20.12.23

No son tiempos fáciles para la política. Y nos reímos de eso

No son tiempos fáciles para la política, para los políticos. Y eso hay que hacérselo mirar. No podemos vivir a espaldas de la política pues sale muy caro, y simplemente por que no la queramos entender, por que no deseemos entrar en ella si es que la actual no nos gusta.

La política es muy necesaria, pero nos han convencido de lo contrario. 

Dicen que los políticos somos una mierda y es posible, pero en realidad no es solo por robar como dicen las malas lenguas, sino por ser unos incapaces. A los ladrones siempre se les puede meter en la cárcel. A los torpes hay que sufrirlos.

Lo peor de un político no es que se compre con dinero público un bote de gomina de 6 euros. Lo peor es que por una equivocada decisión de un torpe se pueden perder millones públicos.

En política tienen que estar los mejores, no los que vayamos quedando en el poso del colador. Simplemente porque sus decisiones nos afectan y mucho a todos, en el presente y en el futuro. 

Pero eso no lo queremos entender, sino al contrario, lo odiamos, los odiamos.

Estos tiempos son curiosamente inútiles, o llenos de inútiles. 

Nunca había visto yo incapacidades urbanas en mi Zaragoza como en estos momentos. Achacables al mal control que se hace sobre los que tienen que trabajar en lo público. Los políticos y gestores están más a la bronca que a realizar su trabajo, que no es estar dando ruedas de prensa con palabras brutas.

Yo que he sido Vocal Municipal en dos legislaturas del Rabal zaragozano (75.000 vecinos) observo los HOY y se me cae al alma a los pies. Incluso a veces la oigo rebotar al llegar al suelo.

No, no estoy hablando de la manida frase de: "Otros tiempos anteriores fueron mejores" sino de que estos tiempos se han convertido en muy incapaces. Que parece lo mismo pero es otro tema.

La vida de la sociedad se mantiene a duras penas y con mayores de 65 años en (casi) todos los casos. El urbanismo pequeño es de una tremenda dejadez. Las ideas nuevas y los proyectos son una entelequia. No existen. 

Lo que se dejó sin hace hace 10 años, sigue comiendo polvo y nada sale nuevo en los barrios. Poco a poco se nos va muriendo la energía.

Si entonces nos reuníamos cuatro veces al mes, ahora se reúnen 2 veces cada dos meses. Y siempre eran tiempos gratuitos, de voluntariado para ver problemas y buscar soluciones. Hay dejadez, alimentada por los que quieren que haya dejadez. 

Política viene de "Ciudad", de estar gestionando lo que es de todos. El "arte" propio de los ciudadanos que gestionan la vida de la sociedad, la ética y la POLIcía de las "cosas sociales", de los Estados, con independencia de su tamaño.

Para esa gestión podemos poner a los más tontos, a los mejores o a los únicos que queremos hacerlo. Pero no tengamos dudas, recogeremos lo que sembramos.

Ajovín

19.12.23

Nunca los hombres han estado tan baratos. Creo


En aquella Celtiberia Show de Luis Carandell del año 1970, se quedaron abiertas de par en par las puertas para fijarnos en nosotros mismos y en nuestras dobles intenciones, incluso en nuestras barbaridades. Este cartel es una muestra de aquellos intentos por reírnos de nosotros mismos.

Nunca los hombres estuvieron tan baratos. Incluso nunca habíamos estado en liquidación. Entendiendo como liquidación la acepción de estar de rebajas, no de intentar liquidarnos del todo. En realidad solo 3 euros por hombre, parece un precio bajo… de entrada. Luego está lo que realmente costamos de mantener.

Gordofobia del año 1939 en una viñeta de humor


El humor de 1939 dejaba mucho que desear pues se utilizaban los estereotipos a saco, y se iba a lo fácil. pero no debemos olvidarnos que eran otros tiempos. Aquí entran a saco con la gordofobia, sin pararse a nada más. 

Luego decimos que no hemos mejorado en estas décadas pero es que no lo queremos reconocer. Sí, hemos mejorado y mucho en humanismo, en aceptación social, aunque nos quede mucho por mejorar.

Normas y límites. Fundamentos de una educación válida

«Educamos a los niños para vivir en Disney y después se encuentran con The Walking Dead»

Esta frase de arriba, y que parece tonta e irreal, es una auténtica realidad que no nos damos cuenta de ella, es una acción educativa global que incluso la realizamos embestida de amor, creyendo que debe ser nuestra forma de comportamiento positivo. 

Está dicha por Pedro Aguado y Francisco Castaño en la presentación de su libro “Aprender a educar”

No estamos con nuestros hijos todo el tiempo que consideramos necesario, y por ello junto a nuestra forma de ser actual, hace que los protegemos en exceso dentro de una vida maravillosa y de plástico que nos han montado para que la podamos consumir, eso sí, con dineros que ganamos por no estar más tiempo con nuestros hijos. 

Pero la vida no es tan maravillosa y mucho menos debemos hacerles creer que es sencillo estar dentro de esta vida rosa y fácil, que es barato y sin esfuerzo poder disfrutar de lo que nos han montado para engañarnos temporalmente. 

Cuesta muchas horas de nuestra vida poder consumir una felicidad que dura unas pocas horas de un día.

Explicamos en exceso nuestras decisiones con respecto a nuestros hijos, creyendo que esa pseudo democracia que ya tenemos debe impregnar todo tipo de decisiones, con una información excesiva. 

Si algo no se puede entender, explicarlo en exceso puede resultar perjudicial. Un niño no va a sufrir más por no quererle explicar en exceso el motivo de que ahora no toca comprar caramelos. 

Los niños deben acostumbrarse al NO e incluso a sufrir en algunas ocasiones. Y es mejor que aprendan a sufrir de la mano de sus propios padres que de la mano de la sociedad. 

Protegerlos SI. Protegerlos en exceso NUNCA.

En las familias deben existir normas de convivencia desde siempre. Normas obligadas y no previo pago. Como las tienen los adultos. Normas obligatorias, claras, contundentes, como lo son las que tenemos que cumplir los adultos. 

Los límites son muy necesarios en la integración social de los niños. Todo tiene límites en la vida. Los tendrá cuando vuelen solos. 

Y si las normas y los límites no están claros, no se admiten, no se entiende, NUNCA se negocian en exceso, se escriben, se dejan muy claros y se exige su cumplimiento.

Para eso es fundamental que los dos padres tengan claro el papel de educar, de poner límites y normas, de lo positivo que es comportarnos con normalidad con nuestros hijos. 

Poner normas y límites es comportarse normalmente, no es crear una dictadura familiar. Pero cuanto más rebelde se vuelva un niño o una niña, más unidos deben estar los padres y más claras y contundentes deben ser las normas y los límites.

Los padres somos los responsables subsidiarios de nuestros hijos. También de lo que ellos hagan o dejen de hacer. 

De sus violencias, de sus actos, de sus errores. Luego, si somos los responsables, debemos ser los que controlemos sus actos en todo sentido. Si no lo hacemos demostramos ser unos irresponsables. 

¿Qué hace nuestro hijo con el internet que nosotros le pagamos? ¿Qué manda y qué recibe? ¿Con quien tiene relaciones? Esto solo, por poner un ejemplo final.