26.11.18

Tebeo Hazañas Bélicas, para jóvenes y adultos

El mundo del tebeo, del cómic, pequeñas revistas dedicadas al mundo infantil o pequeños libros con viñetas dedicado al mundo adulto, es un ejemplo perdido por sus costes y la entrada de otros medios de comunicación, que merece una atención más profunda pues supuso un entretenimiento proporcionalmente inmenso en una época donde no era fácil ni leer ni entretenerse.

Estoy seguro que muchos niños empezaron a disfrutar de la lectura con estos tebeos, en la misma medida en que nunca hubo un proceso de traslado al libro de texto, lo que hizo que muchos se perdieran por el camino y hoy no leen libros.

Este tebeo horizontal y español titulado Hazañas Bélicas iba destinado a los jóvenes, incluso a los niños algo mayores. Y en esta portada podemos ver al personaje principal, creo que se llamaba Gorila, fumando con normalidad. Hay que advertir que estos tebeos tuvieron su época más fuerte y vendida en los años 50 del siglo XX, es decir, a los pocos años de acabada la II Guerra Mundial, y por ello era mucho más sencillo interesar y tener entre las manos algo que había ocurrido pocos años antes.

25.11.18

¿Para qué sirve un libro? Para mucho, incluso para no leer

Un libro es mucho más que un libro, y sobre todo es mucho más que el conjunto de letras e historias que podria contener. Un libro no es obligatorio, e incluso lo más curioso es que no es obligatorio ni tan siquiera leerlo. Cosas de la libertad que otorga un libro. Lo puedes emplear para más usos.

El Franquismo dominaba todo en la Transición

En esta anterior entrada hablábamos un poco del fervor que Franco todavía poseía entre los españoles cuando en 1975 decidieron los médicos que ya había muerto. El 1 de octubre de aquel año salió acompañado del Príncipe heredero al balcón del Palacio Real a saludar a los españoles que le aclamaban por las críticas recibidas desde el mundo democrático. Hacía cuatro días que el propio Régimen había fusilado a cinco jóvenes, posiblemente delincuentes que se habían saltado leyes, pero que fueron juzgados por Consejos de Guerra sin las garantías necesarias y condenados a la pena capital, que fue abolida por la actual Constitución.

Si leemos la nota de la portada de La Vanguardia podemos comprender el grado de seguidismo periodístico que en aquellos años había en la España que agonizaba pero que se mantuvo durante bastantes años más. La Reforma no fue una Ruptura y los guardianes del Franquismo supieron estar muchos años entre la sociedad. ¿O todavía están?

Funeral de Franco. El miedo de las masas

Es muy posible que cuando se habla de Transición de la dictadura a la democracia en España, cuando nos vayamos en el pensamiento hacia 1975, nos imaginemos a una España ansiosa de recuperar la libertad y los sistemas sociales de los que gozaban en Europa, en los países vecinos, desde hacía décadas. Pero la realidad era muy otra.
Poco meses antes, en el septiembre de 1975 y tras los últimos fusilamientos sin garantías judiciales, el mundo había criticado con fuerza la dictadura de Franco y en España, en todas las ciudades, las personas adultas habían salido a la calle en manifestación a defender la figura del dictador. Los sindicatos verticales, los únicos, había apoyado que a las 12 de aquella mañana del 1 de octubre todos los trabajadores salieran a manifestarse. Y salieron, mezcla de miedo y de falta de formación.

Cuando el dictador murió meses después, tras una agonía que había sido transmitida casi en directo, en Madrid salieron miles y miles de madrileños a dar su pésame al que consideran “Papá Sociedad”. 

El Síndrome de Estocolmo junto al miedo, se había instalado con fuerza en la sociedad española de los años 70.

Cuando el cuerpo de Franco se pone en el Salón de Columnas del Palacio Real el día 21 medio Madrid intenta acudir a ver el cadáver. Cuando el día 23 se realiza el funeral en el Valle de los Caídos, acuden desde toda España miles y miles de ciudadanos. Como dijo Franco en su testamento, parecía todo “atado y bien atado” por lo que en los años posteriores lograr una libertad homologable a Europa supuso en trabajo de relojería social, complicado y a veces peligroso.