13.2.11

Algunas posibles reformas en las tasas universitarias en España

Leo que el Gobierno catalán de la Generalitat está estudiando subir las tasas académicas de la Universidad según van pasando los alumnos años sin aprobar las carreras. Me parece algo tan obvio que no entiendo que no es por ley para todos, aun sabiendo que la trifulca iba a ser de órdago.
Un alumno paga unos 1.200 euros por curso, todos iguales, que se dividen entre las distintas materias que tiene que estudiar por curso. Pero realmente a todos nosotros nos cuestan SUS estudios unos 12.000 euros cada año. Con independencia de que aprueba o no, de que se esfuerce o no, de que cambie de carrera varias veces por no saber qué es lo que quiere o no. Es decir el alumno, que una carrera de 5 años le cuesta terminarla (si lo consigue) una media de 8 años, nos cuesta a todos unos 36.000 euros más que el alumno (muy escaso) que la termina en sus cinco años reglados. No es de recibo que tengamos que “gratificar” al que no pone todo su esfuerzo en aprobar, en detrimento de quien si lo hace. Y no digo nada de los alumnos que cambian de carreras en los primer año incluso varias veces, para terminar tras 8/10 años sin estudios acabados.
Yo propongo algo mucho más sencillo. Aproximadamente.

Primer año de curso universitario: 2.000 euros
Segundo año de carrera: 1.500 euros
Tercer año de carrera: 1.300 euros
Cuarto curso de carrera: 1.000 euros
Quinto de carrera: Gratis

Y por cada materia que se repita se paga la cuota inmediatamente superior a la que corresponda por ser materia del año en curso. La suma total de las tasas de la carrera si se aprueba a la primera sería casi la misma que en la actualidad (algo menos), pero por cada materia suspendida se producirá una penalización. Incluso suspendiendo unas cuatro materias en el curso puede salir la carrera universitaria al mismo precio que en la actualidad. Pero los repetidores deberán pagar más por no tomarse sus estudios totalmente en serio.

Todo el fútbol lo quieren ahora de pago para compensar sus despilfarros

Ahora la Liga de Fútbol española, vamos la patronal del balón caro, quiere que se acabe el partido gratis de los sábados en la tele y que todos los que quieran ver fútbol de Primera División tenga que pasar por caja antes. Es una manera de salvar las cuentas, de cuadrar los despilfarros que les ha llevado hasta las deudas.
En realidad en Europa ya es así, lo cual no tendría más comentario
si no fuera por que entonces, si todo fuera de pago, habría que sopesar si es lógico que en las televisiones sin canales de pago o en las televisiones públicas, se les dedicara tantos minutos en los telediarios. El final es un mero espectáculo como la ópera, el cine 3D o los bailes flamencos de famosos.
Pero la gran duda es: ¿cómo nos entretendrá “el sistema” para que estemos contentos en casa y sin pensar?, sobre todo cuando la crisis económica nos deja con menos posibilidades de poder pagar por ver el fútbol. Claro que los que saldrán ganando serán los bares que compensarán por no poder dejar de fumar.
Se acaba el “todo gratis” para aquellas actividades que son puramente privadas, pero en cambio queremos conservar el “todo gratis” para las públicas
Queremos NO pagar los libros de texto de nuestros hijos, que el autobús cueste la mitad de lo que vale, que el médico no nos cobre en urgencias o que los medicamentos estén subvencionados. No es posible, amigos. Si para ver el fútbol hay que pagar y además pagamos, para ir al médico tendríamos que pagar con más razón o para que nuestros hijos sean educados y sobre todo enseñados en un sistema de calidad. No hay otra. Podemos admitir que seamos europeos a la hora de pagar el fútbol, pero deberemos acostumbrarnos a pagar también todo lo que ahora está subvencionado para todos igual. Y que aquellas familias con pocos recursos, lo tengan gratis.
¿Es admisible que tengan los libros de texto gratis los hijos de una familia que cobra 3000 euros netos al mes y que esta misma familia gaste 150 euros en teléfono móvil al mes y otros 40 euros en ver partidos de fútbol? No, si los libros de texto se los tenemos que pagar a escote entre todos.

12.2.11

Los jóvenes son dueños de su futuro, pero también del nuestro

He pillado en alguna de mis lecturas de internet una frase que me ha resultado simpática y curiosa. Un lema electoral de primera calidad. 

Generación Ni-Ni. Ni PSOE ni PP

Realmente y sobre todo para la juventud, el PP y el PSOE representan no ya el pasado sino
la prehistoria. Lo más rancio de lo que ellos consideran necesario en este nuevo siglo.
Lo estamos viendo en Egipto o en Túnez ahora, pero lo seguiremos viendo en Europa que por cierto ya deberíamos estar poniendo nuestras barbas a remojar. La juventud es dueña de SU futuro, ya no es de la gente de 50 años o más. El futuro, esa palabra que tanto nombra el PP, es una sensación que le pertenece a la juventud. Van a ser ellos, los jóvenes, los que tendrán que gestionar su futuro, su territorio, su sociedad. Y es momento que tras los grandes errores que hemos cometido los viejos dinosaurios, vayamos dejando paso a la nueva generación para que sean ellos que los intenten resolver los problemas que les hemos ido creando en una sociedad vieja.
El gran problema del desempleo juvenil es la punta de un problema que todavía ellos no perciben en toda su magnitud, La gran dificultad para la emancipación social y personal. Una sociedad no puede funcionar, nunca, si tiene entre una o dos generaciones vacías, sin empleo y sin futuro. No resolver este grave problema en España nos supondrá unos graves quebraderos de cabeza de los que tardaremos décadas de levantar cabeza si los dejamos enquistar media docena de años más.

La palabra futuro sirve en el PP para dar ánimos sin decir nada

Escucho mucho al PP en precampaña hablar de futuro. De repetir en sus discursos la palabra futuro en múltiples entradas y posibilidades. Saben en el PP que futuro es una palabra correcta, bastante positiva y además no compromete a nada. Cierto es que todos queremos huir del presente pues es malo, deseamos escapar de esta crisis e intentar encontrar un futuro que
previsiblemente será mejor. Y por eso todo el que hable de futuro tiene gran parte del camino de asertividad social ganado.
Pero además de nombrar la palabra futuro decenas de veces hay que acompañarlo de ideas, de cambios, de retos que hay que modificar, de soluciones. Y aquí los veo más espesos. En realidad les ha pillado la crisis con el pie cambiado como a todos y no saben por donde salir, como a casi todos. Vamos que no tienen más solución que esperar y mientras tanto intentan conseguir el poder sabiendo que quien se ha quemado de veras es el PSOE.
Eso, o que les da reparos decir qué programa quieren poner en funcionamiento para que no se escalde la gente antes de encender el fuego, que también hay parte de estrategia en sus silencios. De entrada no se ven líderes nuevos o con ideas nuevas, con garra distinta a la ya conocida, con capacidad para insuflar ilusión. Y eso siendo que son el recambio natural y normal es duro de admitir. Pero es lo que hay.
Hoy escuchaba a Blanco dirigirse a todos sus candidatos reunidos en Sevilla. Me ha parecido mordaz pero falto de gracia, de carisma. Lo he visto excesivamente teatral y eso no tendría que gustar ya. Trataba de insuflar ilusión a sus propios candidatos para que no se sientan perdedores antes de salir a la batalla, y lo conseguía en parte, pero le faltaba esa picardía y ese golpe de calidad que sólo los líderes tienen. Me recordaba a Alfonso Guerra por el papel recibido en el mitin socialista. Pero era tanta la diferencia que me entraba la pena profunda enseguida. Así no se convence a la sociedad que sufre y no encuentra la salida del tunel.