Que vengan desde Madrid a insultar a Teruel es una muestra más de lo idiotas y violentos, antidemocráticos y peligrosos que pueden ser algunas formaciones políticas bien organizadas que quieren dominar sin razones y que se quieren apoderar de todo lo que suene a diferente. Me suena esto a los años 30 y 40 del viejo siglo, en España y en Europa.
A Teruel hay que ir. Sin duda, pero hay que ir a disfrutar, a pasear, a comer y ver arte natural y arte histórico. A Teruel hay que ir a darle, no a quitarle.
Hay que ir en apoyo de sus realidades escasas y con pocas personas que le escriban. Pero para escribir insultos lo mejor es no ir a Teruel. Madrid es un buen lugar para seguir insultado pues allí todo sucede y todo pasa. A Teruel dejarlo en paz, pues llevamos excesivos años dejándolo olvidado.
Ya vale que tras joder a Teruel desde el abandono o desde la desidia, desde el vergonzoso grito de que se llevan a la gente robando aragoneses por una economía asquerosa que obliga a emigrar, además se le quiera decir a Teruel qué debe votar, a quien debe apoyar, convencidos de que Teruel NO existe y puede ser de esas derechas rancias de siempre. Dejar en paz a Teruel, si no es para beneficiar su realidad.
Aragón vuelve a tener voz en el Congreso, desde Teruel recogiendo el testigo de otros aragoneses que han hablado en otras épocas de Aragón y por Aragón. Simplemente hay que recordar que la voz de Labordeta o de Yuste tiene continuación contundente como siempre, alejada de los arrodillamientos y de el silencio. Aragón también Existe.
