21.2.12

Detalles de una reforma laboral predemocrática en España

El otro día hice unas valoraciones sobre la reforma laboral que quiero ampliar con algunas cuestiones más de esas que no copan los titulares de los periódicos pero siguen siendo igual de importantes que la bajada del coste a 33 o 20 días.

 El primer punto es sobre el despido de 20 días, generalizado por unas cusas de despido que, hablando en plata, no se sostienen por ningún lado. ¿Cuáles son estas causas? Cito:
Cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de perdidas actuales (o previstas) o la disminución persistente de su nivel de ingresos o ventas. Como decían el otro día en el programa "Salvados", incluso una situación con menores ingresos, aun con beneficios positivos, podrían dar lugar a causas objetivas de despido libre. Y no hay que ser un as de la contabilidad creativa para obtener una previsión negativa temporal en los beneficios. Como diría Marx: “Que me traigan a un niño de cinco años”.

 El segundo punto es el de despido por causa de absentismo. Faltar ocho días en un plazo de dos meses (una enfermedad que te obligue a estar poco más de una semana en cama) es causa suficiente para poder despedirte, también, con 20 días por año trabajado. Además, se deja de tener en cuenta el absentismo global de la empresa. Eres tú y tus circunstancias.

 En tercer lugar, la simplificación de contratos que se pedían desde varios ámbitos, figura institucional que da más seguridad y confianza que otra cosa, demanda que el mismo gobierno hacía en la oposición y que con la reforma laboral se ha olvidado de pleno. No solo se dejan todos los contratos temporales preexistentes, además se introducen nuevos, con más bonificaciones e incentivos fiscales. No seré yo quien cargue contra estas bonificaciones, aunque para que no generase distorsiones entre unos y otros deberían generalizarse. Ahora mismo, un parado cobrando prestación está en mejor situación que uno que ya no tiene nada. Mucha desigualdad no es que corrija precisamente. Los contratos de formación ya no son para formar, pues, la “formación” que puedan incluir no tiene por qué estar dentro de el catálogo nacional de cualificaciones profesionales. Será pues, un mero contrato más sin justificación practica operativa, con una reducción de entre el 75% y el 100% de las cotizaciones por parte de la empresa, y del 100% del trabajador.

Caso curioso: Contrato a tiempo parcial. Como solo te necesito unas horas al día, te hago este contrato, pero eso sí, permíteme que te haga hacer horas extra. Flexible es, de eso no hay duda. En empresas y asignaciones públicas, se puede también despedir personal (no funcionariado, obviamente), simplemente al recibir una menor prestación (ya que no se guían por el objetivo de beneficio), más manipulable imposible.

 De la capacidad del empresario para cambiar elementos ya pactados según la situación lo requiera ya se ha hablado bastante. Con estas cuatro cosillas solo quería revisar algo más por dentro una reforma que está siendo bastante mal explicada. Con titulares negativos, pero entendibles y aceptados, y una letra pequeña obviada y dañina.

Con lo fácil que hubiera sido flexibilizar el mercado laboral con cosas más sencillas, lógicas, practicas y neutrales. Pero se les va la mano.

20.2.12

Fundaciones políticas en busca de nuevas "Ideas"

El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP en el año 2012, Esteban González Pons,  formó un nuevo núcleo de trabajo que se circunscribe a buscar nuevas “Ideas”, pero no es el primer intento entre los grande partidos de crear grupos de trabajo, potentes y orgánicamente reconocidos, para analizar nuevas ideas, para edificar y recoger los proyectos que deben servir para ir avanzando según van cambiando los problemas de “sus” sociedades. Este intento del PP no es “FAES” pero tal vez sea su competencia más directa.

El PSOE con su “Fundación Ideas” sería el ejemplo socialista del que copia en alguna manera el PP para colocar sus peones en busca de escuchar la hierba crecer.

Dice Pons que Rajoy le ha confiado "la custodia de la fuente de las ideas del PP, que es lo mismo que la fuente de las ideas del centro político"

"España sin ideas no tiene ahora mismo posibilidades de salir de la crisis"

Sirve esta declaración para poner en valor cualquier intento por crear mesas de trabajo político desde cualquier partido, encaminado a bocetar ideas, a recoger necesidades y darle forma al menos bosquejada, para que otros departamentos políticos de cada organización, los afine y los ponga en funcionamiento.

En el caso de IU, lo más parecido a este tipo de organizaciones en busca de ideas y debates, sería la FEC (Fundación por la Europa de los Ciudadanos).

Otros partidos políticos tienen áreas de trabajo sectorial que dividen los trabajos por sectores, y son estas agrupaciones organizativas las que se dedican a buscar nuevas ideas, necesidades y soluciones.

Es muy necesario que toda organización política sepa sectorialmente organizarse en busca de “ideas” que sirvan y sean necesarias para la sociedad, pero también para su organización y su trabajo político. 

Sin crear mesas constantes que sean capaces de articular ideas y soluciones, el futuro no será de los políticos. 

Es cierto que estos grupos de trabajo que agrupan de alguna manera las nuevas ideas sectoriales en un departamento único, más parecen cementerios de elefantes políticos, y en alguna medida es cierto que el perfil básico de sus gestores encaja bien con el de políticos ya algo apagados pero con un gran bagaje interior y una capacidad de trabajo, empatía y respeto más que suficiente.

Sin mesas de trabajo capaces, que sepan ir a la búsqueda de nuevas soluciones, de nuevos impulsos a la necesidades sociales actuales, no saldremos de la apatía social que hoy nos invade.


Conozcamos algo más del mercado laboral alemán

Cuando se habla de comparar el mercado laboral de Alemania con el de España, deberíamos ser más inteligentes, selectivos para creernos lo que entendamos como verdad y hablar claro y fuerte. En Alemania se cobra de media un doble del sueldo que en España, excepto en los nuevos puestos de trabajo que se dedican sobre todo a inmigrantes que acuden a Alemania sin suficientes conocimientos universitarios o técnicos y de idioma, algo parecido de lo que ocurre en España hoy con los inmigrantes que nos llegan en parecidas situaciones.

Mientras que en el centro de Colonia en Alemania se puede comprar un piso por 3.000 euros el metro cuadrado con garaje, en Barcelona no baja de 4.000 euros o en Madrid de 3.850 euros. 

El sueldo de un alemán técnico, mando intermedio en una empresa grande o mediana o licenciado con experiencia, el de un empleado capaz y productivo en una empresa mediana o grande, duplica al sueldo de un español con las mismas características laborales. 

El coste de vida alemán es muy similar al español por subida de este último tras la entrada del euro. La gasolina es un 10% más cara en Alemania, pero tanto la electricidad como el gas es muy similar. Así como el precio de un coche o de tecnología americana. En cambio es más bajo el precio si la tecnología es europea o asiática y bastante más barato el uso de teléfono con internet y TV de pago. Se habla de un 15% superior el coste de vida alemán, sobre todo por algunos productos que en España se consumen de muy diferente manera como pescado y carne fresca no manipulada.

Si por un despido se tiene menos días de indemnización, aquellos días son más altos que los españoles. Si hablamos de más facilidad para despedir se nos olvida decir que también la hay para hacer valer y valorar tu carrera profesional y sacar un sueldo más justo. Los trabajadores alemanes tienen sobre todo el valor de su propia marca personal, de sus estudios profesionales y la facilidad para cambiar de empresa pues el concepto de “un trabajo para toda una vida” no es entendido allí como un activo sino como un pasivo.

Es cierto que un alemán tiene a la hora de su jubilación dos caminos diferentes al español, que goza (gozaba) de más seguridad con un menos recompensa. Puede que el alemán tenga que trabajar con más de 65 años en puestos de calidad baja o puede que le quede una jubilación que nos puede resultar sorprendente a los españoles. Depende de muchos factores personales y de carrera profesional, desde puestos laborales básicos a medios y altos, todos pueden disfrutar de unos años con más sueldos y más ahorros. O menos, depende de muchos factores. Tal vez menos seguridad pero seguro que con más posibilidades de éxito.

Otro día hablaremos de cómo consiguen una productividad mayor sin tener que trabajar más horas a la semana. Y no, en Alemania no atan a los perros con longanizas, pero copiar si se sabe seleccionar es bueno, si viene impuesto y manipulado, es malo.

La revolución es tener ideas y soluciones propias

La imagen nos muestra a los grises de aquellos años predemocrático pegando a manifestantes en 1976 por las calles de Barcelona. Esta imagen se podría copiar hoy, pues seguimos con los mismos problemas de respeto hacia las personas, de entender el uso de la fuerza como disuasoria ante todo tipo de personas, y como se puede ver en esta ya oxidada imagen, usando las porras o las culatas como herramientas que emplean los poderes para meter el orden y la razón en las cabezas. No se puede discutir con sociedades que emplean estas razones para tener “su” razón.

Hoy escuchaba a un tal Mariano, decir en público, ante “su” público, que la reforma laboral es buena para los trabajadores. Es también “su” razón, pero resulta imbécil pretender que los trabajadores se la crean. Si te quitan derechos, si te restan posibilidades mientras sufres un mercado de trabajo esclavo a la hora de contratar, pues como que mucha razón no parece tenerse, incluso aunque sea “su” razón.

Muchos “su” y muy pocos “nosotros”. Todo se basa y hay que decirlo, en que los que organizan el poder económico tengan más beneficios. Así que tenemos dos posibilidades. O nos rebelamos contra ellos con todas nuestras fuerzas o nos convertimos también en poderes económicos empezando desde abajo.

La auténtica revolución sería que todos nos hiciéremos empresarios y cooperativistas, que solo consumiéramos aquello que nos da la real gana por egoísmo rentable y económico. Que supiéramos organizarnos personalmente para no seguir engañados en el consumismo idiota de otros idiotas que se creen que el beneficio fácil será para siempre. La revolución sería que no confiáramos en los bancos y cajas de ahorros, igual que ellos no confían en nosotros. Que votáramos alguna vez con dos bemoles, sabiendo qué les iba a joder más, a los que siempre son los mismos enemigos de los trabajadores que madrugan. ¿Cuántos empresarios se levantan a las 5 de la mañana para entrar en el turno de mañana?

No se trata de ser revolucionario, no nos equivoquemos, se trata de ser defensores de nuestras sociedades, de nuestros pequeños beneficios como personas, de nuestras dignidades y libertades que poco a poco se fueron consiguiendo tras muchos años de huelgas y diálogos. Si no defendemos lo que consiguieron nuestros padres ¿qué nos va a quedar? Y si no nos gusta, al menos luchemos por reformar los derechos ya adquiridos. Pero no admitir su enterramiento en la cuneta, tragando además que es por nuestro beneficio, justa y necesaria. Tenemos que encontrar otras soluciones a los desmanes que nos ofrecen los que quieren aumentar sus beneficios económicos, engañando a políticos mesías.