1.3.12

Conozcamos algo más sobre Cáritas

Más del 65% de las personas que acuden a Cáritas lo hacen derivadas desde los Servicios Sociales de los Ayuntamientos españoles, que por falta de presupuestos no pueden atender una acción social que debería sr básica como justicia y no como caridad.

Es cierto que la ayudas que las personas con más recursos están entregando a Cáritas o a otras organizaciones sociales ajenas a los poderes públicos están de alguna manera minimizando los problemas ya graves que afectan a muchas familias en España. Esto no es ejemplar, sino al contrario un motivo de preocupación severa, pues demuestra una grave disfunción social desde el Estado, en cualquiera de sus organizaciones públicas. Crecen las ayudas de personas, los colaboraciones privadas, y disminuyen fuertemente las ayudas públicas. Mala enfermedad tenemos.

Desde Cáritas se avisa además del fenómeno que se considera como “trabajadores pobres”, personas que tras trabajar 8 o más horas son incapaces de poder mantener a sus familias al tener unos ingresos insuficientes incluso trabajando unas jornada completa. Esta es la España del nuevo siglo XXI. Y estamos hablando de casi un 14% de trabajadores en estas condiciones.

Cáritas no ayuda solo en temas de alimentación. También ayuda a pagar la luz, el gas, a dotar de vestidos a niños o a pagar libros de texto. Ayudan con asesoría legal o con cursos de formación, con apoyo psicológico o con ayudas en la búsqueda de empleo. En 2011 se atendieron sobre 1.500.000 personas y se espera que durante 2012 se tengan que atender hasta unas 1.800.000 personas. Cáritas es una organización de ayuda a los más necesitados, que funciona desde dentro de la iglesia católica a través de las ayudas de miles de personas voluntarias, y que recibe ayuda del Estado a través de la casilla del IRPF que marcamos como “fines sociales” pues aunque pertenece a la iglesia católica no recibe dinero directo de ella. Si quieres colaborar con Cáritas puedes ponerte en contacto con el párroco de la parroquia de tu barrio. No es necesraio ni nadie te preguntará, si eres católico practicante.

29.2.12

Algo más sobre el déficit público y el personal

El déficit público en 2011 es complicado de asumir y es un punto de partida para la contabilidad del año 2012 y 2013 de difícil cumplimiento contable, aunque Europa insista en no tocar las previsiones del 4% para 2012. 

Todos conocemos bien lo que es el déficit público y lo que supone para España caer hasta un 8,51% cuando nos habían dicho los prestamistas europeos que no nos dejarían tener más de un 6% de déficit. Estamos todos aprendiendo económica básica en estos meses, pero voy a intentar aclarar algo más el término “déficit” para quienes todavía no lo tengan claro del todo. 

El déficit es la diferencia entre ingresos y gastos, algo que es comparable a lo que nos sucede a todas las familias. Como país tenemos 4 maneras de gastar dineros. Por el Gobierno Central. Por las Comunidades Autónomas. Por los Ayuntamientos. Por la Seguridad Social. Para España nos habían fijado un déficit del 6% asumiendo que 2011 sería un año malo. Y nos dijeron que podríamos desviarnos hasta un 4,8% en el Gobierno Central (lo hemos hecho en un 5,1%), desviarnos un 1,3% en los Gobiernos Autonómicos (y lo hemos hecho en más del doble, hasta el 2,94%), podríamos hacerlo en un 0,3% en los Ayuntamientos (y nos hemos ido un poquito hasta el 0,38%) y se pretendía que tuviéramos un superávit de un 0,4% en la Seguridad social cuando en realidad hemos tenido un déficit del 0,09% por el excesivo desempleo.

Imaginemos que en nuestra familia cobramos 1.000 euros al mes en 14 pagas. Si durante 2011 ganamos 14.000 euros al año y nos hemos gastamos unos 15.192 euros, hemos tenido un déficit del 8,51%. Nos hemos gastamos 1.192 euros más de los que hemos ganado; hubiéremos debido trabajar un mes más, para cubrir gastos. 

Si no tenemos ahorros y si además estamos constantemente endeudados, la única salida y posibilidad de gastar más de lo que ganamos es encontrar a alguien que nos preste esos 1.192 euros. Le tenemos que convencer de que somos buenos pagadores, de que vamos a tomar medidas para que esto no vuelva a suceder, de que es un momento complicado y que para ello le presentamos un estudio de viabilidad futura para que se crea nuestras palabras. Más o menos lo que ha tenido que hacer España ante Alemania y Europa.

Para el siguiente año tendremos que pagar lo que debíamos en 2010 más lo que hemos aumentado con más deuda durante 2011 en otro 8,51% más, añadiendo los intereses de toda la deuda, y además tenemos que convencer a quien nos ha prestado el dinero de que es posible que en 2012 volvamos a tener más deuda y que tendremos que solicitar más crédito para devolver el capital y los intereses.

El que nos presta en dinero (el director del banco), cuando nos recibe en SU mesa, en SU despacho, nos dice que eso no puede seguir así, que lo entendamos, que “mecachis”, pero que igual al próximo año ya no nos deja más dinero prestado. Que necesitamos tener un nuevo ingreso u ofrecer más garantías. Y sin duda gastar menos

Al director del banco no le importa casi nada que empecemos a gastar menos (aunque nos lo diga e insista), sino que seamos capaces de mantener los ingresos o que los aumentemos, pues lo importante es que tengamos capacidad de pagar. Gastar menos es un “seguro” para cobrar si no somos capaces de ganar más.

Y nosotros, que necesitamos el préstamo para seguir comprando pan y chorizo o para mantener el nivel de vida, le tenemos que decir al director que nos presta, un SI a todo lo que nos proponga y además poner cara de solventes. Luego ya veremos de qué somos capaces, pero de momento hay que conseguir el préstamo.

Tenemos dos soluciones una vez que nos hemos ido del despacho del director del banco con cara de asustados. No sirve de nada pensar que ya tenemos resuelto el problema, pues al año siguiente tendremos un problema muy serio. O nosotros o el director del banco, depende de la cantidad adeudada.
Las soluciones posibles pasan por: o ganamos más sueldo o gastamos menos dinero. ¿Qué hacemos? ¿de qué somos capaces?

Una vez en el hogar, nos sentamos con los hijos y la pareja y analizamos los gastos para ver de donde recortar. Ya el año pasado dejamos solo un teléfono móvil, un solo coche que empleamos mucho menos, ya no bebemos vino en la comidas y consumimos más verdura y menos carne. Gastamos menos en vacaciones, compramos ropa solo en rebajas, gastamos menos en limpieza y productos caros de aseo personal, casi nada en cultura, muy poco en ocio, no vamos a realizar la obra de la cocina, no contrataremos al profesor de inglés del hijo, recortaremos en…, ¿de donde recortamos ahora?

El hijo pequeño, que estudia bachiller, nos dice que alguno tiene que trabajar más horas y ganar más dinero. Claro, él no piensa trabajar. Y dice que los ingresos (el Estado trabaja más a costa de subir los impuestos) deben subir, que él no está dispuesto a perder sus “jueves al cine”. Es decir, nos encaminamos sin remedio a una subida del IVA y a un recorte más alto de los gastos de todo tipo. 

La hija, muy espabilada ella, nos dice que por qué no metemos como ingresos lo que nos pagan en negro en mi oficina por los trabajos extra y los dedicamos a ampliar nuestra contabilidad general, que hasta ahora lo que hace la familia es guardarlo para gastos extras o para disfrute de los adultos en noches de fin de semana con amigos. Nos ha jodido esta chica, pensamos los adultos. Pero está claro que si el 20% de la contabilidad de España es negra, deberíamos intentar que se volviera blanca ¿no?

La esposa se confiesa capaz de hacer algunos recortes en gasto pero insuficientes para cuadrar cuentas, e intenta convencernos a todos de que tendremos que pasar unos años sin vacaciones, pues ya nada será igual. La miramos como a una enferma asustada y le hacemos caso, pues estamos en invierno y no toca hablar de las vacaciones.

A Grecia han amenazado con mandar a 40 inspectores de la Hacienda de Alemania, para investigar su mercado negro. Igual a España hay que enviar a 400, que aquí somos muy listos para engañar. O yo qué sé. A Grecia les han dejado sin vacaciones y aunque están protestando, al final tendrán que asumir que nos han cambiado el ritmo y las posibilidades a costa de unos cuantos jetas que por cierto ellos sí, disfrutan de vacaciones en invierno.

Podemos creer que esto es una simplificación burda, incluso que si nos quejamos con mucha fuerza lograremos que quien nos presta el dinero nos lo perdonará y además nos seguirá prestando más. Conocemos poco a los bancos. Toca trabajar más y al Estado cobrar más impuestos. Y lo que hay que hacer es optimizar los gastos sin recortar estados básicos de bienestar social y saber trabajar más contra los que más tienen para cobrarles más impuestos, mientras que a su vez intentar con más inspectores, que no haya tongo en los pagos de impuestos por parte de los que tienen tanta pasta que disponen de los mejores asesores para escaparse por la puesta de atrás. O recaudamos más ”sueldo” o nos quedaremos sin vacaciones unos cuantos años al menos.

28.2.12

No digas lo que haces. Simplemente hazlo.

Hay auténticos profesionales de la auto postergación, ese arte complejo de dejar para mañana (o para nunca) lo que tú mismo te han asignado para hacer en el hoy.
Tú sabes y admites que hoy tienen una serie de cosas por hacer, lo asumes, lo admites, lo dices, lo reconoces. Pero en cambio se quedan sin hacer, aunque te hayas dicho mil veces que hoy sin falta lo haces, por fin, de una vez por todas.
Realmente te estás engañando, te dices hasta convencerte que no importa, que lo puedes postergar, lo puedes dejar para mañana sin problemas. Pero ese mañana nunca llega.
Te estás diciendo que quieres vivir y hacer una cosa, y luego tras engañarte, vives de otra manera. Nunca terminas las cosas que empiezas, te dan miedo, temor, sensación de vacío, de final, y por ello nunca las terminas.
Hay grados de postergación, no en todas la personas es de igual importancia el autoengaño, pero ay que combatirlo siempre, pues lo normal es que nos agarrote y nos impida actuar al final. Somos capaces de buscar mil escusas, convencernos de que no tenemos tiempo para hacerlo, incluso de sobe valorar lo que haceos para demostrarnos a nosotros mismos y sobre todo a los demás que estamos siempre muy atareados, que realizamos lo contrario de lo que realmente hacemos.
No digas lo que haces. Simplemente hazlo.

Los trabajadores debemos conocer mejor la actual Reforma Laboral

La Reforma Laboral que por Real Decreto ha creado el PP, es un lastre para una España que necesita ser más productiva, competitiva, motivada, capaz. Todo país depende de sus activos, de sus personas, de sus ilusiones y sus ganas y la Reforma Laboral es una bomba en la línea de flotación de las normas que regían las relaciones laborales en España. Incluso en algunos aspectos es peor para los trabajadores que la relación que se tenía con el sindicato vertical de la dictadura.

Acercar en parte las normas laborales de España a las de algunos países de Europa es trampa, si no se acompañan de modificaciones sustanciales en el SMI, en la capacidad adquisitiva de los trabajadores, en la formación de todos los trabajadores pero sobre todo de sus directivos y empresarios, con una reforma contundente contra los mercados negros y los fraudes fiscales continuos, con unas rectificaciones profundas en nuestras maneras de organizar el trabajo, los horarios, la producción para hacerla también más europea.

Los trabajadores de España están agotados y desagrupados, desafectados de todo intento por creer en sus políticos y sindicatos lo que no es motivo para pensar que lo mejor para España es una reforma laboral como la emprendida. Muchos empresarios que sí creen en la producción moderna y en las relaciones laborales modernas nunca emplearán los mecanismos que les facilita la reforma laboral para despedir, pagar menos sueldos, endurecer las condiciones laborales en sus empresas. Pero muchos otros si, y eso empobrecerá nuestra país.

La Reforma Laboral no va a crear puestos de trabajo. En España hace 15 años se crearon 4 millones de empleos con la anterior norma laboral, al crecer la actividad económica. No es cierto que en España fuera complejo y caro despedir, pues la realidad nos enseña que hemos perdido muchos más empleos que ningún otro país europeo y la empresa que no podía pagar las indemnizaciones tenía mecanismos para descolgarse. No es cierto que fuera necesario crear nuevos tipos de contratos laborales sino más bien todo lo contrario, tan reconocer que nuestros 17 diferentes modelos de contratos laborales son excesivos y absurdos en algunos casos. No es cierto que los sindicatos no sirvan en la sociedad y por ello se les deba quitar funciones, pues una sociedad sin ellos será siempre mucho más conflictiva. No es cierto que precarizar nuestras condiciones laborales nos acerque a Europa, sino bien al contrario a otros mercados laborales que nos convertirá en un país más pobre y con peores y muchos menos empresarios. Con esta reforma laboral se consumirá menos, se tardará más en reactivar la economía y aumentará el conflicto social y laboral tanto por sectores, como por empresas grandes.

No es una Reforma Laboral para negociar sus puntos, sino para ser retirada —lo sé, algo imposible en estos momentos— o asumirla en el tiempo hasta ser posible su derogación cuando hayan cambiado las mayorías parlamentarias, dentro de 8 ó 12 años. Somos los trabajadores españoles los que somos capaces de asumirlas o de derogarla. Los que en mucha cantidad hemos (han) elegido a los gestores que han formulado eta Reforma Laboral.