17.7.10

Libranda, la forma equivocada de iniciar una empresa

Hay pocas formas de empezar con éxito una empresa: casi todas se basan en un gran conocimiento del sector, unas intensas ganas de triunfar, una comprensión de las herramientas que utilizan tus competidores, un deseo de ofrecer algo diferente y novedoso.
Basar una empresa sólo en uno de los aspectos fundamentales, es poco. No basta con ofrecer hoy en día un producto novedoso, mucho menos si no lo es y quiere aparentarlo pues el consumidor no es tonto. Menos tonto todavía si el producto va dirigido a un segmento de mercado muy tecnológico.
Libranda nace ocupada de varios errores básicos. Inimaginable que así sea, con la que está cayendo, pero bueno, ellos son los que se juegan sus cuartos.
No es posible ofrecer hoy en día un producto con el libro electrónico a un precio inferior sólo en un 20% del libro en papel. Demuestra no tener ni idea de cómo está la situación actual de los libros electrónicos. Ni un poquito de idea. Ni para los que quieren comprar libros electrónicos no para los que piensan que el papel es insustituible.
Pero que los libros de Libranda requieran más esfuerzo comprarlos si son electrónicos que si son libros en papel es de premio a la estulticia.
Y que no se puedan leer en el IPad o en el Kindle de aplauso generalizado.
Ya, si lo sé, faltaría más. Hay un terrible miedo a que el libro electrónico acabe copiado sin control, si eso ya lo sé. Pero no se pueden poner puertas al campo y menos si se ponen pequeñas y bajas de altura. Miren señores, el formato universal es el PDF. Punto pelota. A partir del pdf de Adobe, ustedes trabajen para que no se pueda copiar, incluido el tener que pagar posiblemente un precio a Adobe por modificar códigos fuente. Todo lo que no sea pdf está llamado al fracaso, es como si ahora desearan que los aparatitos de música sólo pudieran leer formatos cerrados de música y no admitieran mp3. Sería una tontería, lo juro.
Si Libranda quiere funcionar bien, replantéense el formato, bajen los precios bastante —cachis un 20% ¿a quien quieren engañar si los costes de la distribución e impresión son brutalmente distintos?— los vendan como vende Apple en su ITunes los juegos o las canciones, y busquen la forma de ofrecer más por mucho menos. ¿Qué tal si al archivo una vez abierto, se le dotara de sólo 6 oportunidades de configurar la pantalla en donde se va a leer, o el ordenador en donde se va a alojar? Ya sé que hay trucos para todo, pero no olviden que muchos de ellos solo los saben ejecutar —¡huy qué palabro!— los profesionales de la manipulación, que al fin, no son tantos.

16.7.10

¿En manos de quién estamos?

¿En manos de quién estamos? No creo que lo sepamos, en serio, me da incluso miedo pensar en la suma de barbaridades ilógicas que hemos sido capaces de realizar en una semana en este santo país, desde las tribunas políticas.
En un país con tantos millones de ciudadanos sin futuro ni trabajo, lleno de deudas personales y públicas, sin rumbo político, con los ayuntamientos secos, presionado por los jetas de la economía de laboratorio, en entredicho en las cocinas políticas de medio mundo, cerrando empresas sin control, y…, si, dedicamos toda nuestra fuerza política de una semana tan importante a dividirnos entre unos políticos representativos que dedican la mitad de su tiempo a hablar de Cataluña mientras otros no escuchaban o incluso no asistían; y toda nuestra fuerza como sociedad en aplaudir a unos futbolistas —que incluso se lo merecen, pero no en esa medida— como si fueran gladiadores de la Roma que no sabía publicar cultura. Ni una idea, ni una solución para las familias que sufren el desempleo.
¿En manos de quién estamos? ¿es imposible estar en manos de otros representantes?. Parece esto más un alegato hacia un cambio de sistema, con el miedo que me da este tipo de planteamientos, pues siempre nos llevan hacia dictaduras sangrientas y lo sé. Soy un irresponsable si me quejo con dolor y critico a los que organizan estos desmanes, olvidando en un cajón lo que no les interesa sacar. Y lo soy porque en mi crítica, al no saber ofrecer alternativa mejor, se esconde siempre la mano sutil pero certera y agresiva de los dictadores que buscan aguas revueltas. Cuando escuché alguna intervención en el Congreso, el otro día, se me agrietaron las entrañas pues me recordaban años viejos. Creo que UPyD está haciendo un trabajo excelente, emponzoñando con sus ideas el debate del siglo XXI, llevándoselo al XIX. Pero entiendo que tal y como lo hacen el resto, sus postulados pueden triunfar. Lo entiendo aunque no me guste. ¿En manos de quién estamos?