13.11.08

Gazprom quiere comprar, España no quiere vender y el capitalismo va a probar su propia medicina

Cuando el Vicepresidente ruso Zhukov le dijo a Miguel Sebastián que su gobierno deseaba comprarle a Sacyr el 20% que posee de Repsol, a través de la empresa Gazprom, le entró un dolor en el bajo vientre del que todavía no se ha repuesto.
Porque una cosa es lo que ahora se diga en los medios de comunicación y otra bien distinta lo que realmente se puede hacer.
Los rusos tienen acuerdos con Alemania y Argelia para desplegar su gasoductos por toda Europa, y la dependencia de España con respecto al gas en concreto pero de toda la energía en general, es total.
España no podrá negarse a la venta de ese 20% de Repsol si los rusos se empeñan en ello, con lo que es inevitable llegar a un acuerdo de algún tipo para salvar el idem.
Los países con energía que venden, son los pocos que tienen dinero de verdad para comprar en efectivo, algo que en estos tiempos de crisis financiera es un lujo que nadie puede olvidar. Que las empresas occidentales están en venta es algo que no merece la pena reseñar y que su precio en Bolsa es en algunos casos de “saldo” tampoco.
Así que en unos años podemos asistir a la invasión no ya de soldados sino de ejecutivos en la dirección de empresas de todo tipo, dentro del sistema capitalista, dirigidos desde países que no han sido nunca maestros del libre mercado. Han aprendido a dar aceite de ricino al enfermo que se pensaba que había vencido, porque no se veía al enemigo.

Todos pensamos sobre la muerte

Todos pensamos sobre la muerte en nuestro deambular por la vida, desde pequeños nos imaginamos la muerte como un fin muy lejano pero como un final, que es cierto, observamos solo en los otros, casi nunca en nosotros, pero que nos deja un poso de soledad, de abandono.
Según amos creciendo observamos que la muerte es segura, que nadie se salva, que todos pasaremos por ese trance y lo haremos en solitario, como el nacimiento, con la ayuda de otros pero siendo los protagonistas que se tendrán que enfrentar con la bajada del telón.
Los años te añaden perspectiva, conocimiento del dolor, de la cercanía, de familiares y amigos que han ido cayendo en la inevitable pérdida de la vida. Y se va asumiendo como algo que puede ser entendido, comprendido cuando llegue como algo que ayude a descansar y por ello se desea aprender a tener conocimiento suficiente para saber cerrar la puerta con gallardía y elegancia. El dolor, la forma es lo que importa a partir de cierta edad y haber dejado todo terminado, lograr que los objetivos de vida se hayan cubierto en la medida de lo posible. Se acepta la muerte como inevitable y empieza a pensar el cómo y el cuando para intentar dejar todo “apañado”
Todos pensamos sobre la muerte porque estamos vivos.

12.11.08

Consejo para ser más feliz simplemente pensando que podemos

Somos lo que pensamos.
Si estamos todo el día dándonos pena, quejándonos, infravalorando nuestro poder, nuestra fuerza, al final seremos aquello que pregonamos.
Pero no porque seamos así, sino porque de tanto repetirlo, nos lo creeremos y actuaremos así. Actuamos según unos patrones mentales que nos creemos, no según lo que somos, porque elevamos o escondemos aquello que a fuerza de repetir, enseñamos a los demás.
Todos los que nos rodean, nos ven como nosotros nos mostramos, y así somos porque así nos ven, porque así decimos que somos. Si nosotros nos creemos una basura, todos los demás nos darán la razón y nos verán igual. No podemos increparlos, pues si nosotros somos capaces de engañarnos a nosotros mismos, más motivos tienen ellos para creernos, que simplemente nos ven, tal y como nos mostramos.
Somos aquello que queremos ser.
Somos lo que pensamos. Así que por favor, piensa en positivo, convéncete de que era muy valid@ y serás así.

Los derechos laborales en tiempos de crisis económica

Ahora que vienen fríos los vientos de la economía, ahora que las empresas amenazan con cerrar y de entrada despiden, nos piden a los trabajadores que admitamos como buenas las soluciones que hacen perder derechos, que nos llevan a sistemas de contratación de hace 50 años, y además nos amenazan de que es esto o el caos.
Ni puta idea.
En los años de reparto de beneficios, nadie se ha acordado de mejorar el mercado de trabajo. Digo nadie porque también incluyo aquí a los sindicatos.
No nos hemos dotado de unas normas laborales que pudieran prever esta crisis u otras, no hemos conseguido que el nivel de renta de los trabajadores sea aumentado al mismo nivel que el IPC, má con la entrada del euro que dividió por 1,66 toda la economía.
Ségolène Royal en Francia presenta una idea lógica.
“Hay que dotar al Estado de un carácter previsor, de mecanismos de seguro ante las crisis a costa de prepararse para ello cuando la economía está potente”.
Si, claro, es socialista.
Las empresas en este país están despidiendo sin control, no les preocupa para nada ni la indemnización ni el daño brutal en la economía que esto produce. Les da igual con tal de desmantelar lo que les ha producido beneficios durante años, porque saben que cuando vengan maduras pueden volver a montar con esos beneficios y ayudas que saben conseguir otras empresas.
Ahora a ellos les toca tomar los lunes al sol, pero dentro del yate.
A los demás nos toca la niebla y la fila del paro, la jubilación anticipada o incluso el hambre. Y encima nos piden que lo comprendamos.