11.12.15

La Espiral del Silencio, la Ley de la Palanca y la Ley del Mínimo Esfuerzo

La teoría conocida como “La espiral del silencio” teorizada por Elisabeth Noelle-Neuman, nos intenta explica que la sociedad aísla con el silencio las ideas, las organizaciones, o las personas que expresan ideas diferentes o contrarias a las consideradas mayoritarias.

Todos tendemos a asumir como “normal” aquello que por ser aceptado por la gran mayoría ya lo consideramos todos como “normal”. Es precisamente ese su gran valor, que ya sean ideas que se consideran correctas y asumibles por la mayoría de los que nos rodean. Pero la verdad es que la capacidad de manipular esas mayorías es abrumadora y con ello la capacidad de enterrar en el silencio a lo que ya no nace mayoritario. Si logramos convertir simplemente en aceptable lo que es “gris” y nos lo manipulan por los que les interesa que sea “el freno a todo lo demás”, hemos logrado aupar en mayoritario lo que es gris y condenar al silencio todo lo que se salga de esa línea.

Para aceptar lo gris, lo sencillo, lo mediocre, se necesita mucho menos esfuerzo que intentarlo con lo novedoso, lo diferente, lo contrario a lo establecido. Es un brazo de la Ley del Mínimo Esfuerzo.

Hay también una tendencia (casi) no escrita completamente por la que todos deseamos ser mayoría. Todos queremos tener razón o al menos que nuestras razones coincidan con las de la mayoría para no ser discutidas con facilidad y además por todos. Y todos también queremos ganar (aunque digamos que no), por mucho que sea ganar entre una inmensa mayoría que nos diluye tanto que no parezca que hayamos ganado como persona sino acaso como lo que representamos siendo una simple hormiguita. Entre ganar como hormigas o perder como leones, preferimos en la inmensa mayoría de los casos, lo primero.

Si surge una idea, una persona, una organización que plantea escenarios diferentes, lo tiene muy crudo. Excepto que no tenga que competir con (contra) nadie por haber encontrado un hueco vacío. Una idea nueva no llega (casi nunca) a un lugar donde no haya ideas. Y como ya hay muchas ideas, tiene que buscar su propio espacio, su hueco, peleando contra todas las demás a codazos. Lo normal es que: o es muy contundente y clara y se hace su propio hueco, o que se hunda en el silencio de todos los demás que se unen para zancadillear. O también que tenga la suerte de llegar en un momento especial en el que todos necesitan abrazar algo nuevo, pues el resto representan el caos.

La espiral del silencio funciona de una forma maliciosa contra las ideas nuevas que no son contundentes, pues cuanto más se expanden las ideas básicas y asentadas, las consideradas mayoritarias, menos espacio les queda a las ideas nuevas, y ellas solas se van perdiendo entre el silencio. Pero hay posibilidades de revertir estas opciones. La más básica es presentar la “idea nueva” con suma contundencia desde el principio, ser una idea básica y delimitada para poder mantenerla sin cambios durante un buen tiempo hasta que logre un espacio propio; y a partir de ese espacio aunque pequeño, empezar a expandirse con suma contundencia y sin desaliento.

Es un poco el emplear otra ley viejísima. La Ley de la Palanca. Dadme un punto de apoyo y os moveré a todos. Si una iniciativa nueva logra encontrar un punto de apoyo, nunca debe abandonarlo y sobre él intentar hacer palanca para abrirse espacios. Este proceso tiene una desventaja. Es lento. Y no siempre somos capaces de planificar los tempos, los tiempos, las supervivencias a medio plazo.

Los sondeos electorales influyen y mucho

Que se ha descubierto la importancia de los sondeos para incidir en los indecisosque al final son los que hacen cambiar gobiernos— no hay duda. Los sondeos sirven más que las campañas para hacer cambiar el sentido del voto. Y tanto es así, que ahora ya los sondeos pueden ser totalmente distintos, según quien los haga. La psicología social nos indica claramente que además de que nadie quiere votar al perdedor, todos quieren o queremos que el voto sirva para mucho más que para un simple voto.

Hoy por poner un ejemplo, al PSOE le dan en un sondeo un  23,1% y segundo partido, mientras que en otro medio le dan un 17% y cuarta posición. Queda claro que es imposible que ambos sean sondeos profesionales, pues la diferencia es tremenda. Se respira dentro de estos datos un deseo de influir. Las diferencias con Ciudadanos son parecidas entre el 23,2% y el 18,8% pero justamente al revés en la asignación a partidos según sondeo.

Cuando algunos medios de comunicación juegan a manipular, podemos pensar que lo hacen sabiendo o sin saber. Ambas posibilidades son basura. Si no son profesionales y publican datos equivocados, pues mal. Y si lo hacen sabiendo que son irreales, peor.

10.12.15

Trabajadores de primera clase y trabajadores basura. ¿Culpables?

Desde una parte importante de la izquierda parece imposible reflexionar sobre el derecho laboral de todos los trabajadores, sobre por ejemplo el contrato único o sobre la huelga actual de los trabajadores de Auzsa, pensado que criticar esto supone apoyar la pérdida de derechos de los trabajadores en general.

Personalmente es un claro error que voy a intentar explicar. Mientras en España tenemos millones de trabajadores sin ningún derecho laboral, ni de despido, ni de negociación colectiva, ni de sueldos de convenio o de vacaciones, de horarios o de cualquier otro tipo, hay unos millones de trabajadores que tienen todos los derechos de los que disponíamos en los años 90. Si lo decimos desde la izquierda parecemos convertirnos en fachas asquerosos, pero nada es más equivocado. Precisamente somos cada vez más los que creemos que olvidarse de los trabajadores sin derechos es el gran error de los sindicatos y que no sólo se debe actuar sobre la defensa de los derechos que ya una minoría puede seguir conservando, a costa de los derechos que poco a poco vamos perdiendo todos los demás.

Es vergonzoso soportar esta dualidad entre trabajadores. Se pierden “todos” los derechos simplemente por ser despedido de un puesto de trabajo donde se tienen todos. Pero sobre todo nuestros hijos no tienen ningún derecho laboral pues son los que acceden al mercado de trabajo como “nuevos”. ¿Y no nos damos cuenta de esto?

La defensa del mercado de trabajo contra lo que los empresarios consideran excesivos derechos laborales es quitarlos a todos los que caen del actual modelo o a los que tienen que entrar en el nuevo. Si tienen la desgracia de caer o de tener hijos que intentan trabajar, estos no tienen ningún derecho. Repito. NINGUNO. Y los sindicatos se siguen dedicando a creer que apoyando a los sectores con todos los derechos laborales intactos es lo que garantiza que los tengan todos los demás.

El tema de posicionarse en contra del Contrato Único es un claro ejemplo. Hay muchas formas de contrato único, pero lo que está de moda en los sindicatos es oponerse a él. ¿a cual? ¿a cualquiera? ¿Qué ofrecen los sindicatos como contrato único que sea mejor al presentado por Ciudadanos? Hay mucho margen de maniobra, de análisis, de presentación de diversos modelos de contrato único. Pero lo fácil es decir que no. Los derechos adquiridos son derechos. Lo que no evita acabar de una vez con todos estas decenas de contrato trampa del actual sistema laboral. Nunca, ni en el Sindicato Vertical* estuvimos peor que ahora en derechos laborales de las personas con nuevos contratos. Decir esto desde una persona de la izquierda es muy duro, es vergonzoso, es triste. Nos debería hacer reflexionar.

Permitir que haya trabajadores de primera clase y en la misma profesión trabajadores “basura” es doloroso. Unos pueden cobrar un sueldo casi el triple que sus compañeros trabajadores haciendo el mismo trabajo, tener además derecho a huelga perfectamente reconocido, ventajas de variado tipo que no debe explicar, mientras que los otros no tienen más que derecho al desempleo que en estos momentos ya no es ni tan siquiera beneficiario de ayudas. ¿Alguien cree que esta diferenciación entre trabajadores sirve para que todos ellos se consideren trabajadores de clase de igual calidad, forma, sentido social y político?
 
*Se me puede decir que en aquellos tiempo, quien era apuntado en una Lista Negra no encontraba trabajo. ¿Y ahora no? Yo he trabajado en Selección de Personal ¿De verdad ahora no?

Han pasado 40 años. Para esta viñeta de OPS ni 40 días

En el año 1977 era OPS, hoy es El Roto, siempre ha sido Andrés Rábago. Esta viñeta del año 1977 de la revista Cuadernos para el Diálogo sirve perfectamente para casi 40 años después. Todos estamos mucho más mayores, pero incluso habiendo leído muchos de sus trabajos dibujados, que además de verse se leen, uno ya sabe hace mucho tiempo que nunca fue un humorista gráfico. El trabajo de OPS o El Roto, de humor tiene poco, simplemente porque la sociedad le produce dolor, daño, pena. Y lo jodido es que siguen siendo actuales sus textos. Muy actuales.