8.5.21

Hay moscardones que hablan demasiado, y moscardones que están en silencio


A veces los moscardones son terriblemente impertinentes, pesados, remolones alrededor de uno mismo. Tener un moscardón cerca es saber que te están tocando las morales. Cada día hay más moscardones y eso es porque los insecticidas sociales ya no funcionan como antes, ahora cualquier moscardón se cree con razones para seguir sobrevolando con zumbidos que te molestan.

—¡¡Coño!! que yo prefiero el silencio, la calma, que ya sé todas las mierdas que se dicen y no quiero seguir escuchando más tontadas.

Hemos dejado de estar en Estado de Alarma y los Presidentes que la impusieron hace ya… mas de cinco meses, el 25 de octubre, no se han dignado a salir a explicar nada de nada, no han querido hablar aunque fuera un poquito, para agradecer a la sociedad el esfuerzo requerido. Es posible que esta vez también se haya tomado buena nota de que los moscardones que si es bueno que hablen de vez en cuando no hayan dicho nada nuevo.

Hay moscardones que se pasan haciendo ruido. Y moscardones que incluso cuando deben hablar, prefieren el silencio. 

Da la sensación de que no sabemos bien qué queremos, qué toca en cada momento. Seguiremos escuchando ruido, pero sin entender nada de nada. Es lo que tiene el ruido, que atonta.

7.5.21

¡Viva el desorden ordenado! Y dejémoslo tranquilo y sin cambiar


Me encanta mi desorden, es como vivir rodeado de lo que tengo dentro de mi cabeza, todo un lío perfectamente organizado. Me gusta el barullo pacífico, el de asentar cosas bien ordenadas dentro del desorden total. Imposible de aclarar esto último. 

No soportaría ver ahora un vaso en vez de dos encima de mi zona del teclado. Todas estas cosas que ahora observo alrededor mío  excesivas sí, las tengo que quitar cuando toque hacerlo, que será luego o mas tarde, pero no cuando yo veo que sobra un vaso. Y mucho menos si me lo dicen desde fuera, eso ya es… ¡¡caca!!

Entre tener que levantarme para quitar uno de los vasos y seguir viéndolos sabiendo que es decisión mía, que yo los he dejado allí… elijo lo segundo. Por algo habrá sido.

Ya tocará el momento de retirar ese segundo vaso. Si me lo hubiera dejado otra persona allí… montaría en cólera buscando al responsable. Soy mas raro que un perro verde. Pero ojo, monto en cólera en silencio…, casi siempre.

Creo que debería retirar el segundo vaso. No me deja picar bien las Ñ ni las P y eso ya…