6.10.20
Paremos para repararnos. Aceptemos que estamos rotos, puñetas!
Recibo de un antiguo amigo este post en mis redes sociales: En un mundo en el que vamos como pollos sin cabeza… necesitamos parar de vez en cuando… parar para reparar…
Simple, sencillo y real como la vida misma. Incluso en el baloncesto existe ese "tiempo muerto" que la mayoría de las veces es "muy vivo" pues supone cambiar y remodelar, reflexionar en equipo y modificar defectos. Parar para Reparar.
La pandemia nos ha vuelto más confusos y mentirosos
No nos podíamos imaginar que a estas alturas de 2020 íbamos a estar acojonados y llenos de incertidumbre por una pandemia que no entienden ni los técnicos ni mucho menos los políticos, responsables que pueden pasar de decirnos en marzo o abril que la mascarilla no era necesaria a contarnos ahora que hay que estar al aire libre aunque ellos mismos sigan cerrando parques y campos deportivos y no obliguen a que algunos servicios en el verano español se hubieran celebrado en la calle como así se ha hecho en New York. ¿También las mascarillas en el hogar, en todos los sitios cerrados como ya insinúan?
5.10.20
¿Cómo será el mundo en el año 2050, el que verán nuestros hijos?
Hace medio siglo, solo 50 años, todavía todas las actividades económicas productivas necesitaban dos manos, dos piernas fuertes y unos riñones. Hoy casi todas ellas se pueden hacer con un dedo. Desde segar trigo a revelar fotografías, desde plantar remolacha a fundir hierro.
Los nacidos en este siglo, la mayoría niños y algunos con grandes esperanzas de conocer el siglo XXII verán cambios todavía más profundos. Es cierto que la generación del siglo XX vimos unos cambios de todo tipo incluida nuestra forma de vida que ninguna otra generación anterior pudo vivir en tan poco tiempo.
Todo en el siglo XX se aceleró tremendamente y en una vida pudimos pasar de vivir sin agua corriente y sin luz en el hogar rural a tener internet de alta velocidad. Pero eso mismo llevado al siglo XXI les deparará a los niños actuales sorpresas que hoy no somos capaces de imaginar.
Entre ellas el nuevo papel del trabajo, de la educación, del ocio, del salario social, de los viajes, de las relaciones personales o del cuidado (o no) de la naturaleza.
¿El éxito será trabajar en equipos o será a través de individualidades que ejerzan de líderes?
¿Valoraremos más el trabajo comunal o la individualidad diferente y activa?
¿Qué podremos hacer con los millones de personas que no podrán tener un trabajo fijo por cuenta ajena?
¿De dónde se podrá sacar el valor añadido para repartir entre los millones de personas que no podrán trabajar pues no habrá trabajo necesario para todos?
¿Quién dominará el mundo en el 2050 y con qué criterios económicos y sociales?
¿Cuál será el nuevo invento que transforme el mundo como antes lo hicieron internet, la robótica o la informática personal?
4.10.20
Contra los tiempos de ansiedad, empleemos los tiempos más lentos
Todos los tiempos de incertidumbre se pueden convertir en tiempos de ansiedad. Y para ello debemos tomar algunas medidas. Una de ellas es no estar excesivamente pendiente de los momentos pues todo es relativo. Lo que hoy nos parece un problema importante puede convertirse en algo pasajero, o mirado desde otra óptica al día siguiente, saber encontrarle un punto de vista menos negativo.
Todo proceso negativo tiene su tempo y su tiempo de acción. O nos adaptamos o cambia la situación o lo miramos desde otra óptica.
Nada es eterno y lo sabemos bien, así que saber emplear el tiempo es una opción que a veces puede servirnos para no amargarnos, para que la ansiedad no nos paralice.
A nadie nos gusta ir perdiendo los tiempos de vida, los meses, así que como con la pandemia hay cosas que no podemos hacer igual que antes, debemos encontrar sustitutos para que no sea un tiempo perdido.
Son muchas las situaciones en las que nos gustaría hacer "lo de siempre" pero no podemos. Así que nos toca buscar sustitutos y tal vez incluso logremos encontrar otras formas, otras maneras, otros puntos de vista y descubramos actividades positivas y muy válidas.