31.12.12

Septiembre y enero. Meses clave para una nueva formación o ideas

Año Nuevo, formación nueva. Pero con calma y decisión. Hay dos periodos en el año en el que muchas persona comienzas sus nuevas ideas o sus estudios. Son como los toques de atención para iniciar actividades nuevas o retomar ideas aparcadas. Hoy, uno de enero, comienza uno de ellos. Pero si cuando me lees no es uno de enero no te preocupes, lo puedes intentar igual. De hecho lo importante es estar en alerta todos los dáis del año, para ir confeccionando tu formación personal e ir sumando proyectos entre tus ideas de emprendimiento.

Tras septiembre viene enero con aires de empujar en nuestras decisiones para emprender nuevas ideas, iniciar estudios, proyectos, cambios en nuestra vida.
Son años y tiempos complicados y nos tienen que pillar activos, en contacto con muchas personas y muy bien preparados. Tal vez es el momento de buscar una actividad totalmente nueva, un estudio que complemente nuestra formación desde una óptica lateral, distinta, que sirva al menos para tener una idea que nos ayude a salir a explorar nuevas posibilidades.
No es fácil dar consejos en global, nadie como tú mismo para saber qué debes mejorar, sobre qué debes intentar crecer. La respuesta sencilla sería: los idiomas. Pero hay muchas posibilidades más.

Intenta especializarte en algo, pero además intenta complementar tus conocimientos con asuntos laterales a los que ya tienes para que te diferencien de tus competidores.
Yo creo más en septiembre que en enero, pero siempre es importante intentar el asalto a una nueva formación, a ir creciendo aunque sea en tiempos tasados por el calendario. Nunca sabemos qué ventana se nos puede abrir.

Diez pasos para cambiar lo que no nos gusta de nuestra vida

Tal vez sea ahora un buen tiempo para intentar el cambio personal, empieza un Nuevo Año y sobre todo empieza el deseo de ser distinta, de plantearte cambios. ¿Lo analizamos? Estos consejos son de la revista Psychology Todayy nos pueden ayudar a entender los pasos que necesitamos dar.

Todos los comportamientos personales son complejos: el cambio ocurre en etapas, paso a paso; nadie cambia sus comportamientos de un día para otro. Estrategia: Divide tu forma de comportarte que desees cambiar en pequeños objetivos fáciles de lograr.

El cambio siempre da reparo, incluso miedo. Por temor a lo que no conoces puedes quedarte atascada ante situaciones que te hacen daño pero que son conocidas. Estrategia: Analiza las consecuencias que permanecer como estás y cambiar, tienen sobre tu presente y futuro. Si cambiar tiene más consecuencias positivas, hay que dar el gran paso.


El proceso de transformación debe tener por lo menos un refuerzo positivo y jamás castigos. Estrategia: refuerza el cambio con acciones positivas, no te castigues cuando tengas dudas ante el cambio sino prémiate cuando vayas en favor del mismo.

Seguir siendo igual es más fácil que convertirte en otra persona, es mucho más cómodo quedarte como estás, que pasar por el proceso para convertirte en quien quieres ser. Estrategia: haz acciones pequeñas y fáciles de realizar todos los días para gradualmente llegar al gran cambio y prepárate para anticipar cualquier problema que pudiera surgir en el proceso.

Mientras más lento, es mejor; todos los procesos tienen su propia velocidad y si intentas acelerarlos sufrirás. El cambio es efectivo cuando sucede de manera tranquila para permitir que las situaciones que deben cambiarse se hagan de forma automática. Estrategia: ten paciencia mientras realizas el cambio y disfruta del proceso.

El conocimiento es poder. Mantente muy atenta a cómo reaccionas ante ciertas "tentaciones" que te alejan del camino hacia el cambio. Estrategia: evita ponerte en este tipo de situaciones, al menos al principio, y sé crítica con tus acciones, pero positiva en la crítica.

El cambio necesita una planificación, unos objetivos y una estrategia de trabajo. Dejar que los cambios surjan de manera natural simplemente por que así lo deseas es bueno para ciertas actividades pero es una forma segura de que el cambio fracase. Estrategia: clasifica las actividades que estás utilizando para cambiar en tres categorías: que sí ayudan, que son neutrales y que no ayudan. Elimina las que no ayudan y convierte las neutrales en otras que sí ayuden.

Antes de lograr el éxito que deseas, incluso en las primeras pequeñas acciones, debes repetir tus conductas hasta que las realices sin error. Hay que entrenarse ante los cambios. Estrategia: si quieres probar una nueva conducta, por ejemplo no comer pasteles cuando vas a un restaurante, empieza a probarla en ambientes fáciles de asimilar. Deja de comer pasteles en el trabajo, luego en la casa y finalmente en un restaurante.

Las acciones nuevas necesitan perseverancia y sumo cuidado en no caer en los errores antiguos. Aún cuando lleves un buen tiempo teniendo éxito en cambiar tus comportamientos, si te descuidas, pronto puedes echar tu trabajo por la borda. Estrategia: Después de identificar qué te ayuda y qué te daña, aumenta los alicientes y elimina las tentaciones para que tu nuevo comportamiento no esté en riesgo de desaparecer.

Los pequeños éxitos siempre son gigantes. Desafortunadamente, los planes grandes normalmente se vuelven grandes fracasos. Estrategia: no pienses en cambios grandes sino en pequeñas acciones que te llevan al éxito real. Cada victoria pequeña refuerza tu autoestima mientras que un gran fracaso puede quitarte la voluntad de seguir intentándolo.

30.12.12

Lo bueno y lo malo del alcohol usado como herramienta

El alcohol no es el mejor remedio para los problemas personales, es como ponernos una tirita sobre una herida de bala que sangra abundantemente. Cuando sustituimos las soluciones a los problemas por alcohol en exceso…, simplemente los estamos tapando para no verlos, pero como siempre que nos auto engañamos, lo malo no es el alcohol sino el uso que hacemos de él. 

Un martillo sirve para clavar clavos… pero si lo empleamos para chafarnos los dedos la estamos jodiendo.

El alcohol puede ser agradable con mesura, degustando sus sabores en los momentos adecuados, en la compañía de lo que deseamos, sean personas o actividades contemplativas.

Pero si utilizamos el alcohol para resolver lo que nosotros mismos no somos capaces de resolver cuando estamos vacíos de elementos que nos hacen cambiar, nos estamos equivocando de herramienta. Cambiar nuestra forma de ver los problemas no ayuda a resolverlos, pues es muy momentánea su acción. Los problemas siempre requieren persistencia en los cambios y sobriedad en las acciones.

El alcohol es para disfrutarlo, no para disfrazar problemas viejos.

29.12.12

Depresión, ansiedad y estrés ante las navidades y el fin de año

Como cada periodo de Navidad o de Fin de Año llegamos mentalmente agotados por el cansancio acumulado de unas fechas complicadas, el estrés que generan estas fiestas, los gastos y, en muchos casos por los recuerdos pasados de nuestros seres queridos, que nos generan ansiedad. Pero son tiempos de disfrutar con los encuentros y reuniones de familiares y amigos, y debemos estar bien para poder ofrecer nuestra mejor imagen.

Cada diciembre solemos iniciar una etapa de balances en la que evaluamos lo que hemos logrado en el año que acaba, que no siempre nos satisface. La autoestima es importante y el convencimiento de que no es posible lograr todo lo que nos proponemos, es básico para asumir que hemos realizado el trabajo posible. Todos somos débiles y no siempre es posible lograr los objetivos.

Además, organizar las fiestas de Navidad y de Año Nuevo para el 2013 no siempre son sencillas. Incluso, muchas veces generan desavenencias entre distintos miembros de la familia. Es posible que nos sintamos ansiosos, frágiles y estresados. Es algo muy habitual.

Analiza lo que verdaderamente requiere tu atención personal y que es lo que no puedes cambiar, asumiendo esto como inevitable. De esa forma solo gastarás energía en aquello que merece la pena.

Si sigues estresado, tómate un descanso. El estrés es la respuesta de nuestro organismo a distintas dificultades y justamente a esta altura del año es cuando los problemas aumentan si te vuelves excesivamente duro contigo mismo. Hay que seguir peleando cada día, pero no piensen mucho en lo que no has logrado, pienso más y mejor en lo que has conseguido y lo complicado que es avanzar. Cada paso, a ti o a todos, nos cuesta mucho conseguirlo.

Los signos típicos del estrés

1. Ansiedad
2. Irritabilidad
3. Estados anímicos cambiantes
4. Dificultad para concentrarnos y tomar decisiones
5. Preocupación constante por el futuro y miedo al fracaso
6. Conductas impulsivas
7. Consumo desmedido de tabaco, alcohol y otras drogas
8. Tensión muscular
9. Dolor de cabeza
10. Perturbaciones en el sueño, fatiga o problemas de espalda o cuello