27.12.23

Las guerras son para matar, crear miedo, destrozar y vencer. O morir


Las guerras son para matar, para crear miedo, para destrozar y vencer. O para morir. No tenemos dudas casi nadie. Y los ejércitos aprender a utilizar las armas precisamente para esos cometidos, y para enseñar a otras personas civiles en caso de problema, a que sepan matar también.

Las fábricas de armas, estén en Zaragoza, Corea del Norte o en los EEUU, fabrican armas y explosivos para matar. No son para hacer piruletas ni para lograr croquetas de merluza. 

Es lógico, lo tenemos asumido y con eso vamos tirando por la vida. Cuando vemos un desfile militar tenemos que asumir que están preparados para matar. Nada más que eso. Nos dicen que para defendernos, pero no nos cuentan que hay otros ejércitos o muy lejos que están preparados para lo mismo, y eso sin contar que en España somos muy dados a matarnos entre nosotros mismos.

Mi padre estuvo en una guerra, le tocó. Nunca quiso hablarnos de aquello. Nunca. Leves pinceladas de anécdotas suaves. Me/nos imaginábamos el motivo. En la imagen que vemos arriba se observa esta semana de Navidad como una excavadora tiene que ir enterrando a los muertos metidos en bolsas de manera apresurada pues hay muchos esperando.

En realidad es como tirar la basura. pero dentro de esas bolsas azules van personas, iban más bien personas, que tenían un futuro. Y una familia. Y los que observan se están quedando afectados de un odio vírico que se contagia. 

Nunca he entendido bien esto, la torpeza de alimentar guerras que simplemente alimentan a guerras del futuro. Es como hacer una cardioversión. Te quedas bien, como nuevo, te han apagado el corazón un segundo y vuelves nuevo. Bueno… nuevo hasta la siguiente vez que necesites otra cardioversión. 

25.12.23

Pablo Neruda y Manuel Vilas. Dos maneras


Tal vez una buena manera de entender, vivir, avanzar en esta Navidad de 2023, sea comenzar el día de Navidad leyendo dos artículos, uno del aragonés Manuel Vilas publicado en varios diarios del Grupo Correo y otro de Pablo Neruda. 

Ambos van dirigidos a la Gente Normal, pero curiosamente a la Gente que tenemos el destino de este país, el futuro de este país, aunque no queramos entenderlo, y pensemos que el Futuro lo escriben a los que insultamos.

No sé si son maneras de ver la vida, formas de aconsejar los caminos que debemos explorar, un poco de todo o un poco de nada. Daría igual, es verdad, simplemente son palabras internas suyas, que no está nada mal conocer.

Feliz Navidad, lectores.

Julio Puente - Ajovín



24.12.23

También en NocheBuena tenemos que olvidarnos de los mejores deseos

Estamos en la mañana de la NocheBuena, tiempos de preparar las cenas y comidas, de estar todos un poco más juntos, incluso más unidos, y de pensar que si quisiéramos, podríamos ser incluso mejores personas.

Pero no queremos. 

Sabemos cómo, incluso sabemos que sería positivo si nos lo deseamos con ganas de cumplirlo, todos a la vez, un solo día al año. 

Y lo olvidamos también todos a la vez. 

Somos animales aunque sepamos leer y escribir a diferencia de los chimpancés. Del resto de actitudes humanas y a su vez vitales y animales, nos parecemos bastante.

No son tiempos para seguir creyendo o no en las diferentes religiones, sino para preguntarnos si somos capaces de mejorar, y lo curioso es que siempre nos respondemos que sí, y que es positivo hacerlo. Pero nos duran horas esos buenos deseos.

Y como llevamos cientos de años haciendo lo mismo, lo mejor es seguir pensado en que ya nada nos va a poder cambiar. 

Somos como somos.


23.12.23

Cómo bajar el estrés laboral o su intensidad

El estrés laboral —en general—, va en aumento en estos tiempos y nos está afectando en nuestra capacidad de disfrutar de la vida. Que esté aumentando en general no nos impide tomarnos con seriedad este problemas e intentar buscar soluciones, pues al final nos va a afectar a la salud de manera importante. 

Debemos practicar técnicas que nos ayuden a superarlo, sobre todo si es ya un estrés laboral crónico.

Habría que llevar una dieta sana, tipo mediterránea, sin adicciones, y hacer ejercicio con regularidad para relajarnos practicando ejercicios que nos ayuden a desahogarnos.

Tener aficiones ajenas al trabajo que nos ayuden a tener fuerzas para seguir peleando y que nos sirvan para encontrar ganas de valorar la vida, con actividades ajenas al propio trabajo. Y practicar técnicas de relajación mental, que las hay de muy variado tipo.

Pero es muy conveniente averiguar qué aspectos laborales son los que más estrés nos están produciendo, para intentar cambiarlos, concoerlos mejor, aprender a controlarlos. 

Es bueno conocer algunas técnicas asertivas, sobre todo cuando existan problemas de comunicación con jefes y compañeros que son estos los problemas que más hacen crecer el estrés laboral.

Si el volumen de trabajo es muy alto, conviene aprender técnica de gestión del tiempo, de organización del trabajo y hablarlo con tus superiores para intentar delegar una parte de tu trabajo o para reorganizar el mismo.

Si el estado de estrés sigue aumentando, no es posible controlarlo o bajarlo, inevitablemente habrá que ir considerando la posibilidad de cambiar de profesión o de actividad, pues la salud… primero avisa pero luego ataca y responde con problemas graves a veces. 

En ese momento, cuando ya uno mismo se da cuenta de que no es posible rebajar su actividad y que el estrés le está venciendo en su vida personal, es cuando hay que acudir a un profesional clínico a pedir ayuda.