27.2.09

Buenas o malas medidas económicas.

Aunque pueda parecer sencillo, es metodológicamente difícil saber si unas medidas son buenas o malas en economía. Y es que no podemos guiarnos por los datos negativos.

Ahora mismo, y tras las medidas económicas impuestas, hemos superado los tres millones de parados, sin embargo, cabe preguntarse como estaríamos sin dichas medidas económicas.
Por ejemplo, si al no tomar medidas económicas hubiéramos llegado a superar los cinco millones, podriamos concluir que las medidas económicas han ayudado a dos millones de personas, lo cual es relativamente bueno.

Independientemente de números imaginarios, lo que quiero decir es que en economía las conclusiones distan de ser fáciles de sacar, porque no hay donde comparar.

En medicina por ejemplo, cuando se hace una investigación sobre un fármaco, primero se selecciona a un grupo de gente dispuesta a participar en la investigación. A la mitad de esa gente se le administra el fármaco, y a la otra mitad se le administra un placebo, a éste grupo se le llama “grupo control”. De forma que cada persona no sabe lo que está tomando (para que no pueda influir en los resultados). Una vez acabado el experimento, los que si saben quien tomo el fármaco y quien no (lo directos de la investigación), comparan resultados.
Y esto debe ser así, porque no es formal decir que algo es negativo solo porque las consecuencias sean adversas a lo que querríamos. Algo es negativo si fuera peor que lo que tendríamos sin ese algo, o relativamente peor que otro algo que nos conduciría a mejores condiciones.

Pero en economía no podemos tener “grupos control”. Necesitaríamos a un país exactamente igual a España (o un grupo de países relativamente iguales), al cual no se le aplicaría ninguna medida. Lógicamente, eso es imposible.

Desde luego, la economía avanza, y existen técnicas, econometricas, de comparación de países, que a la larga nos dirán si unas medidas son buenas o malas. Pero aun así, el problema persiste.
Y aun así, las medidas económicas nos siguen pareciendo malas.

Saludos.

26.2.09

¿Qué es el Savoring? Practiquemos savoring.

El savoring es una disciplina sin traducción literal al castellano, tendente a encontrar placeres en nuevas sensaciones, en nuevas experiencias, muchas de ellas acercándonos al disfrute de la mentalidad de los niños que en su descubrimiento, disfrutan de todas las cosas nuevas sin importarles el tamaño o el coste.
Podemos disfrutar de un juego infantil, de bailar alocadamente, de una degustación de un alimento que nos lo tomamos con los dedos, de un baño relajante con aromas, de una masturbación, de coger un mapa de nuestro país y marcar con el dedo a ciegas a donde queremos ir al día siguiente sin importarnos el lugar.
Debemos recobrar en algunos momentos la ingenuidad del niño y disfrutat por disfrutar, sin importarnos nada más.
Un masaje o una sauna, cenar desnudo en casa, dormir por el día y estar toda la noche explorando, ponerse a escribir o a pintar por el simple placer de ver qué somos capaces de hacer, llamar por teléfono aleatoriamente para entablar una conversación, jugar a lo que se nos ocurra.
Debemos recuperar alguna vez la inocencia y a la vez la oportunidad de la locura momentánea, de la osadía en sentirnos vivos y capaces de recuperar las ilusiones por las cosas sin precio.