15.1.17

Comidas para millonarios super tontos

El número de “cosas” que deberían estar prohibidas es enorme, y muchas de ellas las desconocemos pues nos las ocultan. Hoy he visto un programa de televisión sobre los lujos gastronómicos de los super millonarios ingleses. Es de una indignidad que daña el hígado, os lo juro.

Empieza un chaval joven y guapo, además de impertinente y pesado que desde New York les vende a los ricos un chocolate del Ecuador en una caja de madera de laurel con un catálogo de 100 páginas para explicar de qué va el puñetero chocolate, por el módico precio de 250 euros la tableta de chocolate de 82% de pureza, y al que ademá le dicen en algunas catas que su chocolate resulta excesivamente amargo al final. No se debe tomar con las manos y para eso la cajita se acompaña de una pinzas también de madera, pues hay que oler el chocolate más todavía que saborearlo. Jodo.

Luego sale un fabricante de botellas de agua donde lo de más es el cristal de la botella cuadrada que se vende por 45 euros la botella. Nos llevan a la montaña a enseñarnos de donde sale como si el agua de España que se embotella saliera de los charcos. Al final en una cena de cata de agua con los postres, un comensal dice que el agua está riquísima, que sabe a piedras. Con dos cosas de esas que cuelgan. Vamos, que parecía agua del Ebro recién cogida con pozales.

Lo más guay es cuando nos muestran a unos vendedores de tontadas acudiendo a contratar unos moluscos especiales que solo se pueden coger en el Mar Ártico. Se juegan la vida los pescadores submarinistas para cogerlos entre los abruptos mares helados. Eran almejas de carril, navajas y erizos. Efectivamente a los erizos les dicen como todos sabemos que es como comerse el mar. Pero la pifian cuando dicen que se venden a 1.300 euros el kilo. Jopetas, como se enteren los asturianos y gallegos se ponen a exportar como locos. Tratas a estas maravillas, que lo son, como diamantes naturales. los filetean en delicadas piezas de milímetros, pues son tan caras que hay que ponerlas rodeadas de hojitas en capas más finas que la trufa.  

Tener vinos de 125.000 euros parece lo normal. Y las cenas servidas a domicilio se ponen entre los 650 y los 1.300 euros por persona. Eso si, con cinco vinos maridando el menú, entre ellos un moscatel que ellos llaman de otra forma pero que lo venden como el milagro de la uva pues es como vino con miel vegetal.

¿Alguien les ha dicho a esta gente que en la misma Europa se están muriendo de hambre millones de personas? Con tantas tontadas es normal que se quieran ir de Europa, pues se creen en poder de toda la verdad posible. Y que el resto de europeos vamos con taparrabos y comemos con las manos teniendo las uñas llenas de mugre. 

Es erotismo en forma de comida para millonarios, es la tontada más grnade que jamás se peude ver. Pero que se jodan, pues en realidad todos ellos se joden entre ellos mismos.

Medranica Ajovín

Indignos mini pisos en Madrid y Addis Abeba

Esta imagen superior es de Madrid, de hace una semana, a las nueve de la noche, cuando los turistas de la Plaza Mayor se van a cenar a las calles adyacentes y dejan la Plaza Mayor más vacía, sobre todo los soportales. En todas las grandes ciudades del mundo hay pobreza absoluta. En todas ellas hay barriadas apartadas de los centros e indignos lugares de los centros que acogen a diversas clases de personas sin futuro.

Las propias ciudades logran que estas personas no se vean. Bien apartándolas de las ciudades hacia zonas casi cerradas y escondidas, bien permitiendo que se acojan entre ellos en rincones que pasan totalmente desapercibidos al resto de habitantes de las ciudades, o bien como en este caso, permitiendo sólo que se utilice las zonas más públicas, durante determinadas horas.

Como en esta imagen, hay durmiendo sobre las 100 personas en la zona de la Plaza Mayor de Madrid. Con estas mini viviendas de cartón con doble protección sobre el suelo. 


En la imagen siguiente se pueden ver las mini viviendas de la ciudad de Addis Abeba en Etiopía. Un país de mucho hambre y de injusticias constantes. Es del año pasado. ¿Hay muchas diferencia? ¿Tal vez en el número de viviendas de este tipo? Cuando un país como España o como la mayoría de los europeos, no saben resolver este problema urbano de indignidad social, algo estamos haciendo muy mal en el siglo XXI.