20.1.19

Diez cuidados y cambios para personas mayores

Las personas mayores no queremos ser eternas, vivir cien años. queremos vivir lo mejor posible el tiempo que nos quede por vivir. Lo mejor posible sobre todo en cuanto a salud y calidad de vida. Aspiramos más a no tener dolores o a no estar impedidos que a durar mucho más tiempo del necesario para poder disfrutar medianamente de la vida, admitiendo nuestras cada vez mayores limitaciones. ¿Podemos mejorar estos pronósticos?
Hay algunas pautas más o menos sencillas, dependiendo de las personas y de sus ganas de hacer cambios en la vida, que nos ayudan (sin asegurarnos nada) en que los años que nos queden sean de más calidad. Vemos algunos brochazos.

1/ Tenemos que admitir que sufriremos enfermedad crónicas. Es el primer paso, admitirlo. Hacernos mayores es lo lógico y positivo.

2/ El ambiente social de nuestra vida nos afecta y mucho. Disminuir emociones y estrés es fundamental

3/ El estilo de vida afecta y mucho más de lo que deseamos admitir. Hay que ser más positivista y reír mucho más, buscándolo

4/ Hay que dormir más, descansar, relajarnos. Una vida más lenta, más slow life

5/ Hay que comer más sano y menos cantidad. Dieta equilibrada, con menos alcohol y nada de tabaco. Verduras, frutas, leche o calcio y cenas suaves

6/ Hay que realizar actividad física. La que sea, moderada o no. Pero hay que moverse con las piernas y con los brazos

7/ Debemos contaminar menos. Contaminar menos supone contaminarnos menos y estar más limpios internamente

8/ Cuidar la salud física, pero también y mucho la salud mental, la afectiva. Cuidarnos, antes de que nos tengan que cuidar

9/ Hay que participar en la sociedad y hay muchas maneras de hacerlo. Cultural, espiritual, cívica, social. Eres una personas muy válida y necesaria, pero no eres esclavo de nada ni de nadie

10/ Debemos organizarnos alrededor una seguridad pasiva ajustada a nuestras crecientes necesidades; en casa y en las ciudades

¿Sabemos tener buenas relaciones con los demás?

Nuestros derechos como empresarios o como trabajadores (o como personas), son muchos, muy variados, inmensos, enormes. Son muchos más de lo que imaginamos, y muchos menos también de los que imaginamos. Así que mucho cuidado con creer que tus derechos son simplemente aquellos que crees que son tus derechos. Puede que no coincidan con los reales.

O lo que es MUCHO PEOR, que aunque tengas derechos, derecho a muchas cosas, no te convenga nada exigirlos en este momento. Seas empresario o trabajador.

Y todavía menos inteligente es sabiendo que tienes derechos, que incluso es posible que no te convenga nada exigirlos…, a la vez NO SEPAS PEDIRLOS. Seas un auténtico cenutrio a la hora de plantear cambios, exigencias, derechos.

Sobre todo porque a la hora de exigir derechos —repito una vez más, seas trabajador o empresario o persona— te vas a encontrar con los derechos de la otra parte. Y sus derechos es muy posible que sean tus obligaciones.

Así que sin duda hay que realizar tres acciones muy simples.

1/ Conocer bien tus derechos y tus obligaciones

2/ Analizar si es este el momento correcto y mejor para tus intereses a la hora de solicitar cambios

3/ Aprender bien que las formas son la mitad del camino del fondo

La viñeta del día. Quino y los despidos

El genial Quino nos muestra en este viñeta el tamaño de nuestras vidas. Un simple pincho rojo puesto en un mapa. Somos un simple mecanismo de movimiento ajeno, una rueda dentada que hace mover mecanismos hasta que nos cambian por otra rueda dentada más rápida, más barata o más bonita. 

Admitir que somos un simple pincho rojo en la vida de otros es el mejor camino para poderte defender. 

Así no vives engañado. Y de esa forma si encuentras otro mapa entiendes mejor que igual hay que cambiar, que todo depende del resto de pinchos rojos del nuevo mapa. ¿Eres más guapo que ellos, más rápido, más joven, más largo? Pues entonces es posible que cambiar de mapa puede ser positivo para ti.

Vivimos en una realidad muy pequeña, y no queremos salir a conocer más

Vivimos en una realidad muy pequeña, muy pequeñita diría mejor. El mundo —como muy bien sabemos pero olvidamos enseguida— es mucho más que un Telediario, un globo terráqueo que vemos en las escuelas, una lista de dramas lejanos o de guerras que no imaginamos. Es sobre todo culturas, sociedades, urbanismos, sensaciones, personas.

Muchas personas con las mismas necesidades que tú.

Mientras vivimos solos en nuestros barrios y no queramos (o podamos) salir de él, no seremos capaz de entender bien todo lo que sucede en nuestro propio barrio. 

Lo que nos sucede hoy en la vida tiene mucho que ver en este mundo ya globalizado y por ello con lo que sucede en otro punto muy lejano. Desde el precio del pan a los vecinos que tenemos, la seguridad y la amabilidad que nos rodea, el cuidado a los ancianos o la religión, incluso parte de la educación que reciben nuestros hijos depende de las sensaciones globalizadas de lo que sucede a muchos kilómetros de distancia.

No podemos conocer o visitar todas las sociedades, pero hay que abrirse, picar y absorber, pues hay mas formas que la de pisar los territorios para poderlo imaginar y conocer lo suficiente para estar informado de verdad. 

Si piensas que no conocerlos es lo correcto, es tu decisión, pero todas ellas —las sociedades plurales— sí te miran a ti. Y la mayoría de las veces ni te visitan, simplemente te estudian para venderte o contratarte, para sacar beneficio de tu vida.

Pero aún así, admitiendo que no podemos conocer todos los puntos posibles, hay que viajar y conocer algunos, para poder conocer mejor tu propio barrio. Es necesario para entender más lo que nos sucede a todos.