8.6.22

¿Qué es la estanflación y cómo nos afecta?


Nos están hablando de un término viejo que vuelve, un peligroso acompañante de la economía herida, de las clases medias que temen cambios a peor. Se llama Estanflación y se trata de la suma de ESTANCAMIENTO e INFLACIÓN, los IPC suben y se descontrolan, pero a la vez estamos inmersos en un estancamiento económico, que impide tomar medidas más o menos sencillas para controlar la inflación.

Cuando la inflación sube sin control, por ejemplo a partir del 5% al 10% hasta el 15% al 25%, normalmente hay también una aceleración económica o un desastre de gestión económica. 

Suben los precios porque sube el consumo, sube la inversión, suben los movimientos económicos. Y el mecanismo de defensa contra la inflación se basan en subir el precio del dinero para controlar la actividad económica y que no se desmadre, se active más de lo que se controla con facilidad.

Parecería mentira que también nos preocupe una actividad económica excesiva, pero es que eso supone además de una inflación un cambio de modelo, de manos en las que está el modelo, que no a todos les gusta, como es lógico. Nadie quien controla, quiere dejar de controlar, ni que aparezcan otros actores que se suban al carro del ascenso.

La inflación es muy peligrosa para quien tiene activos monetarios parados, es decir los ahorradores. Quien debe dinero se preocupa menos, pues la inflación hace que deba menos, aunque deba la misma cantidad. Aunque en periodos de inflación normal, como lo habitual es que suban los tipos de interés, del pasivo y de las deudas, al final quien debe, sigue debiendo lo mismo.

Pero en periodos de estanflación no es posible subir los tipos de interés para nadie. Aunque hay tendencia a subírselos a las deudas. Y entonces no se puede compensar la inflación ni de forma parcial con las subidas de tipos de interés. Quien tiene ahorros pierde dinero, y quien tiene deudas sale mejor parado, aunque los bancos intentan subirles los intereses de ese crédito. 

Pero no solo las personas tienen deudas, también los países tienen tremendas deudas y en eso están todos muy atentos, para que no salgan perdiendo los que han prestado, que reciben menos valor del que dieron por culpa de la inflación. 

El empobrecimiento es claro y contundente, pues la barra del pan o el aceite sube de precio, pero no es fácil subir los sueldos, pues hay menos actividad económica y no es sencillo lograr más gasto en las empresas, cuando hay menos facturación o la misma, pero los costes añadidos a la actividad son mayores. Sean proveedores, suministros, materiales, etc. Se compensa en parte con su propio IPC de lo que venden, pero si no hay suficiente actividad eso es muy relativo, pues todos se quedan estancados "ESTANflación" esperando hacer las inversiones a otros mejores tiempos. 

Se mueven todos los precios, pero los mecanismos de corrección no se pueden poner en funcionamiento, por el estancamiento económico.

7.6.22

Los mayores de 60 tendremos que despedir a los mayores de 40


Los mayores de 60 años hemos estado más de una década dejando que los jóvenes de 40 y 50 años ocupen sus localidades sociales, e intenten —como hicimos nosotros en los años 70 y 80 del siglo XX— tomar en España las riendas de su sociedad, de aquella que les corresponde gestionar por edad. Deberían, son los responsables de la sociedad que dejarán a sus hijos, a nuestros nietos.

Pero están saliendo muy flojos, incapaces, mareantes incluso, sosos y aburridos, tacticistas para nada, poco preparados para la negociación y para ver los árboles entre el bosque. 

No están superando el examen de Primero de Gestión de España.

Así que tal vez, no sé, los abuelos de hoy, los mayores de 60, tengamos que volver a tomar las riendas de España a base de echar a los jóvenes cincuentones a gorrazos, más que nada para intentar salvar lo poco que va quedando de una democracia compleja y débil… y para entregársela a nuestros nietos.

Consejos sencillos para aprender a escribir mejor

Preguntaban el otro día en la radio a varios escritores diversos, por aquellos consejos fáciles para escritores noveles, para mejorar sus técnicas a la hora de aprender a escribir… literariamente mejor, cuando hoy todos queremos escribir y no todos sabemos lo suficiente de un oficio complejo.

Uno de los contertulios respondía: Leer, leer, leer, leer.

Yo diría que leer, escribir, leer, escribir, leer, escribir.

Nada hay mejor para aprender que practicar. 

Aprender practicado y recibiendo críticas. 

Dando a corregir a tus peores y cercanos críticos y amigos, a los más duros, a los que con confianza te dirán que no les gusta, qué hay que cambiar, aquello que según el lector crítico debes mejorar.

Y leer mucho y a muchos. 

Destripar los escritos de otros, aprender a ser crítico, a descubrir los trucos de la escritura ajena, a darle la vuelta al traje y descubrir las costuras de la escritura ajena.

Escribir ayuda mucho a cada persona, aunque no sea una escritura que vaya buscando la publicación. Es en realidad una pequeña terapia personal, pero que debemos cuidar, mejorar, aprender a practicar con mas calidad cada día.

Cortapichinas y espachurrar ¿palabras bonitas?

Espachurrar o despachurrar es una palabra que me produce simpatía aun siendo una acción violenta. Pero me gusta. No tanto la acción que contiene como la palabra en sí misma. No sucede con otras muchas palabras. No tanto por lo que significan como por su sonido.

Pene o polla no me gusta nada, pichina me parece mucho más simpática. ¿Alguien sabe lo que es un cortapichinas o tijereta? Os la dejo arriba, para que os conozcáis.

Espachurrar es aplastar una cosa estrujándola o apretándola con fuerza hasta destrozarla. Pero es también estropear el final de una película, de una novela, contando su contenido o su final. 

Y es además dejar a quien te escuchar sin posibilidad de réplica, cortado, sin posibilidades para que se defienda. Viene de la palabras más antigua “Despanchurrar” que significaría reventar la barriga, las tripas, hasta dejarlo hecho unos zorros. 

Efectivamente, es más fino espachurrar que despanchurrar, que parece más bestia, más inhumano aunque el resultado sea el mismo.

Por desgracia hay cierta tendencia humana a espachurrar a los cortapichinas en cuenta las vemos cerca. Es ley humana.