3.5.21

¿Qué elegimos, leer un libro o hacer algo de sexo? Un libro siempre dura más


Vamos a ser sinceros sin que nos de vergüenza. ¿Te atreves? ¿Cuántos libros han comprado este último año? Si estás leyendo esto es que te gusta leer y seguro que tu biblioteca en papel o en digital habrá aumentado en este año. Pues ahora voy yo y te voy a joder un poco el rato. ¿Cuántos libros crees que ya no podrás leer?

Si nos gusta leer y sobre todo si nos gusta tener libros de cualquier tipo… tenemos más de los que leeremos. Y los libros escaparán con nosotros pues es muy raro que un libro le diga algo a los que se quedan a recoger nuestras mierdas. Algunos se salvan de la basura, otros se los llevan los amigos, pero muchos se olvidan o se amontonan con el polvo.

Los libros, como los amores, solo dicen algo interesante a quien los tiene como suyos. Es posible que algún loco los quiera conservar vete a saber por qué motivo, pero casi seguro que no los leerá. Así que sino lo lees tú ahora, mientras te mueves en la cama y te sientes vivo, ya nadie los leerá.

¿Y qué es un libro? ¿Y qué es mejor un buen libro o un buen polvo? ¿Y un libro o una buena copa de vino? ¿Y entre un libro y una conversación? Mira… déjalo, lo mejor es que hagas en cada momento lo que te plazca. Incluso no hacer nada es también una buena elección.

Nota.: La viñeta es de Trampantojo de El País

2.5.21

En Mongolia también hay disparidad de posibilidades


En un programa del canal Viajar de televisión veía un reportaje sobre Mongolia, donde un motorista español llegaba a una pequeña localidad con un hotelito y dos tiendas a pasar la noche. Todo parecía de los años 50 pero no sabemos bien de qué siglo. Paredes descorchadas excepto en las zonas preparadas para un pequeño turismo, calles sin asfalto y solo tierra, e incluso un hotel sin restaurante y una localidad en donde era imposible comer nada si no te lo querían servir algún vecino despistado que no te entendía o el propio hotel que no tenía cocina abierta aunque sí comedor grande. 

Un puré de harina, arroz o patata con algo de carne picada fue la cena hecha por favor, junto a agua y unas manzanas. Pero hay dos detalles que quiero resaltar. 

No había WC en el hotel ni en las habitaciones, sino en la parte trasera del edificio, donde habían realizado un agujero en el suelo y a donde a modo de pozo negro iban los desaguisados personales.

Y si el WC era un servicio casi escondido, el intentar ducharse era casi prohibitivo. Tuvo que andar un kilómetro hasta unas escuelas para que le dejaran entrar en unas pequeñas habitaciones que esas sí, eran duchas de agua caliente. Los habitantes se lavaban, se mojaban y limpiaban con trapos, pero si no iban al río… no se duchaban.

Podríamos decir que es algo lógico si en la localidad no hay agua corriente, algo también habitual en algunas otras localidades pequeñas de por ejemplo el cercano Marruecos. O en los años 60 del siglo pasado en algunas localidades de Soria, por poner otro ejemplo.

Pero lo más curioso es que sí tenían teléfono móvil aunque sin cobertura buena, sí tenían karaoke en un local municipal o similar, tenían algunas televisiones planas y gasolinera. 

Las tecnologías sí habían llegado, pero las comodidades para las personas no. Tenían lo que les vendemos los vendedores de sueños, no las necesidades básicas. 

Incluso en Mongolia, unos dominan y otros se tienen que dejar dominar y manipular. Agua corriente no, pero karaoke sí. 

Si nos dejemos llevar por lo que nos quieren vender los que fabrican, por el "mercado" que también domina Mongolia, no nos dejarán cagar ni ducharnos, pero tendremos la tecnología más puntera. Ver para copiar y aprender.