29.11.07

Los Casinos

Sobre el tema del "Gran Casino" IU se está colocando en la posición de sus socios de calle, y es lógica su posición porque emana de ellos mismos, que son los que "ocupan" el ecologismo y la FAB. Habrá que decir claramente algún día, quien es quien en cada lugar de esta ciudad, de esta tierra.
Cuando opinan dos y tres a veces, solo opina uno.
Lo lógico es demandar más información del promotor del proyecto, en este caso parece que es el Sr. Biel porque es el único que va dando con cuentagotas información. Y quedar eso si, algo mosqueados de que se sepa más por internet desde las páginas de las empresas implicadas que por la información de nuestros políticos que gestionan.
Debe ser secreto o lo que podría ser peor, debe ser que tiene una nuez cocona escondida dentro. Pero no encaja nada que en el futuro sea un Vicepresidente quien trasmita información de empresa, sino la misma empresa para poderle pedir explicaciones de todo tipo si a lugar.
Como dice CHA, la opinión depende de los kilómetros de distancia a Zaragoza, aunque yo creo que serán pocos y entonces sin ser negativa para mi la propuesta, si que habrá que tener un control por parte de TODOS, exquisito.
Los aragoneses debemos exigir que sean TODOS LOS GRUPOS POLÍTICOS los que controlen el proyecto.
Yo no lo veo malo de ser ciertas TODAS sus actuaciones, pero para eso tendremos que ser inteligentes a la hora de valorar la forma de actuar de la empresa. En otros casos ante proyectos iguales, se empieza por construir infraestructuras y campos de entretenimiento para después construir miles de chalets. Lo que debía ser riqueza para una zona se convierte en una operación especulativa inmobiliaria a precio de saldo. De saldo para la propia zona y de oro para quien compra.
No me gusta que Biel ante un proyecto que traspasa el periodo de una legislatura, actúe de maestro secreto de ceremonias, porque de ser verdad el proyecto, lo será de varios políticos distintos en el tiempo. De varios partidos políticos en el tiempo. Una cosa es informar y otra no decir ni tan siquiera lo que se sabe por todos a través de otros medios.

28.11.07

La ruina cultural ataca Aragón

Nuestra ruina cultural es aberrante. Aragón es un desierto de hombres y mujeres con rasmia y ganas de trabajar por su cultura, incluso por la cultura en general. No es cuestión de elegir si se hace bien o mal, es cuestión de que NO se hace NADA.
Tenemos dineros para viajes a México pero no para Cine Francia, nadie sabe nada de Cubit, de los 2.000 millones del Teatro Fleta, del Fuenclara, del Espacio Goya, del Museo de las Artes Gráficas y la Imprenta, de la restauración del museo Pablo Serrano, nadie sabe nada que no sea Expo, que se iba a sufragar con dineros externos a los que Zaragoza tiene que tener para cada ejercicio normal.

La Expo 2008 nos puede costar la paralización durante 8 años de toda la ampliación y mantenimiento cultural de Aragón. Un precio muy alto para 3 meses.

¿Qué dicen los medios de comunicación de Aragón a todo esto?
¿Por qué el silencio?

La sociedad aragonesa está dormida y se aprovechan de ello todos los que tienen que gestionar sin darse cuenta la gente que de la cultura y la educación surge la riqueza y el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Cada año los mejores se nos siguen marchando, y pensamos que es normal, que sucede en todos los sitios.

MENTIRA

En tierras vecinas se están haciendo otras tareas, se cuida lo propio y se innova, se ordena de mayor a menor. Aquí se ordena según la importancia del Consejero Político de turno.
Y seguimos callados. Somos tierra silenciosa.

Miren, un consejo, si no se les revuelven las tripas es mejor que no me sigan leyendo, yo prefiero cerrar por falta de lectores que tener esto abierto para que todo siga igual.
Aragón la mueven unos cientos de personas, muy pocos, y así casi es mejor cerrar e irse al cine o de copas. Se asustarían si supieran las vergüenzas que los que tienen la obligación de investigar y sacar a la luz, no hacen más que callar o por falta de profesionalidad o por clientelismo.
Me estoy cansando de Aragón, y para cansarme yo, mal tienen que estar las cosas.