17.8.11

Normas y dimensiones básicas para las imágenes que colocamos en nuestros blog

Acabo de entrar en el blog de un político conocido y observo que la imagen de su primera entrada se me va cargando muy lentamente. Una vez entera, me la descargo a mi ordenador y observo que ocupa 40 megas y además la ha colocado con un encuadre recortado y girada 180 grados (su página de internet se lo permite). Tremendo. En un ordenador algo lento o viejo no llegará a cargarse.

Las imágenes en internet cuestan dinero. Su ocupación en los servidores cuesta dinero, mucho dinero que hay que pagar por parte del dueño de la página. Esa imagen de 40 megas, comprimida, ocupaba 7 megas. Serán 7 megas que habrá que pagar todos los años y así multiplicados por muchas imágenes más. No debería ocupar más de 50 K. Solo eso para una pequeña imagen. Unas 140 veces menos. Y se vería igual en pantalla.
Debemos acostumbrarnos a colocar imágenes que no pasen de un tamaño de unos 250 mm de ancho para las horizontales e incluso menos para las verticales y a 72 p.p.p. No es necesario más para que en pantalla se vea bien. Eso si, en RGB y guardadas como .jpeg .jpg en una comprensión de valor 5. Tendremos imágenes que se cargarán más rápidas, que no llenarán los servidores donde tengamos alojadas nuestras páginas y al final serán más baratas para todos.

16.8.11

Análisis económico (propio) de la primera mitad de 2011 en España

El Instituto Nacional de EStadística INE en España, acaba de publicarr un par de datos sobre la cifra de negocio de la industria y el sector servicios, aderezado con el dato adelantado de la evolución trimestral del PIB. 
¿Qué mejor momento para ver una pequeña foto de cómo está la economía?

Podéis ver los datos tanto en el INE como en mi propio Banco de datos económicos, ya actualizado. Vamos a atender a los valores recién publicados, que datan hasta junio 2011.

Mucho se va a hablar de la desaceleración económica, de la recaida del sistema español y mundial. Las dudas no son nuevas, pues ya hace meses, incluso años en EEUU, se hablaba de una crisis en "W" (caída, ascenso, caída otra vez y recuperación total). Los pro-déficit como yo (que nadie me queme en la hoguera, por favor),  lo veíamos venir como algo connatural a la forma de hacer las cosas. Esta recaída se traduce en un crecimiento del 0,7% del PIB en el segundo trimestre de 2011.

¡Pero si es crecimiento!…, ¿cómo puede ser recaída?

Cuando hablamos de tendencias, asistimos a la evolución del crecimiento interanual (lo que ha crecido el PIB desde el año anterior). Crecer al 0,7% es crecer, pero es crecer menos de lo que crecimos en el trimestre anterior, mientras que en una recuperación saludable deberíamos ir creciendo cada vez más, hasta recuperar la tendencia de crecimiento inicial (previa a la crisis, y nos falta mucho…).

En este gráfico se puede ver bien (como viene siendo costumbre, pinchen para verlo mejor):
La crisis es la tremenda caída, desde el 2,7% a principios de 2008 al -4,4% a mediados de 2009. Tras tocar fondo el decrecimiento comienza a ser menor y a mediados de 2010 entramos

¿Estamos dentro de una nueva recaída en la economía mundial?

La recuperación de la economía global sigue siendo frágil al menos en Europa, EEUU, Japón e incluso China. La desaparición rápida de la confianza en la recuperación es muy preocupante, lo que nos devuelve a un declive del mercado alimentado por el pesimismo. Esta sensación global y social de que estamos en una recaída nos está llevando efectivamente a la recaída. 

La sensación “casi” total de que: no hay dinero, no hay actividad, hay muchos trapos escondidos, se cierran empresas, nadie crean empleo, es más la deuda privada que la pública que ya es de por sí excesiva, los bancos tienen problemas que esconden, el euro se tambalea; hace que el miedo atesore las pocas posibilidades de actividad que se deberían crear aunque fuera por el lógico recambio del funcionamiento lógico. 

Se mueren empresas, servicios, personas. Luego es lógico pensar que se tendrían que crear como recambio: empresas, servicios, puestos de trabajo. Pero no se crean, se amortizan. La única manera que parecemos saber para recortar gastos y déficit es: consumir menos (no mejor), reducir mano de obra productiva y de servicios (no más productividad media), esperar a que esto acabe con lo mínimo imprescindible. 

Es cierto que una gran parte de la sociedad está endeudada. Tan excesivamente endeudada que ya se prever fallos futuros a poco que esto dura un año o dos años más. Previsión que frena la recuperación y nos lleva a acertar en el pronóstico. Viviremos fallos en la deuda simplemente por que no somos capaces de activar las defensas, encogidos por el pesimismo de que es inevitable. Y lo es si seguimos pesimistas.
Se podrá decir que es imposible ser optimistas, pues se perderá el activo del optimismo al estar convencidos de que son muchos más los pesimistas. Puede ser. 
Pero en todo proceso de crisis hay gente que sabe aprovecharlas para sus beneficios. Gente que no se queda quieta esperando. Toda crisis es un periodo de cambio, y solo los que intuyen cual será el futuro sabrán sacarle beneficio a este camino lleno de piedras.

Tiempo que dedicamos a la formación cada día, según edades

La estadística es persistentemente aclaratoria, si se hace bien. Aunque este estudio refleja datos de Aragón, son más o menos la media de España, lo que debe hacernos preocupar por un dato muy negativo. Los estudiantes en Aragón han reducido drásticamente el tiempo que dedican a su formación, según revela la Encuesta de Empleo del Tiempo que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). 
Los datos de este informe revelan que si bien en el año 2002 a los menores de 25 años de Aragón dedicaban a formarse una media diaria de 6 horas y 21 minutos, en el año 2010, han pasado a emplear solo 5 horas para la formación. Este dato supone una reducción de más del 20% de su tiempo diario. A la menor dedicación a formarse se une, una reducción del porcentaje de personas de esa franja de edad que tienen la formación como una de las principales tareas de su jornada, que en esos 8 años cayó del 15,8% —casi uno de cada seis— al 13% de los jóvenes aragoneses —apenas uno de cada ocho—.

Por el contrario, el interés y la dedicación al estudio y la formación ha aumentado en la franja más madura de los adultos y entre los ancianos. Así, el porcentaje de los aragoneses de 45 a 64 años que han incluido los estudios entre sus tareas principales ha pasado de un escuálido 0,4% a superar el 5%, mientras que la tasa se ha duplicado —del 1% al 2,1%— entre la gente que ha alcanzado los 65 años. Los datos de la Encuesta de Empleo del Tiempo revelan que en esos ocho años ha crecido el tiempo que los estudiantes maduros (entre 45 y 64 años) dedican a formarse, que ha pasado de una hora y media a cuatro, mientras que los ancianos lo han reducido de una hora y cincuenta minutos a una hora. En los aragoneses de 25 a 44 años se ha dado un descenso tanto del porcentaje de personas que estudian —baja del 8,4% al 4,9%— como del tiempo que dedican a esa tarea, que se reduce a menos de veinte minutos hasta situarse en 3 horas por jornada.