13.3.20

¿Qué podemos aprender de esta crisis sanitaria global?

Que seamos ya en España el quinto país del mundo en número de afectados por el Coronavirus es alarmante y preocupante por lo que indica de forma escondida. En realidad somos el cuarto en número de fallecidos a día de hoy 13 de marzo con 87 decesos, solo por detrás de China, Italia y Corea del Sur. Algo deberíamos reflexionar sobre este dato.

Sin duda somos un país muy abierto y eso es muy bueno para el turismo y a veces malo para otras cuestiones. pero además somos lentos y a veces también irresponsables. Por ejemplo en estos momentos en que Madrid sufre unas restricciones severas junto al País Vasco o parte de Cataluña, en otras zonas de España siguen creyendo que es una barbaridad y no entienden las medidas de control, cuando siguen siendo además menores a las necesarias.

Somos una sociedad muy de calle, muy de tocarnos y relacionarnos, y esto siendo bueno resulta complejo si debemos hacer cambios en nuestras formas sociales de convivencia, pues no las aceptamos de forma rápida.

Pero además la Sanidad ha sido recortada, al igual que otros muchos servicios sociales, por la absurda manía de vender recortes de impuestos como el mantra maravilloso. Y nos encontramos ahora con una Sanidad más pequeña de la necesaria excepto para los periodos normales, y que no es capaz de tener dos velocidades, no es posible ampliar de forma rápida y urgente.

El político que manda lo hace con mucho miedo pues no hemos sido capaces de crear alrededor suyo un halo de respeto necesario. Y aquí me da igual qué político gobierna o desde qué opción ideológica. No lo hacen los mejores políticos pues estos ya no quieren ser políticos. 


Y además estamos convencidos de que el político no sirve para nada. A veces el política tiene que tener capacidad de tomar decisiones rápidas y no siempre bien asumidas. Pero para ello se debe creer el gestor embutido en el respeto social.

O aprendemos de nuestros errores, incluidos muchos que aquí no relato como reordenar la Sanidad a nivel Estatal (y no hablo de reordenar competencias, sino de trabajar de otra manera) aunque es verdad que en esta crisis todos los territorios han hecho gala de responsabilidad ante sus Departamentos de Sanidad, o aprendemos a defendernos mejor ante crisis importantes, o la siguiente nos puede tumbar. 

Este verano sin turismo puede llevarnos a un otoño realmente muy complejo en temas macro económicos.

Organizar en casa la educación de nuestros hijos, ante el Coronavirus

No es posible aconsejar en general de qué forma tenemos que organizarnos en casa para que los niños y jóvenes se tomen estos días sin colegio presencial en tiempo útil y efectivo para su formación. Siempre estos consejos dependen de la edad. Pero algunos consejos si son generales.

El primero es asumir que esto es excepcional y que todos tenemos que colaborar haciendo cambios en nuestra forma de vida habitual.

El segundo debería ser que hay que dedicar un tiempo tasado y fijo cada mañana al menos para que los niños hagan “trabajos” de estudio, que deben mezclarse con descansos o según la edad con actividades más entretenidas como dibujar o realizar pequeñas manualidades. Siempre dentro de casa, pues se trata de no estar en la calle.

Hoy entre padres y madres de todos los colegios existen Redes Sociales que ya funcionan como vehículo para intercambiar información y ahora más, deben ser un sistema para estar en contacto.

Los colegios deben marcar a sus alumnos los objetivos mínimos para estos días. Deben transmitir a las familias por email, por teléfono, con notas informativas qué hay que hacer con los alumnos de cada edad en sus hogares. Para complementar el trabajo que se estaba realizando hasta marzo y no perder todo el mes.

Los colegios a través de sus propias páginas web deben estar dando información constante a las familias de cada Ciclo.

Por otra parte en internet existen multitud de páginas con recursos educativos para cada edad para ser utilizados en aquellos tiempos vacíos de relación entre los niños y los tutores familiares.

Sin duda en el caso de los jóvenes, deben ser ellos mismos los que con su propia responsabilidad organicen sus tiempos y sus trabajos. Debemos estar pendientes de que ejerzan su propia responsabilidad en positivo, para que no piensen que son tiempos de vacaciones ni tampoco para quedar presencialmente con los compañeros o amigos.

El problema sin duda viene por la necesidad de los propios padres de tener que ir a trabajar y no disponer de tiempos suficientes para estar con los niños, con los hijos. Aquí hay que solicitar ayuda.

A los abuelos, pero también es posible organizarse entre amigos y juntar en una vivienda a dos o tres niños que de forma rotatoria vayan trabajando de forma conjunta. Amigos, vecinos, apoyo externo, son métodos que nos pueden servir para estar con los hijos trabajando, si no es posible estar físicamente con ellos.

Estos métodos no son eternos, durarán unas semanas y debemos poner de nuestra parte todo el sentido común y de responsabilidad social para lograr que no sea un tiempo perdido

Y además podemos aprender a enseñar, aprender a relacionarnos de otra manera con nuestro entorno, incluso con nuestros hijos.

Reír es la única salida rápida. Inténtalo

Para su libro del mismo título Andreu Buenafuente creó este dibujo que sirvió de portada. Es una frase que nos sirve para mucho mas que para ilustrar un libro de humor, es una frase de autoayuda y de realidad en positivo. 

"Reír es la única salida"

Puede haber más soluciones, a Veces es complicado lograrlo, pero siempre funciona bien. Si logras poner humor en alguna medida, los dramas y los problemas parecen menos. Debemos intentarlo y todos los días debemos reírnos unos minutos para compensar.

12.3.20

Juegos para niños en días que no van a la escuela

El Estado nos manda a los hijos a casa por nuestro bien y por el de ellos, sobre todo porque el Estado no está para obrar milagros sino para gestionar los problemas e intentar dar soluciones. Y nosotros tenemos que tener esa responsabilidad social de aceptarlo y poner medidas para resolverlo, pues cada uno de nosotros somos también responsables de las soluciones.

Así que sea por el Coronavirus o por otro motivo, nos toca estar más tiempo con nuestros hijos lo cual puede (debe) ser maravilloso. Un niño se presta a tener ilusión con cualquier cosa que sea distinta. Y estar jugando en casa con ilusiones diferentes es un tiempo maravilloso. No se trata de intentar jugar con los mismos juguetes de todos los días, eso no sirve y es desaprovechar el tiempo.

Juguemos con hojas, con dibujos, con nuevas lecturas, con agua y harina, con barro haciendo cerámica, con óleo y pintando en lienzo, descubriendo quién era Babieca o quien Carlos IV según la edad. 

Adivinando las partes del estómago del cuerpo humano y la importancia del hígado o jugando a descubrir árboles diferentes en los libros de casa. Y si tiene un balcón intentado saber qué ave es cada una de la que pasan por nuestra cabeza según su silueta.

Podemos dibujar un alfabeto con un tipo de letra que nos podamos inventar o dibujar pájaros o cocinar una tortilla. ¿Te imaginas intentar copiar un cuadro de Miró o de Saura? ¿Y aprender cómo se dice Madre o Mamá en diez idiomas diferentes?