2.8.12

“Seguimos poniendo el alma”, publicidad de La Caixa

Las Cajas de Ahorro en España siguen intentando demostrar que son diferentes a los bancos, que su buque insignia es su obra social, su reinversión de los beneficios hacia los más débiles o hacia la cultura. Malos tiempos para la lírica incluso en la publicidad, pero hay que intentarlo, pues sin duda con sus errores, las Cajas de Ahorro han sido diferentes y su gran trabajo en muchas partes de la sociedad española es impagable. 

 La Caixa añade la frase “Seguimos poniendo el alma” bajo una imagen de niños sonrientes y alegres de un futuro que se pretende mejor. Muchos centros de acogida y asistenciales para la infancia o para las personas dependientes y mayores tienen detrás la gestión de las Cajas de Ahorro de cada territorio.

1.8.12

Empresarios también responsables de esta crisis

Hasta antes de la crisis económica que no parece terminar nunca, las empresas que funcionaban eras las que facturaban mucho ajustando sus costes, crecían de forma pausada, producían un producto original y novedoso, atendían muy bien a sus clientes, eran empresas serias, tenían buena relación con su banco, creían en sus proveedores y en los trabajadores que formaban su equipo, aunque siempre —eso sí— intentando abusar en los sueldos y en los horarios.

Ahora no, ahora para las empresas medianas y grandes lo importante es ser bien considerado en los medios de comunicación, cotizar al alza en Bolsa, ser simpático y tener muchos Community Manager que nadie sabe bien qué son


Hemos cambiado el “trabajo bien hecho” por el “trabajo muy aparente”. Y así de mal nos va. Igual es en esto en lo que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. En la forma de entender la responsabilidad de los empresarios.

Tal vez, en vez de estudiar con los codos, clavándolos en la mesa buscando estudios de mercado y la excelencia, hemos crecido a costa de invitar a los clientes a caros cócteles con cenas bonitas en el mejor restaurante de moda mientras sonreímos al tonto que compra la producción de la empresa por su presencia ante la mesa del marisco.

Nos hemos olvidado de que los realmente tontos, los que han perdido de verdad el norte en esta crisis (sin contar a los banqueros jetas ni a los políticos lelos) han sido los empresarios que no se han dado cuenta de lo realmente importante para su empresa. 

Y lo digo habiendo sido yo parte de esa equivocación de idiotas. Cuando hablamos —y debemos tomar nota para otro siglo— de que nos falta preparación, no nos estamos refiriendo a los aprendices ni a los oficiales de carga y descarga. Nos referimos desde el mando intermedio hacia arriba. A los muchos empresarios que no tienen ni pajolera idea de futuro. 

Así que venga, colegas, tenemos que volver a la escuela para aprender a no dejarnos engañar por los mercados ni por los políticos flojos ¿vale? Menos quejarnos y más trabajar.

Los empresarios también son responsables de esta crisis

Hasta hace tres o cuatro años, las empresas que funcionaban eras las que facturaban mucho ajustando sus costes, crecían de forma pausada, producían un producto original y novedoso, atendían muy buen a sus clientes, eran empresas serias, tenían buena relación con su banco, creían en sus proveedores y en los trabajadores que formaban su equipo, aunque siempre intentando abusar en los sueldos y en los horarios. 

Ahora no, ahora lo importante es ser bien considerado, cotizar al alza en Bolsa, ser simpático y tener muchos Community Manager que nadie sabe bien qué son. Hemos cambiado el “trabajo bien hecho” por el “trabajo muy aparente”. Y así de mal nos va. Igual es en esto en lo que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. 

Tal vez, en vez de estudiar con los codos, clavándolos en la mesa buscando estudios de mercado y la excelencia, hemos crecido a costa de caros cócteles antes de llevar a comer en el mejor restaurante de moda a los clientes mientras sonreímos y contamos chistes al tonto que compra la producción de la empresa por su presencia ante la mesa del marisco. 

Nos hemos olvidado de que los realmente tontos, los que han perdido de verdad el norte en esta crisis (sin contar a los banqueros jetas ni a los políticos lelos) han sido los empresarios que no se han dado cuenta de lo realmente importante. Y lo digo habiendo sido yo parte de esa equivocación de idiotas. Cuando hablamos (y debemos tomar nota para otro siglo) de que nos falta preparación, no nos estamos refiriendo a los aprendices ni a los oficiales de carga y descarga, nos referimos desde el mando intermedio hacia arriba. A los muchos empresarios que no tienen ni pajolera idea. Así que venga, colegas, tenemos que volver a la escuela para aprender a no dejarnos engañar por los mercados ni por los políticos imbéciles ¿vale? Menos quejarnos y más trabajar.

El caso de Zvi Tau o como desconfiar de algunas religiones

Yo no sé si podré hablar del rabino nacionalista y ultra religioso de Israel, Zvi Tau, sin tener miedo de que me persiga a gorrazos por verme poco “hombre”. Sería terrible, a mi que me gusta leer y escuchar música. Me dicen que el de la foto es él, por si os apetece besarle.

Ha dicho el presidente de Har Hamor Yeshiva, con sus dos bemoles bien puestos que: "Educar mucho a las mujeres daña la calidad de la vida de una nación". La mujer debe ceñirse a su "hábitat natural", la casa, porque no ha sido creada para dedicarse a "las profundidades de la ciencia y la moral". "La casa es el hábitat natural de la mujer para la expresión de sus tendencias especiales (...) y no el ámbito de la actividad social. En casa, sin el bullicio (...) es donde una mujer puede vivir su vida plenamente". 

El varón es más racional, mientras que la hembra más emocional, por lo que ésta debe olvidar "las profundidades de la ciencia y la moral" y dedicarse a dar a luz y criar niños, señala. "Es su vocación natural y Dios ha creado en ella las cualidades necesarias y una orientación interior para estos asuntos", explica en Zvi Tau en pleno éxtasis, añadiendo que los hijos de madres que dedican tiempo a su carrera profesional serán "débiles y flácidos". Y eso si, avisa que esto no es discriminar a la mujer, es ponerla en su sitio, en el camino de la vocación natural que Dios le entregó junto a sus talentos naturales. ¡Jodo! 

En pocas palabras. La mujer en casa, sin leer mucho que luego le salen los hijos flácidos; y sin poner música que el bullicio la atonta mucho. Joder qué tedioso ¿no? Ahora resulta que ser mujer en Israel puede ser de lo más aburrido si se imponen estas tesis tan ¿religiosas judías?