18.12.10

Quieren acabar con la escuela pública. Artículo de Josep Fontana

En el actual desguace del Estado del bienestar le ha tocado el turno a la educación pública, y en primer lugar a la superior. En Italia la reforma Gelmini se propone eliminar un gran número de profesores y reducir considerablemente los fondos destinados a la universidad y a la investigación. Ante las protestas de estudiantes y profesores, Berlusconi ha manifestado: “Los verdaderos estudiantes se sientan en su casa y estudian, los que salen a las calles son alborotadores”. El otro foco de protestas ha sido Gran Bretaña, donde una propuesta semejante va acompañada del anuncio de una subida brutal de las tasas universitarias, que dejaría la educación superior reducida a un privilegio para los hijos de las clases elevadas.

El asalto no se refiere solamente a las universidades. En Estados Unidos –y es bueno fijarse en lo que ocurre allí, porque es el anuncio
de lo que nos puede llegar pronto– la escuela publica está siendo atacada por dos caminos distintos. En primer lugar, por la necesidad de reducir el gasto. Michael Bloomberg, el multimillonario alcalde de Nueva York, ha puesto al frente de sus escuelas a Cathleen Black, presidenta del grupo Hearst (que edita publicaciones como Cosmopolitan o Marie Claire), una ejecutiva sin ninguna preparación en el terreno de la educación, que ya ha anunciado que su tarea se va a centrar en reducir el gasto del sistema escolar público, que es el que usan los pobres. Bob Herbert, que sitúa estos hechos en el contexto de una Norteamérica en que coinciden el mayor paro y los mayores beneficios de las empresas financieras, advierte: “La guerra de clases de la que nadie quiere hablar sigue sin pausa”.

Hay una segunda línea de ataque, en que participa activamente la Bill and Melinda Gates Foundation, que combate la escuela pública como ineficaz, sin tomar en cuenta la pobreza de recursos con que funciona, y acusa de ello a los sindicatos del profesorado, que se niegan a aceptar el despido de los maestros menos capacitados. Su alternativa son las charter schools, que están “exentas de reglas locales o estatales que inhiben una administración y gestión flexibles”.

Lo que estos planteamientos suelen ocultar es que, detrás de los argumentos de coste y eficacia, hay el propósito de combatir una enseñanza independiente y crítica, que se pretende reemplazar por otra que inculque valores patrióticos y conformismo social. James Loewen explica, en su libro Lies My Teacher Told Me, que los profesores norteamericanos tienen que ir con cuidado cuando hablan en clase de temas como, por poner un ejemplo, la guerra de Vietnam. “He entrevistado a profesores de Enseñanza Secundaria que han sido despedidos, o han recibido amenazas de despido, por actos menores de independencia como los de proporcionar a los alumnos materiales que algunos padres consideran discutibles”. Lo cual, sabiendo que nadie va a acudir a defenderles, les empuja a “la seguridad de la autocensura”.

Las bibliotecas son otro escenario de esta lucha. No sólo las de las escuelas –donde la Asociación de bibliotecarios de Estados Unidos ha denunciado que basta con la queja de un solo padre para eliminar un libro–, sino las públicas en general. Kurt Vonnegut ha elogiado a aquellos bibliotecarios que “han sabido resistir enérgicamente a los energúmenos que han tratado de eliminar ciertos libros de sus estantes y que han destruido los registros de los lectores antes que revelar a la policía del pensamiento los nombres de las personas que los han consultado”.

En un sentido semejante va la decisión del actual Gobierno pospinochetista chileno de disminuir las horas de Geografía, Historia y Ciencias Sociales en las enseñanzas Primaria y Secundaria, que ha provocado manifestaciones de protesta de profesores y estudiantes. O el menosprecio por la presencia de las Humanidades en la universidad, que ha llevado a un crítico de Not for profit –el libro en que Martha C. Nussbaum sostiene que la enseñanza que desarrolla un pensamiento crítico es necesaria para la supervivencia de la democracia– a realizar afirmaciones como la de que “los académicos emplean su tiempo y energía escribiendo monografías ilegibles sobre temas sin interés alguno”.

La tendencia, tanto en la escuela como en la universidad, apunta en la dirección de limitarse a ofrecer una formación que se dedique a preparar para el ingreso inmediato en la empresa. Se trata de consolidar el tipo de “currículum oculto” de que habla Henry A. Giroux por el que “la clase dominante se asegura la hegemonía”, transmitiendo “formas de conocimiento, cultura, valores y aspiraciones que son enseñadas, sin que nunca se hable de ellas o se expliciten públicamente”.

Todo lo cual debería llevarnos a reflexionar sobre las motivaciones que hay detrás de estas políticas. La idea de que sólo se puede combatir el déficit por el procedimiento del recorte del gasto social, ha escrito hace pocos días el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, “es un intento de debilitar las protecciones sociales, reducir la progresividad del sistema de impuestos y disminuir el papel y el tamaño del Gobierno mientras se dejan determinados intereses establecidos, como los del complejo militar-industrial, tan poco afectados como sea posible”.

La educación pública es una parte esencial de nuestros derechos sociales y una garantía del futuro de nuestras libertades.

15.12.10

Las diez profesiones con más ansiedad y depresión entre sus profesionales, sus trabajadores

Hay profesiones en las que los riesgos de depresión y ansiedad son mayores. Por su trato con personas, por su exigencia de respuesta urgente y en poco tiempo, por sus dificultades económicas o bajos sueldo, por tratar con problemas ajenos
que les dejan señalados y heridos, por la exigencia de obtener resultados muy medibles.
Les dejo las que se pueden considerar las diez profesiones con más problemas de ansiedad y depresión.
Espero que no esté aquí la suya.

Enfermeras y cuidadoras de ancianos y niños

Camareros de mesa y de barra

Trabajadores sociales

Personal médico

Artistas y escritores

Profesores

Contables

Jefes de personal y RRHH

Personal de mantenimiento

Vendedores

¿Qué le sucede a Zapatero que no quiere ni hablar en el Congreso?

Zapatero sigue sin explicar a los españoles qué está sucediendo en una España en alerta. Él sabrá los motivos, los demás los observamos con sorpresa y curiosidad si no con temor de que en realidad ya no esté de Presidente del Gobierno “de verdad”, sino que ahora quien gobierna y gestiona es Rubalcaba y sus ministros. No se entiende de otra forma, pues en momento

Se han borrado letras en el teclado de mi portátil

Me faltan teclas del ordenador, mejor dicho, se me han borrado las letras impresas del teclado lo cual es una puñeta pues el ordenador portátil está muy bien, pero la faltan letras que han volado sin preguntar ni despedirse.

Me faltan más de la izquierda, que digo yo, no será que escribo más letras de izquierdas que de derechas sino que a lo mejor les doy con más mala leche. O que llevo las unas menos pulidas. 

Me falla la A, la S, la D, la E, la C, la O y la I, Excesivas vocales ¿no?, claro que las vocales son cinco para más de veinte consonantes y eso se nota en el desgaste. Fíjate que se podría haber borrado… la X, o la Y, o incluso la Q o la W. 

Pero no, se han ido a cascala las más usadas. Mal arreglo.

He intentado varias veces reescribirlas con distintos rotuladores permanentes pero no duran nada, enseguida se emborronan tanto las letras como los dedos de esa tinta que dicen permanente. Debe ser por lo que dura luego en los dedos sucios. 

Tengo que probar a escribirlos de nuevo y añadirles algún barniz para ver si así resisten, pero me imagino a las letras que fallan más suaves, menos rugosas y me da no se qué notarlas diferentes.

También puedo arreglármelas sin tener que mirar qué tipo de letra contenían —yo ya sé dónde tengo la S— pero es que lo que se escribe debe ser leído al menos por este pobre dudoso, y nadie garantiza que no haya excesivos fallos, por mucho que me las conozca.

Estoy por engañar a la santa parienta y decirle que así no puedo seguir escribiendo pues se me escapan las ideas al faltarme letras, que un portátil nuevo es una buena compra ahora que la Bolsa está bajando. 

Pero me da que es mucha jeta por unas puñeteras letras que se han borrado. A S D E C I O. ¿Qué será un asdecio?