16.9.19

Quisimos cambiar el mundo, y ya nos han cambiado a nosotros

No es nada sencillo separar las decisiones de Pedro Sánchez de las del PSOE. Van unidas por obligación de los cargos históricos. Cualquier decisión que toma Pedro Sánchez es una decisión que forma parte de la historia del PSOE. Es inevitable y así debe ser. Por eso resulta mucho más complejo analizar el momento actual de la España atascada y sin visos de salir del agujero.

No sabemos los motivos reales de que Pedro Sánchez no quiera pactar con Podemos. Tampoco sabemos bien si es con Podemos o con Pablo Iglesias. Ni sabemos si esta decisión del PSOE está motivada por presiones externas pero españolas, externas pero europeas o internas desde su propio partido.

Pero lo cierto es que el ridículo político es grave y tremendo, por los fondos, pero también sobre las formas pues a veces los españoles nos sentimos o imbéciles o gestionados por imbéciles, que no sé qué es peor. Entiendo aunque no acepte que no se nos quiera decir la verdad, y sola la verdad. Pero al menos habría que disimular con más inteligencia política.

¿Soluciones? Pues de momento no se ven, en espera de que seamos los propios españoles los que las tomemos con nuestro voto, algo que además de ser un riesgo innecesario no es democrático pues nos mediatizan a la hora de acudir libremente a votar con muchos elementos de miedo, de dudas, de asco incluso. Iremos viendo hasta llegar a la nada, que cada vez parece estar más cerca.