado de una manera distinta? ¿es necesario en todos los casos la comercialización a través de tiendas físicas?
Los gestores se creen que puede seguir teniendo la misma facturación y si es posible mayor beneficio al no tener los mismos costes con la nueva situación. Y eso es un error tan grande que les está llevando a la desaparición. Las decisiones de los gestores se tenían que haber tomado hace una década. Ir de la mano de los cambios tecnológicos. Pero no se movieron de su situación asumida como buena.
Los cd de música se tenían que haber llenado de contenidos extra de distinto tipo a los puramente musicales. Sí, se podía seguir bajando de internet la música, pero no tanto una manera de vender un cd que fuera distinto al que se mantiene como fijo por los años de los años. Se podría haber intentado un producto encuadernado, unido a por ejemplos poemas, material literario, imágenes, historias, entrevistas, revalorización, etc. Por ejemplo pudiendo ser socios —a través de un número en el paquete— de alguna página web en donde se fueran añadiendo contenidos extra. ¿No es más lógico que además de los formatos normales, en los cd se incluyeran ya los formatos en MP3, realizados por profesionales de la conversión?
Las películas deben ser ya, ahora, algo más que 90 minutos de un producto terminado. A los extras que empezaban a llenar el contenido, deben ir más materiales desechados, comentarios cobre la historia o el trabajo realizado, presentaciones y entrevistas con los protagonistas, información sobre el producto e incluso cortometrajes de los autores, actores, directores, etc.
Y además y añadido a todos esto, el precio debe ser actualizado. No digo bajado en todos los casos, digo actualizado. Por ejemplo no es de recibo un precio de la entrada de cine alto en algunos casos, siempre igual para todo tipo de películas, sin un valor añadido a la hora de visionar la película elegida, sin comodidad también que se debería elegir según cines o sesiones, para que sea al menos igual o mejor que la del hogar. ¿Para cuando volver al silencio en las salas de proyección de cine?
Desconozco cuanta parte del total de la facturación total se obtiene de la televisión al visionarse una película. Tal vez hay que revisar estos apartados, tal vez hay que pensar que si desde el Ministerio de Cultura se reciben suculentas subvenciones, no hay que llorar tanto. Tal vez hay que revisar muy bien las historias antes de realizarlas y finalizarlas. Todo menos quejarse, sin hacer nada.

14.2.11

La piel que habito, nueva película de Pedro Almodovar para finales de 2011

En septiembre de 2011 llegará el nuevo trabajo del director de cine Pedro Almodóvar, “La piel que habito”. Una película que Pedro Almodóvar lleva tiempo preparando y que finalmente se rodó en el 2010 con Antonio Banderas de protagonista. “La piel que habito” es una película que se inspira en la novela Tarántula, de Thierry Jonquet.


La película narra la vida de un cirujano plástico —Antonio Banderas— que tras un grave accidente de su mujer investiga la creación de una nueva piel de forma insistente y perturbadora. Junto al actor Antonio Banderas actúan Elena Anaya, Marisa Paredes, Jan Cornet, Blanca Suárez y Roberto Álamo.


Esperaremos unos meses para disfrutar de otra maravillosa película de Pedro Almodóvar, donde vuelve a jugar con personajes complicados.

El futuro de los tablet y/o de los ordenadores personales

Es el momento inevitable para replantearse —todos los que utilizamos la informática como una actividad importante— si el futuro del ordenador portátil será sólo de los tablet o si los ordenadores portátiles convencionales tienen sentido en los próximos dos años.
La entrada de los netbook supuso la reordenación del mercado informático portátil, sin alcanzar nada que no fuera un precio más bajo. Pero la entrada del iPad si que ha supuesto un cambio sustancial de forma de entender la informática portátil y sobre todo un ponerse las pilas para todos los fabricantes asustados de perder el tren que dejaron pasar cuando el nacimiento del iPod.
Un portátil si es tablet no será capaz —de momento— de hacer las mismas tareas que un ordenador de sobremesa. Como no lo es ya el netbook. Pero lo que buscamos para un aparato que deseamos llevar a todos los sitios, dentro de nuestra bolsa o carpeta, es una herramienta que nos deje escribir y tomar apuntes, notas o gestiones sencillas. Un aparato que nos permite escuchar música, ver vídeo o televisión, leer libros o revistar y periódicos, jugar en ratos de ocio, navegar por internet o realizar tareas sencillas en programas normales. No es normal emplear en tablet para trabajar una imagen en Photoshop o para maquetar en Indesing.
El propio fabricante ya sabe diferenciar entre los distintos aparatos para conseguir que tengas ambos, el consumo sea mayor y la obsolescencia más corta.
La gran duda es ¿por qué no contienen —ni parece que contendrán— los tablet un sistema operativo “normal”? No hay duda de que con un sistema operativo casi entero sus posibilidades serían mayores. No hay duda que si le añadimos un teclado físico tenemos ya un ordenador portátil completo para trabajos mucho más intensos. Y su portabilidad será muy alta.
Todo el mundo está expectante ante la salida del iPad 2 ó II, buscando tal vez unas prestaciones todavía impensables. Personalmente no creo que sea así hasta una segunda revisión de todo el barullo que ahora está saliendo al mercado, en donde todas las marcas importantes o no, están tomando posiciones. De momento lo importante y parece que urgentes es no perder el tren. Luego vendrá el de innovar y ofrecer alternativas a la competencia. Diferenciarse e intentar ganarles el mercado. Van a ser dos años de grandes novedades en el mercado de los tablet y tal vez de los ordenadores portátiles que tengan que morir o reinventarse.