7.2.16

Nadie está en contra de la cultura, excepto ella misma


En la XXX Entrega de los Premios Goya al cine español se habló mucho de “cultura” casi más que de cine. Pero a los que gobiernan sociedades no les interesa hablar de cultura, no la cuidan, ni mucho menos la miman, pues es peligrosa. Por eso nos convences que la cultura es aburrida, pedante, para élites, sin sentido, sin valor práctico. Y nos lo creemos. La cultura es peligrosa pues tiende a convertirnos en más libres, y sobre todo en más capaces de elegir por nosotros mismos con criterios propios.

La cultura es muchas cosas, pero casi todas ellas muy entretenidas y agradables. Incluso una gran mayoría de la cultura pueden ser barata cuando no casi gratis. Pero no interesa multiplicar el virus de la cultura, y por eso hay que pasar a educar en lo justo, en lo práctico, para crear sociedades dóciles y útiles para las necesidades de los que controlan. Efectivamente esto que digo parecen fantasmas imaginarios, pero forma parte de ese otro marco mental en el que nos han mentido: “Nadie está en contra de la cultura, excepto ella misma”.

El último escollo es romper con el mensaje machacón de que las personas que viven de la cultura, en realidad viven de todos nosotros a través de las ayudas que les damos tras engañar a los poderes políticos. Nos han convencido de que el mundo de la cultura es un mundo de vagos
y casi maleantes incapaces de trabajar duro, como si crear buena cultura no fuera un trabajo esforzado. Estamos perdidos con tantos años de marcos mentales, repitiendo que hacer caso a la cultura es además de perder el tiempo un ejercicio muy caro.

Nadie quiere comparar el mundo de la cultura con el del deporte televisado, pues deporte hacemos muchos y creemos que es muy bueno para la sociedad. Sin duda lo es, pero no es beneficioso el de los cientos o miles de millones sin control que mueve el negocio del deporte llamado de élite, sino la realidad callada del deporte individual y anónimo. Pero nos los mezclan de forma callada para que nos parezcan partes de lo mismo.

Yo cuando hablo de cultura no estoy pensando en los primeros de cada especialidad, sino en el respeto a la cultura creadora de cientos de miles de personas que simplemente valoran la cultura como un ejercicio de felicidad, de crecimiento personal, de disfrute ante la vida que debe contener de todo un poco, incluida la cultura. a la cultura no hay que ayudarla. 

Simplemente hay que dejarla libre, sin ponerle zancadillas, en igualdad de posibilidades que otras actividades comunes. 

Excepto en las escuelas, donde la cultura debe formar parte esencial del crecimiento personal.

6.2.16

Aprendamos a ser más sociales. La inteligencia emocional

Somos además de animales racionales… también seres humanos que parece lo mismo (y lo es) pero como animales que se tienen que interactuar con todo lo que nos rodea, las emociones son parte importante de nuestra forma de ser, de nuestros comportamiento, de lo que los demás ven en nosotros.

Los animales casi no tienes emociones, y tenerlas los humanos, además de entregarnos a la idea clara de que somos racionales, nos diferencia entre unos y otros de nosotros mismos. No todas las personas tienen los mismos kilos de capacidad emocional.

La inteligencia emocional —que es esa parte de nuestro comportamiento humano con más capacidad de actuar a nuestro favor y de ser aprendida—, es la que debemos potenciar si queremos ser más felices y además hacer más felices también a los que nos rodean. 

Los animales según su cantidad de desarrollo cerebral también tiene una capacidad emocional que sin duda saben emplear muy bien para comunicarse y para agradar a sus compañeros de especie, pues les falta los métodos más simple de comunicación como son la palabra e incluso la escritura.

Es más sencillo y simple decirle a otra persona “te quiero” de palabra o escribiéndole una nota, que decírselo con hechos, con gestos, con miradas, con emociones. 

Por eso debemos crecer en inteligencia emocional, pues no venimos aprendidos de fábrica…, más que en lo más básico. 

O incluso me atrevería a decir que parte de lo que ya traemos desde el nacimiento, lo vamos perdiendo en nuestra educación por una mala gestión del aprendizaje personal.

Para tener inteligencia emocional válida es fundamental conocernos bien nosotros mismos. Y aquí es donde empezamos a fallar. 

¿Qué somos? 

¿Quien somos? 

¿Hasta dónde podemos llegar en situaciones extremas, positivas o negativas? 

¿Qué capacidad tenemos para sufrir, gozar, dirigir, obedecer, tomar iniciativas, expresarnos o herir?

Nos relacionamos con los demás por “copia”, es decir, nos afecta mucho lo que hemos aprendido por contagio, por ver y sufrir, por vivir en situaciones que ahora copiamos. 

Si venimos de una familia o amistades determinadas, nos determinan ellas mucho. Somos sociales por sociedad, por copia, y eso puede ser muy positivo o muy negativo. 

Nuestra capacidad de cambiar la mochila que llevamos es mucha, pero la verdad es que pocas veces la vaciamos del todo. 

Aprendamos a ser más sociales, con la inteligencia emocional. Y eso se aprende, forma parte de la educación, que a veces tan poco sabemos utilizar para ser más felices, más seguros, y más humanos.

Toma de posiciones políticas. No se fíen de lo que escuchan

Viñeta de Alfons López para Público
Ayer en Telecinco pudimos ver el primer mitin de Pablo Iglesias de las elecciones generales del 2016. Contundente, pedagógico con sus propios planteamientos, extenso, abriendo algunas aclaraciones nuevas que cambian ligeramente sus discursos ya olvidados, por unos nuevos marcos mentales que empezarán a circular en breve. La política en estado puro y de libro nuevo.

Pedro Sánchez lo tiene crudo pero no imposible, pues su equipo de negociadores conocen bien la pana y saben ganar perdiendo. Aunque sin duda Podemos no se lo está poniendo nada fácil, alentado además por el sondeo del CIS, cocinado para que se lea lo que conviene, y sabedor que se va a quedar al final, como único referente de la izquierda, algo que sin duda se lo están poniendo en bandeja.

Muchos alaban el trabajo de Ciudadanos en estas semanas, alejado de los focos, abriendo puertas y ofreciendo sus buenas artes para abrir ventanas, sin valorar de que muy poco más puede hacer. Eso o entregarse al PP pidiendo perdón por flirtear con el enemigo. No descarto alguna actuación realmente muy interesante de un Albert Rivera que se conoce bien los modos y los nudos.

El PP es una cosa y Mariano es otra bien distinta. Un PP que viene de gobernar y conserva con 123 (o 122) diputados una mayoría alejada del segundo, no debería estar en la posición de avestruz que ha marcado desde el 20D. Aquí no sirve esperar a la puerta a que pase el cadáver del enemigo, pues a veces incluso muerto, prefiere incinerarse matando. Ser el Don Tancredo de la política tiene un precio importante y sobre todo hay que reconocer que Don Tancredo nunca es respetado como una figura del toreo. Si acado del circo.

¿Por cierto, existe IU o Unidad Popular? No entiendo bien cómo es que siendo los más valorados aunque con tan pocos votos, no salen más en los medios de comunicación a poner un poco de sentido común. Es cierto que su producto curiosamente no se compra nada, incluso admitiendo muchos que es muy bueno. Pero es que en estos tiempos o te hacen publicidad los medios que agrupan a millones de comensales o todos eligen el vino de Rioja aunque sea a granel, de garrafón y realizado con uvas extremeñas o aragonesas.

5.2.16

Señor serio, en memoria de otro señor serio y tonto

El conserje de este espacio nos trató mal, la verdad. Es el exterior de un museo privado de arte contemporáneo pero abierto al público, donde llegamos unos 15 minutos antes de abrir. Aquel señor vestido de “bonito” se creía el dueño de todo aquello y con un frío y aire de los de tumbar mientras un agua a velocidad de cierzo atacaba la cara, nos exigía estar en la “puta” carretera por donde se entraba al museo, en vez de acogernos al abrigo de un alero bajo un edificio de la fábrica para evitar el frío y el agua. Tuve que optar entre obedecerle o hacerme el idiota. De pequeño hice teatro.