Para los que vemos la economía como un aspecto social sobre las relaciones y el bienestar humano, la paradoja de Easterlin es una verdad que nos puede apasionar estudiar.
Dice, de forma general, que aunque existe un claro crecimiento económico, un claro crecimiento en la renta per capita, no existe una relación positiva para con la felicidad que tenemos o adquirimos. Tenemos más, podemos tener más, pero no somos más felices. Y es quizás por un aspecto psicológico y social, y no por una característica del crecimiento.
Muchos autores que de repente, como todas las modas en todas las ciencias, se empiezan a interesar en este aspecto y autores clásicos como Adam Smith o Veblen, nos dan pistas de porque esto es así.
- En primer lugar, nosotros somos felices o no al compararnos con nuestro alrededor. Si nuestra capacidad económica aumenta en igual medida que los demás, nuestra felicidad no va en aumento. Esto alude al egoísmo humano, la tendencia a querer superar a los demás.
- En segundo lugar, nos adaptamos a nuestras condiciones económicas. Tenemos más, pero nos acostumbramos psicológicamente a este hecho. De este modo, estudios empíricos estadísticos (que yo cogería con pinzas, pero que ahí están), dicen que entre el 40% y el 60% de la felicidad que adquirimos “desaparece” al año siguiente. Como si empezáramos de nuevo.
- En tercer lugar, nuestras expectativas podrían ser mayores que la felicidad final obtenida. Esto es una característica del consumismo, o quizás meramente humana, pero el caso es que a veces creemos que queremos algo, lo conseguimos y no nos otorga tanta felicidad como creíamos.
Aspectos psicológicos, sociológicos, meramente éticos, todo puede afectar. ¿Qué cree usted?
Nota: La información la he sacado de: Revistas ICE, 16-31 de octubre de 2008. Un artículo de Eduardo Pérez Asenjo.
Saludos.
8.11.08
6.11.08
El futuro del ICO ante la crisis, como Banco Público
Lo hemos dicho en este blog hace semanas, el ICO debería ser un banco público, tanto para PYMES como para familias, capaz de arriesgarse ante los más necesitados, y afectando en el libre mercado con unas condiciones competitivas.Si los bancos generalistas no quieren dejar de ganar y de hecho siguen teniendo beneficios cuando muchas PYMES y familias acuden a la suspensión de pagos, el mercado sigue siendo un gran negocio para ellos, hay o no haya crisis.
Todas las empresas se arriesgan a perder y cerrar. Todas.
Bueno casi todas, porque los bancos no cierran, si acaso los compran o los nacionalizan.
Si el ICO saliera como Banco Público, el mercado financiero español se activaría y se abriría en la concesión de nuevos créditos, un inmenso lastre que nos está llevando al parón económico.
5.11.08
Sí, nosotros podemos. Yes, we can.
Es tremendamente difícil, con sólo 8 letras, crean un mensaje de optimismo, un lema de campaña electoral, más eficaz y positivo que el de la campaña de Barack Obama.Yes, we can.
Todos nosotros podemos mejorar, cambiar y escribir el futuro.Pero además, añadimos para que no haya duda un SI como entrada a la frase.
Y termina colocando al candidato (ya Presidente electo) en el mismo grupo que quien recibe el mensaje.
Nosotros podemos. Tú y yo, podemos los dos, estamos en igual para poder conseguirlo.
Una frase genial.
Un asesor genial.
El paro, la crisis y la depresión global
Tras una crisis financiera que no todos asumían, vino una recesión global que obligó a tomar medidas importantes y a creerse esta vez si, que la crisis era grande.Pero tras la recesión en la que estamos ya inmersos aunque no todos lo notemos, va a venir una Gran Depresión económica, con cifras de paro alarmantes y problemas económicos serios.
Pero no a todos nos va a afectar por igual la crisis.
Y además hay que añadir que esta "Depresión" que inevitablemente va a venir, es en parte resultado del miedo generalizado a que la recesión sea brutal y nos afecte a todos.
Somos pues responsables sin quererlo, de que la depresión económica sea mucho más profunda de lo que debería, pues nuestro miedo hace que no consumamos o que despidamos a trabajadores que pensamos pueden sobrar en el proceso productivo, que no invirtamos en activos, que no movamos el dinero de manos para reactivar la economía.
Ante el miedo, el gobierno pocas medidas más puede tomar, pues una vez producido es casi imposible curarlo sin emplear la medicina del tiempo como bálsamo.
Por otra parte, los parados mayores de 50 años lo van a tener muy difícil para encontrar soluciones a su problema laboral. Parados en muchos casos sin una preparación alta y con un futuro abierto con incertidumbre.
Las medidas futuras deben atender más a la sociedad que más va a sufrir la crisis y que menos defensas tiene, e intentar que se reactive la economía, aunque sea de manera artificial.
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