27.1.10

El IPad, una presentación fallida de Apple


Los maqueros siempre esperamos más. Pero a la vez de ser críticos, disponemos de razones y ganas de exponerlas.
La presentación de hoy, en la keynote en donde ha "nacido" el IPad, surge viciada y sintiéndolo mucho, es un gran error de Apple. O mejor dicho, no se ha dado el paso que se necesitaba. De Apple se espera más, se esperaba mucho más.
El gran fallo no es el aparato, el hierro como se dice, sino el sistema operativo que lleva en sus entrañas. No es suficiente que funcione con un sistema operativo IPhone OS. Esta máquina, el IPad, como rompería el mercado sería con un sistema Mac OSX en sus tripas. Eso sí rompería espectativas pues entregaría lo mismo que el actual IPad, pero con el poder de un sistema operativo eficaz dentro de un aparato novedoso, de poco peso y tamaño, utilísimo para estudiar, tomas notas, trabajar fuera de despacho, jugar, navegar, leer.
El sistema IPhone OS está muy bien para sus cosas, se le puede implementar como se ha hecho hoy, con muchas posibilidades, pero seguirá siendo un sistema operativo capado.
No produce miedo a la competencia pues el precio no es tampoco un chollo. Sin duda abrirá mercado, será un éxito de ventas, pues caemos en las trampas siempre, pero se queda a medio camino de lo esperado y sobre todo de lo necesario cuando se han abierto las puertas de lo táctil.
Apple se ha quedado corta, el IPad es una máquina escasa y con una vida breve, se modificará en pocos meses, sin duda, le sobra marco y le falta procesador, necesita ser tomada más en serio para que sea realmente una máquina y no un juguete para adultos.
Seguiremos esperando a que Apple presente más novedades rompedoras. Todavía no lo ha conseguido. Quien tiene un IPone o un IPod touch sabe que es un juguete maravilloso, pero con un sistema operativo muy justo para trabajar.

El FMI propone una bajada de los salarios (reales) como solución para la crisis.

Las teorías liberales salen a jugar en el campo de las prácticas políticas sin tener en cuenta las características particulares de los países ni sus problemáticas.

Estamos asistiendo a una situación n la que Europa comienza a despotricar sobre España (y Grecia y Portugal) como si fueran los malos jinetes del Apocalipsis. Poco importa la solidaridad o el entendimiento entre países, para ellos, que la crisis no haya pasado en los países del sur es signo de semi-herejía para la manutención y estabilidad de la Unión Europea.
Os imagináis a Aragón u otras comunidades que ya ven (muy ligeramente) cierta luz en el final del túnel, criticando a otras comunidades que aun las están pasando (comparativamente más) putas. Sería absurdo, y un ejercicio de irresponsabilidad política y social bestial.
Pero los sectores más liberales alemanes se lanzan en picado a echar balones fuera y plagar sus artículos en lo mal que les están yendo al resto de países, con el acostumbrado tono despectivo con el que nos llaman (PIGS).

Las soluciones que nos traen, como la del FMI se basan en la liberalización del sistema laboral, pero no en cuestiones positivas que mejoren el propio sistema laboral, sino simples y llanas: Bajar los salarios reales.
Según sus teorías, esto hará a las empresas contratar a más trabajadores, que producirán más, por el mismo precio, es decir, aumentará la productividad, y el nivel de empleo.

Una de las razones que podemos tener en contra (únicamente por la vía económica), es que la mayor parte del consumo y la renta disponible se basa en los salarios (y no en la totalidad de la renta, ya que en general las rentas del capital, una tercera parte del total, suelen derivarse a ahorros y posteriores inversiones). Así que si bajas los salarios reales, habría que ver si bajaría, o no la demanda total y el consumo final (por mucho que aumentes los trabajadores).
Por otro lado, nada te asegura que una disminución de los salarios aumente el número de empleados. Las empresas ahora mismo no producen no por una crisis de oferta, no es que les hagan falta trabajadores pero no puedan pagarlos por que los salarios son altos. Lo que pasa es que no hay una demanda suficiente como para que la producción les salga rentable.

Si, es un pez que se muerde la cola, y hay que atajarlo por alguna parte, pero la disminución de salarios no es la solución, o al menos no la correcta.

EL flujo crediticio es el elemento que falta en la composición actual, y de la que nadie sigue hablando por que es un tema tabú entre cualquier debate económico. No se quiso hablar cuando los bancos empezaban a cerrarse, no se tuvo más remedio cuando cayeron en efecto dominó, pero mientras la crisis financiera sigue en pie los analistas populares solo hablan de tasas de paro, malas prácticas políticas y soluciones matemáticas para un problemas que es más sencillo, pero menos aceptable. No hay dinero. No hay flujo sanguíneo del sistema.

Y con la deuda privada que tenemos (mucho mayor que la pública de la que todos se cansan de hablar), lo tenemos crudo.