19.12.17

Por qué se equivocó la revista Time en 1970?

La influencia de la revista Time en más de medio mundo es indudable, hoy y en el pasado sobre todo. No solo en los EEUU que es donde nace y se publica su edición más vendida sino en todo el mundo que quiere estar informado, sobre todo en los años 70 a 90, donde no era tan sencillo tener buenos periodistas en las pomadas donde se creaban las noticias que influían en el mundo. Dicho esto, me voy a centrar en una noticia sobre España.

En el primer número de la revista Time de octubre de 1970, se publicaba un amplio artículo sobre la situación de España con un Franco ya mayor y un Príncipe al que no todos consideraban capaz para dirigir a una nación europea con tanto peso estratégico como España.

A los americanos les importábamos tres pitos los españoles, pero en cambio le importaba y mucho España por si situación geográfica, cerrando el Mediterráneo, separando Europa de África, siendo la gran zona del Mediterráneo más cercana a los EEUU.

Así que todo lo que publicaba Time en aquellos años sobre España, que era muy poco, tenía una importancia muy a tener en cuenta. Y en esta fecha dieron la campanada con unas notas que no se cumplieron ni una sola de ellas. ¿Por qué se equivocaron en todos sus datos? ¿Quién les transmitió esa información a Time? 

¿Pudo ser un fake para intentar algunos movimientos interesados y presionar en algún sentido que hoy seguimos desconociendo? 

Veamos qué dijo Time en el año 1970 sobre la situación de España.

Franco iba a dejar su puesto antes de finalizar 1970, abandonando su vida pública dada su mala salud. El Príncipe iba a ser coronado Rey pero sin poder ejecutivo. El puesto de Franco lo ocuparía en principio Carrero Blanco y durante poco tiempo, hasta que fuera sustituido o bien por el Ministro Sin Cartera en esos momentos y con posterioridad Ministro de Asuntos Exteriores Laureano López Rodó o por el entonces Ministro de Asuntos Exteriores Gregorio López Bravo. Ambos con gran trayectoria respetable fuera de España, tanto en Europa como en los EEUU.


Libertad sin ira…, pero sin pausa

En esta viñeta de octubre de 1976 de Diario16 se refleja el pensamiento de aquellos meses iniciales en la Transición. Muerto Franco todo parecía ir muy lentamente, sin que las libertades de verdad llegaran, sin que la sensación de cambio o de ruptura parecieran abrirse paso en la historia.

Libertad sin ira, sí. Sobre todo como lema para calmar a la sociedad. Pero sin pausa, a una velocidad que se notara. Una vez lograda la calma social, al menos la magra, se consiguió desde el poder político frenar la velocidad para que todas las expectativas de cambio real se fueran enfriando.

18.12.17

No revuelvas el pasado durante la Transición

En los primeros años de la Transición la sociedad española estaba claramente dividida entre los padres que habían vivido la guerra en carne propia o la posguerra del hambre y el miedo, y los hijos que conocían (o no) las referencias de una Europa democrática y ya sabían que el futuro era suyo y lo debían escribir sin esperar a sus padres y abuelos. Jóvenes que a partir de los 17 años ya salíamos a la calle a manifestarnos o a escuchar en festivales a los pocos adultos que explicaban lo que era la libertad.

Y ese miedo y enfrentamiento generacional larvado de los adultos con sus hijos les atenazaba, fueran de la clase social que fuera. Y siendo distinto el motivo, existía en muchísimas familias de trabajadores, de clases medias o de la burguesía conservadora y franquista.

Los padres no querían hablar de los años de guerra o de hambre o de falta de libertad. Y no deseaban volver a sufrir nada parecido, pues en su interior admitían que no sería posible una transición a la democracia de forma suave y pacífica. Incluso temían ser juzgados por su pasividad y su aceptación durante excesivos años de dictadura.

Cuando ya muerto Franco observaron que no sucedía nada que les exigiera tener más miedo, empezaron a pensar que sus hijos podían tener razón y les animaron o permanecieron en silencio, dejando que los acontecimientos fueran transcurriendo desde las nuevas generaciones.

Pero en el interior de las familias burguesas, franquistas o más atemperadas con remover los viejos fantasmas, existía ese grito de la viñeta.

Edifica tu futuro, pero ojo, no nos toques el presente ni revuelvas el pasado

La conciencia de que la brutalidad franquista era algo que había que juzgar y conocer vino ya en la década de los 80, tímidamente al principio, pero sí con la fuerza de cómo poco se quería saber qué sucedió en verdad, para que España se hundiera en un fascismo durante tantos años.

Conversación entre Adolfo Suarez y el golpista Tejero

En la noche del 23F, Adolfo Suarezsolicitó hablar con el golpista Tejero a solas, para pedirle explicaciones, y con la complicidad del ujier de la Cámara Antonio Chaves, logró Suarez que el golpista Tejero le atendiera a solas unos minutos en privado dentro de una salita de portería. El ujier hasta que fue expulsado por Tejero, tomó nota de lo que allí hablaron de forma muy tensa y casi a gritos, y bastante años después, en enero del 2012, aquellas notas se las entregó el ujier a Alfonso Guerra, y por eso las conocemos hasta el momento en que fue expulsado de la sala.

Suárez: ¿Dónde podemos hablar?
Ujier: Presidente; aquí hay un cuarto.
S: Explíqueme qué locura es esta.
Tejero: Por España; todo por España.
S: ¡Qué vergüenza para España! ¿Quién hay detrás de esto? ¿Con quién tengo que hablar?
T: No hay nada que hablar. Solo obedecer.
S: Pero, ¿quién es el responsable?
T: Todos; estamos todos.
S: Como Presidente del Gobierno de España le ordeno que deponga su actitud.
T: Tú ya no eres Presidente de nada (actitud amenazante).
S: Le ordeno…
T: Yo solo recibo órdenes de mi general ¡Siéntese!
S: ¿Qué general?
T: Milans. No tengo nada más que hablar.
S: Le insisto. Soy el Presidente.
T: No me provoque.
S: Pare esto antes de que ocurra una tragedia. ¡Se lo ordeno!
T: Usted se calla. ¡Todo por España!
S: Le ordeno…
T: ¡Cállese; siéntese! (Dirigiéndose al ujier) ¡Usted fuera!


Según se supo, tras aquella discusión Tejero se le acercó con la pistola en la mano a Suarez y se la puso en la sien. Suarez le grito sabedor del final un: “¡¡Cuadrese!!”, y Tejero tras mirarle con desprecio dio media vuelta y salió de la sala donde quedó recluido toda la  noche Adolfo Suarez. En realidad Tejero era un teniente coronel incapaz de tomar decisiones por su cuenta, habiendo superiores militares que tenían que ir a dar las órdenes pertinentes. Nunca llegaron y le dejaron solo.