18.9.19

O cambiamos el sentido del voto o cambiamos de jugadores

Cuando en la política se rompen las lógicas, las relaciones, el respeto, las ideas del bien común, todo se rompe y quedan heridas siempre algo infectadas. Y España pagará caro estos errores políticos de los últimos cuatro años. Responsables incluidos de una política minusvalorada y cada vez más pobre intelectualmente hablando. Más pobre, perdón, en todos los conceptos, incluidas las formas.

¿Y ahora qué? Pues depende de nosotros, de los españoles, de nuestra capacidad para saber leer lo sucedido y tomar decisiones al respecto. Queda claro que votar lo mismo no sirve, pues ya lo hemos visto. Volver a votar lo mismo nos llevará a lo mismo. ¿Puede España continuar igual otro año?

Hay culpables y responsables, y no hay inocentes. Y lo lógico sería cambiar de entrenador e incluso de gran parte de la plantilla de los equipos. No hay otra, una vez que estamos a punto de bajar a Segunda si no lo hemos hecho ya. Así que tenemos dos opciones.

O cambiamos el sentido del voto

O cambiamos de jugadores, de entrenadores y de forma de plantear el equipo sobre el campo


Los tiempos que vienen son duros, serán duros en Europa y casi seguro que también en el mundo con los cuervos que ya se ven venir. En forma de petróleo, de guerras, de crisis, de líderes mundiales que dan miedo, tanto en EEUU como en Reino Unido, para ver su importancia cercana. Insisto.

O cambiamos el sentido del voto

O cambiamos de jugadores, de entrenadores y de forma de plantear el equipo sobre el campo

Ya no se trata de izquierdas o derechas, se trata de sentido común y de capacidad. Y de responsabilidad con la sociedad. Se nos ha tratado como a niños, no se ha respetado nuestro voto, nos han querido engañar varias veces de forma bruta y absurda. ¿Y ahora qué?




16.9.19

Quisimos cambiar el mundo, y ya nos han cambiado a nosotros

No es nada sencillo separar las decisiones de Pedro Sánchez de las del PSOE. Van unidas por obligación de los cargos históricos. Cualquier decisión que toma Pedro Sánchez es una decisión que forma parte de la historia del PSOE. Es inevitable y así debe ser. Por eso resulta mucho más complejo analizar el momento actual de la España atascada y sin visos de salir del agujero.

No sabemos los motivos reales de que Pedro Sánchez no quiera pactar con Podemos. Tampoco sabemos bien si es con Podemos o con Pablo Iglesias. Ni sabemos si esta decisión del PSOE está motivada por presiones externas pero españolas, externas pero europeas o internas desde su propio partido.

Pero lo cierto es que el ridículo político es grave y tremendo, por los fondos, pero también sobre las formas pues a veces los españoles nos sentimos o imbéciles o gestionados por imbéciles, que no sé qué es peor. Entiendo aunque no acepte que no se nos quiera decir la verdad, y sola la verdad. Pero al menos habría que disimular con más inteligencia política.

¿Soluciones? Pues de momento no se ven, en espera de que seamos los propios españoles los que las tomemos con nuestro voto, algo que además de ser un riesgo innecesario no es democrático pues nos mediatizan a la hora de acudir libremente a votar con muchos elementos de miedo, de dudas, de asco incluso. Iremos viendo hasta llegar a la nada, que cada vez parece estar más cerca.