13.2.16

Mariano Rajoy se despidio ayer de todas sus posibilidades


Mariano Rajoy ya sabe que se le ha acabado su tiempo histórico, que ya nunca será cartel electoral del PP y mucho menos Presidente del Gobierno de España. Lo curioso es que no está entendiendo los motivos, una muestra más de que es incapaz de seguir en las expectativas de futuro.

La “cobra” de ayer a Pedro Sánchez es un ejemplo más de su incapacidad para saber comportarse ante la política como representante de todos los españoles pues es el Presidente, con la lógica necesaria para no hacer daño. Ayer lo observaban “todos”, también los que quieren creer en España. Y la imagen ofrecida es triste, rencorosa, absurda, vacía de sentido, enana, incomprensible.

España camina lentamente hacia su futuro con más nubes negras de las previstas hace unas semanas. Una posible reactivación de la crisis económica mundial podría dañar el incipiente levantamiento de nuestras posibilidades económicas. Nadie sabe hasta dónde nos llevarán estos temores, aunque las perspectivas con datos económicos macroeconómicos no son nada buenos.
Albert Rivera desde su pequeño tamaño representativo sigue intentando cuadrar números sabiendo que sólo la suma del PSOE y Ciudadanos con Podemos o con el PP podría evitar las elecciones de nuevo. 

Ambas opciones han quedado ya claramente divididas a la mitad. Nos esperan dos meses intensos, donde muchos deben ceder para que no ceda España. Y todas las miradas están puestas en Podemos, tal vez en busca de un acuerdo para una legislatura corta pero suficiente para calmar el duro momento actual.

Si a esto le añades las corrupciones que desde el PP salpican todo el panorama desde diferentes ventanas, estamos ante la lógica reconstrucción con más urgencia que calma, del mayor partido de derechas de España desde la UCD, pues o son ellos mismos los que al final deciden limpiar mucho y muy bien toda la basura de su casa, o serán definitivamente los españoles y posiblemente dentro de pocos meses, los que obviarán las formas, fondos y trampas económicas, de quienes de momento no pueden liderar más una España que debe caminar hacia la limpieza y el respeto.