11.10.20

Ser Voluntario ayuda mucho a la autoestima propia


Llevo varios meses haciendo labores de voluntariado en una gran organización. Y la verdad me está sentando muy bien para la mente, para superarme un poco más cada día, para creerme que soy capaz de hacer cosas. Solo el hecho de sentirme útil ya me hace despertar con más ganas cada mañana. Saber que lo que hago, sirve, es un lujo para la autoestima.

Me propuse como una obligación hacer todos los días de lunes a viernes entre 3 y 5 horas de trabajo, con la calma que da saber que si un día te encuentras enferma y no puedes ir, no pasa nada, y en un entorno seguro donde nadie quiere perjudicar a nadie.

En este tiempo estoy realizando labores administrativas y de Igualdad de Género y además voy a aprovechar para formarme y aprender cosas nuevas.

Estoy superando poco a poco miedos, ganando en autoestima y aunque los inicios cuestan un poco, porque pienso que no voy a poder con esta tarea o con esta otra… al final respiro, me calmo y puedo poco a poco con todo. 

Eso sí, sabiendo que tengo unos límites y que hay cosas que por mi formación no puedo hacer, pero eso ya es otro tema.

El caso, y para concluir, es que para personas desempleadas de larga duración y con el ánimo un poco bajo, ser voluntari@ puede ser una solución para tener la mente distraída y echar una mano donde más se necesita.

Sólo tienes que buscar lo que más te convenga y se adapte a ti. Y eso sí, no dejar de buscar un empleo remunerado, pues al final todos tenemos que sobrevivir en un mundo consumista y duro.

Laura Puente Ajovín

O cambiamos a los periodistas o les obligamos a ir otra vez a la universidad


El papel que están haciendo muchos periodistas por la España actual es abominable y sobre todo triste e incluso peligrosa. Necesitamos calma, tranquilidad, pluralidad y no espectáculo, sea televisivo, en redes o en artículos. Se necesita reflexión y aportar ideas, no insultar y aportar insultos de variado tipo o fuerza. Se necesitan periodistas profesionales que entiendan lo que España necesita en estos tiempos. España… no "su España".

Ayer otro técnico, en este caso el economista Juan Torres abandonó un espacio televisivo por el camino de los insultos de algunos periodistas hacia el momento y su presencia. Un periodista NUNCA debe llevar su odio particular hacia sus opiniones, pues se convierte en un animal irracional nada recomendable para ser escuchado. Sea de la ideología que sea. 

Todos debemos poder opinar con libertad, pero también con responsabilidad. Los vendedores de humo y miedos deben saber que están vendiendo un futuro peor, que su trabajo no sigue los cánones que les enseñaron en las universidades, de explicar e informar, de opinar aportando y no destruyendo. El papel de los periodistas en la sociedad es fundamental, pero utilizarlo para fines bastardos es peligroso.

10.10.20

¿Es cierto que los ancianos de Seguros Privados de Salud tuvieron un trato distinto?


Es triste, duro, sangrante casi, saber que los primeros datos de las investigaciones que sobre los fallecidos en Madrid en Residencias de Personas Mayores, hay un dato muy preocupante. Los internos que tenían Seguros Privados de Salud fueron atendidos en hospitales privados, mientras en algunos hospitales públicos algunos profesionales han declarado que nunca llegaron Personas Mayores desde las Residencias pues estaban las UCI al completo.

Vamos a pensar que estos primeros datos son ¿falsos?, una apreciación prematura que se corregirá según avancen las investigaciones. Si no fuera así… la preocupación sería enorme para los sistemas de gobernanza social en la España del siglo XXI

Contra la pandemia ¿Sirve el confinamiento si durase un año o dos años?


Si algo tenemos claro con esta pandemia del COVID es que no sabemos lo suficiente, que no hay un criterio único, que no estamos preparados para defendernos, que las vacunas tardarán en llegar, y que mientras tanto crecen las Olas sin saber los motivos. Incluso a las peleas políticas en algunos países, se dan las peleas técnicas entre diversos investigadores científicos. 

Esta semana hemos pasado todos los días de los 300.000 contagios en todo el mundo, una cifra nunca superada en meses anteriores. Es decir, estamos en cifras mayores, también porque se detectan de mejor forma los contagiados. Pero no bajan sino suben, aunque los fallecidos en todo el mundo se mantienen en una curva estable aunque suban los casos. Y estas cifras de fallecidos se mueven mucho entre países y sistemas sanitarios.

Pero algo sí es ya detectable. LA SOCIEDAD ESTÁ CANSADA y casi agotada, lo que lleva a una obediencia social mucho menor y a una crispación nada positiva. Mientras nos crecen en Europa los contagios, sin ver ni una solución ni un espacio tiempo del lugar donde finalizaría toda esta pandemia.

Ya se habla claramente de poner en duda los actuales sistemas de confinamiento. Lo que podría haber sido una herramienta excelente si dura un par de meses, no lo es si va a durar un año, dos años. Y ya se plantean otros escenarios para luchar contra la pandemia del COVID, como NO CONFINAR pero hacerlo con criterios científicos de diferenciación según vulnerabilidad.

Sabemos que la afección grave de la enfermedad (aunque se pueda dar también en otras edades) se circunscribe a edades ya muy determinadas y a un personal de riesgo muy definido

Y sabemos también que la inmunidad de rebaño, es decir que muchos nos contagiemos y de esa forma frenar los contagios, es una herramienta eficaz para evitar la propagación del virus.

En la Gripe de 1918 se logró atajarla simplemente con esa inmunidad de rebaño. No había otra forma científica. En aquella Gripe llamada Española la enfermedad afectaba más a los jóvenes, se cree porque los mayores de 35 años habían sufrido en parte una Gripe Rusa anterior y los había dejado inmunizados. 

Incluso hasta hace poco se han ido detectando algunos casos de esa misma gripe de 1918 mutada pero que es capaz todavía de multiplicarse desvirtuada.  

Confinar durante dos años es socialmente imposible o muy poco recomendable. Hay que detectar a las personas vulnerables y cuidarlas de forma especial. Hay que detectar a los que ya son inmunes y ponerlos a trabajar sin problemas, hay incluso que provocar el contagio social (esto suena a barbaridad pero algunos técnicos ya hablan de una herramienta más para la lucha) para que crezca la inmunidad de rebaño entre la población más fuerte.

No es posible paralizar la economía dos años en algunos países (otra cosa sería hacerlo en todo el mundo), no lo es paralizar las escuelas o las universidades, tampoco llenar los hospitales de enfermos que sabemos son capaces de defenderse contra le enfermedad de forma humanamente eficaz por sus propias defensas, y restan espacios a los enfermos vulnerables.

Hay que trasladar las actividades al espacio exterior, todas las que se puedan aunque haya que pasar frío o calor. Hay que volverse a relacionar sobre todo entre personas muy mayores pues la soledad también mata. El abandono social también mata y no se contabiliza.

Contra estas ideas de inmunidad de rebaño existen las dudas razonables —por no haberse dedicado a investigarlas en profundidad— del tipo de inmunidad que se logra tras pasar la enfermedad, pero también existen lagunas sobre el daño psicológico que a medio plazo está produciendo el aislamiento social. 

Hay varias formas de luchar con el COVID, el aislamiento es una de ellas, pero hay más. Y la más ineficaz de todas es la pelea social, las dudas entre científicos, los errores en los análisis matemáticos, sanitarios, económicos pero también psicológicos y sociológicos. 

Toca repensar todo el sistema de defensa, si no somos capaces de saber el momento de la finalización de la pandemia.

                Julio Puente (Ajovín)