10.3.21

Educación preescolar - La curiosidad es la mejor herramienta para aprender

La curiosidad que tiene el niño de forma natural le permite y refuerza el aprender más rápido. El niño que no es curioso tardará más en aprender más cosas. Para acumular conocimientos el niño emplea la curiosidad y la repetición. Por eso quiere que siempre le contemos el mismo cuento y le hablemos de lo mismo una y otra vez. En cada repetición se va quedando con partes de la historia y se aprende los giros, los gestos, la miradas, las voces. Va sumando partes y aprende por acumulación. 

Los niños aprenden de su curiosidad, pero aprenden lo bueno y lo malo. Por eso es importante qué aprendan dirigidos por sus adultos, y que lo que observen sea entretenido y alegre para que le sea divertido repetirlo. Y que aprendan en positivo.

Siempre debemos responder a sus preguntas aunque a veces no tengan una respuesta sencilla. Es mejor responder que no lo sabemos pero lo vamos a investigar, que nos vamos a preocupar en mirar la respuesta, que no responderle. 

Él necesita creer que tenemos respuesta para todo, pero admite que no las tengamos en ese momento. Como necesita explicaciones de todo, tenemos la obligación de dárselas para hacerle crecer dentro de su imaginación y curiosidad. Él confía siempre en su mentor, en quien le resuelve todos sus problemas. Y no le debemos defraudar.

La decadencia de España es cíclica, y estamos dentro de una


La decadencia de Europa y para entenderlo mejor de España, es clara y triste, no solo es que nos vamos quedando sin los mejores gestores de la política y de la sociedad, sino que los que quedan son los peores por no estar en esos puestos más que como un complemente laboral, de trabajo. Y no me refiero solo a los Jefes de Estado, a los Presidentes, sino sobre todo a todos los puestos intermedios que se han convertido en muchos partidos políticos —de donde emanan esos gestores públicos— en meras oficinas laborales.

Decirlo es complicado, asumirlo lo es mucho más. No hay liderazgo en las gestiones más básicas, de Comunidad incluso, simplemente porque son puestos cubiertos por decantamiento. Se van quedando vacíos por muy diversos motivos, y otros tienen que ocupar esos puestos. 

La culpa no es de ellos, y esto todavía complica más las posibles soluciones. La culpa es de todos nosotros que somos incapaces de asumir que esta decadencia la hemos alentado con la crítica desmedida y excesiva a una forma de hacer gestión pública. Hemos tenido ladrones, sátrapas, jetas y cabrones, pero hemos confundido a estas personas con todas y las válidas se han ido.

Algo similar sucedió en el último año de la II República, cuando nadie parecía enterarse de lo que se estaba cociendo en las tripas de la sociedad. Y aquello que se tenía que haber remediado entre 1935 y los primeros meses de 1936, se convirtió en las peores décadas de la historia de España, dejándonos fuera de la Europa que funcionaba. En realidad todo se puede concretar en "más" sufrimiento para las personas durante décadas.

La pandemia está entregando lo peor de cada uno de nosotros al bien común. Hemos perdido muchos servicios públicos presenciales, libertades individuales y estamos confundiendo las soluciones con otros problemas que creemos menores. Pero todo esto pasará y volveremos a una situación nueva. ¿Quién será capaz de gestionar los escombros? ¿Y a qué precio, que simpre lo pagamos los mismos?