19.9.19

Los ahorros los podemos perder. Y no lo sabemos

El precio de esta crisis del Sistema en España lo vamos a pagar con intereses de demora. Creemos que no y que el precio es llamar imbéciles a los presuntos políticos que no han sido capaces de resolver la ecuación, pero con eso no basta. Hay que pagar la factura. Sobre todo la factura de la credibilidad del sistema. Y va a ser cara y durará varios años.

Nadie garantiza que tras el 10 de noviembre de 2019 no volvamos a estar igual o peor. Nadie sabe de qué manera se van a mover los resultados de noviembre, que sin duda se moverán. Y estos movimientos afectarán a todos los grandes partidos que podrían ser cinco o seis. Y que junto a la incógnita de la abstención configurarán un paisaje político bastante diferente.

Ya nunca más volveremos al bipartidismo que durante 30 años gobernó alternándose esa España que salía de la Dictadura. Ahora toca leer de otra manera la realidad social. Y como en mucha Europa, hay que gobernar dialogando, e incluso eso es bueno y debemos explicarlo como bueno.

Así que tal vez hay que explicar a quien quiere volver a los años 80, que ya no es posible, que ahora si se quieren mayorías absolutas hay que demostrar una calidad política de gestión y de liderazgo además de limpia, inteligente y con capacidad de movilización contundente. Las ideas importan pero menos.

Hacernos trampas modificando los métodos constitucionales ya dados en 1978 es no querer admitir la modernidad de España que se asemeja cada vez más a Europa. Aunque algunos políticos hayan aprendido en escuelas bipartidistas caducas. Y se crean que pueden macerar sus propios partidos en las salsas que ellos cocinen. Los españoles somos cada vez más exigentes y menos tontos. Aunque no se lo crean los que son más tontos que nosotros.