13.6.20

Aprendamos de Aragón, a negociar y hablar a la cara

Sin duda vamos a entrar en un periodo de desescalada de la violencia verbal y política de los últimos meses, gracias —todo hay que decirlo— a los principios de acuerdos mínimos entre el PSOE y Ciudadanos. Era inadmisible el grado que se estaba alcanzando y que crecía cada sesión parlamentaria hasta no se sabe bien dónde. El sentido común era y es inevitable, y la propia sociedad silenciosa pero muy mayoritaria ya estaba empezando a clamar.

Ya vale, simplemente porque nadie elige a un gestor político para estar insultando en vez de para resolver, plantear ideas, dudas o reflexiones. Y lo digo desde mi posición de político alejado tanto del PSOE como de Ciudadanos. No podemos seguir dando esos espectáculos idiotas y peligrosos.

Así que por favor, sigamos el ejemplo de Aragón, y aprendamos de una vez a negociar, a sentarnos en las mesas cara a cara, a hablarnos pensando en la sociedad. No es fácil, pero es lo que toca hacer ahora y es posible que siempre. Los túneles del miedo no sirven para nada.

Julio Puente (Ajovín)

12.6.20

Las mascarillas son obligatorias para fardar

Veo las calles como antes de la pandemia, llenas otra vez de gentes de buen pasear, pero ahora con su mascarilla que ya en la mitad de los casos es de diseño. 

Llevar mascarilla médica es transmitir que estamos en una sociedad enferma, que todo esto es un enorme hospital donde nos dejan salir pero a ratos, solo un poco. 

Llevar mascarillas de diseño es como llevar sombrero o gafas de sol, un simple complemento más. 

Yo tengo tres mascarillas de diseño. Una a rayas, otra naranja chillón y otra abstracta pero solo en sus telas. Me las voy turnado según me levanto con un carácter u otro. 

Cuando el genio me pida salir de casa sin mascarilla, ese día me quedo en casa castigado.

10.6.20

Ser charcutero está de moda. Para mi un vicio similar al sexo

Ser charcutero está de moda, pues tras el confinamiento tenemos la necesidad de comer grasas como los animales que han permanecido en hibernación muchos meses y salen a comerse el mundo. El jamón y el chorizo son el mundo actual. Y el buen vino. Y los bombones. Y el sexo. Nuestra generación, la de los sesentones, las gentes que conocimos de pasada los hippies… ¡uff!… tuvimos unos pocos años buenos, donde el sexo era algo normal. Pero se pasaron pronto y nos llegaron las siete plagas de la iglesia. 

Yo creo que ya el Sida nos tumbó unos buenos años. Aquello sonaba a castigo divino. Luego vino el ponerse exquisitos todas y todos con el sexo y aquello mas que una orgía para normales era un freno sin control. Todo parecía estar mal.

Ahora los ingleses ya advierten que por el coronavirus se tiene que dejar de hacer sexo fuera de la casa, algo que con mi edad ya no es problema. Vamos, ni de joven, y lo digo con esa tontería del tonto que admite su tontuna.

Así que siempre me quedó el jamón, el salchichón picante, la cecina y la cabeza de jabalí de la buena. Y el vino, claro está. A falta de sexo nada como comer y si además lograr ser de los que engordan lo justo, pues ya agradecido con el mundo. Así que efectivamente, yo siempre he tenido charcutero o charcutera de confianza. 

En las Delicias era exquisita y casi no cabíamos los clientes de tanto surtido alrededor de las paredes. En Miguel Servet lo delicioso era entrar a comprar y oler. En el Bajo sigue siendo una delicia ver los carteles con la procedencia de los chorizos. Y en La Jota lo bueno y curioso es el jamón cocido italiano y el chorizo de Salamanca. Menos normal es caer en el Tajo Británico, que allí sí, hay que moderarse. 

Y para terminar debo recordar el corte a cuchillo del Mesón del Jamón de Madrid, habitual en mis cenas hoteleras con unas piezas de jamón de Salamanca o de Extremadura, sin nombre caro, pero fabulosos para tomar con pizcas de pan y vino de Rioja. Y os lo juro, casi no engordo.

El silencio no lo recomiendo, pero evitar los gritos está muy bien


El uruguayo Eduardo Galeano tiene algo que lo convierte en poeta por ser uruguayo, o en uruguayo por ser poeta. Tal vez incluso, nació poeta y decidió nacer en Uruguay para estar a tono. Entre sus muchos brillos que alumbran caminos nos dejó este que ahora se encuentra en un escaparate de Zaragoza.

"En un mundo de plástico y ruido, quiero ser de barro y de silencio" Eduardo Galeano

Yo nunca recomiendo el silencio. Pero sí la suavidad, el buen tono, el no gritar mucho. Pero el silencio no, pues eso supone dar más potencia a los que gritan sin sentido.