6.2.16

Aprendamos a ser más sociales. La inteligencia emocional

Somos además de animales racionales… también seres humanos que parece lo mismo (y lo es) pero como animales que se tienen que interactuar con todo lo que nos rodea, las emociones son parte importante de nuestra forma de ser, de nuestros comportamiento, de lo que los demás ven en nosotros.

Los animales casi no tienes emociones, y tenerlas los humanos, además de entregarnos a la idea clara de que somos racionales, nos diferencia entre unos y otros de nosotros mismos. No todas las personas tienen los mismos kilos de capacidad emocional.

La inteligencia emocional —que es esa parte de nuestro comportamiento humano con más capacidad de actuar a nuestro favor y de ser aprendida—, es la que debemos potenciar si queremos ser más felices y además hacer más felices también a los que nos rodean. 

Los animales según su cantidad de desarrollo cerebral también tiene una capacidad emocional que sin duda saben emplear muy bien para comunicarse y para agradar a sus compañeros de especie, pues les falta los métodos más simple de comunicación como son la palabra e incluso la escritura.

Es más sencillo y simple decirle a otra persona “te quiero” de palabra o escribiéndole una nota, que decírselo con hechos, con gestos, con miradas, con emociones. 

Por eso debemos crecer en inteligencia emocional, pues no venimos aprendidos de fábrica…, más que en lo más básico. 

O incluso me atrevería a decir que parte de lo que ya traemos desde el nacimiento, lo vamos perdiendo en nuestra educación por una mala gestión del aprendizaje personal.

Para tener inteligencia emocional válida es fundamental conocernos bien nosotros mismos. Y aquí es donde empezamos a fallar. 

¿Qué somos? 

¿Quien somos? 

¿Hasta dónde podemos llegar en situaciones extremas, positivas o negativas? 

¿Qué capacidad tenemos para sufrir, gozar, dirigir, obedecer, tomar iniciativas, expresarnos o herir?

Nos relacionamos con los demás por “copia”, es decir, nos afecta mucho lo que hemos aprendido por contagio, por ver y sufrir, por vivir en situaciones que ahora copiamos. 

Si venimos de una familia o amistades determinadas, nos determinan ellas mucho. Somos sociales por sociedad, por copia, y eso puede ser muy positivo o muy negativo. 

Nuestra capacidad de cambiar la mochila que llevamos es mucha, pero la verdad es que pocas veces la vaciamos del todo. 

Aprendamos a ser más sociales, con la inteligencia emocional. Y eso se aprende, forma parte de la educación, que a veces tan poco sabemos utilizar para ser más felices, más seguros, y más humanos.