14.10.13

¿Estás dispuesto a ser un emprendedor? ¿Sabes lo duro que es?


Está de moda animar y animarnos para ser emprendedores. Creemos que es la única salida ante la falta de trabajo. Estamos seguros que o nos montamos una pequeña empresa, o creamos un trabajo para nosotros mismos o nadie nos lo va a ofrecer.

En parte es verdad pero solo en parte.

Emprender no es fácil, se necesita sobre todo formación suficiente, ganas de trabajar a raudales, imposible tener desánimo, algo de dinero o de capacidad de crédito, ayuda moral de familiares y amigos, capacidad de autoestima altísima y capacidad de saber asumir un fracaso. O dos. O tres.

Emprender es sobre todo una idea. Es capacidad para saber y tener agallas para poner esa idea en forma para poder crear riqueza. Luego ya veremos quien se lleva esa riqueza, es lo de menos en los primeros años. Lo importante es creer en la idea, saber darle forma, defenderla, saber vender, no desfallecer nunca, tener una ganas de trabajar diferentes a las de los demás.

¿Estás dispuesto a intentarlo? Sólo depende de ti. Sólo aunque no te lo creas ahora.

13.10.13

Al Papa se le olvida que en la Guerra Civil hubo dos bandos llenos de inocentes


La iglesia católica tiene todavía los anclajes de la Guerra Civil del año 1936/39 entre sus venas lo que imposibilita que sirva para esta sociedad actual en España. Ha cambiado el Papa, parece que con otro carisma, pero con un fondo muy parecido.

Hoy en Tarragona han dejado claro ejemplo de esto. Una fiesta para beatificar a 522 católicos muertos por la Guerra Civil, pero curiosamente sumados a los miles que beatifican SOLO de uno de los bandos en contienda cruel dentro de una guerra entre hermanos.

Ellos pueden hacer lo que quieran, faltaría más, y con el boato acostumbrado de grandes espacios llenos de curas en blanco y rojo. Son sus solemnes maneras de actuar, pero debemos señalar que así es complicado que nos engañen, son los de siempre, disfrazados de lo de siempre, pero con unas sonrisa falsa como siempre.

Cuando a estas beatificaciones se suman ministros del PP lo veo lógico. Cuando lo hacen Presidentes de un territorio tan amplio como Cataluña que tanto sufrió la Guerra Civil en sus tierras, lo veo como un error. Pero sería otro más.

Que el Papa no se digna ni en tener una frase para los miles que murieron en el bando republicano es una señal clara de sus equivocaciones. Ellos deciden qué quieren hacer.

Cómo nos afectan los cambios meteorológicos en nuestra salud


Casi el 30% de la población sufre variaciones en sus problemas de salud con los cambios de estación.
Las personas a las que más afectan este tipo de cambios son aquellas con trastornos nerviosos, cefaleas, y dolencias en las articulaciones.

Frentes fríos: La llegada repentina de las bajas temperaturas empeora la ansiedad y el insomnio. Por otro lado el frio produce que bajen las defensas de manera que aumenta el riesgo de infecciones.

Lluvia: El exceso de humedad en el ambiente empeora el estado de las personas con reuma.

Subida de la presión atmosférica: Este fenómeno empeora los trastornos cardiacos y aumenta la tensión arterial.

Sequedad ambiental: La sequedad en el ambiente, provoca también que se sequen las mucosas y por tanto aumenta el riesgo de que se provoquen infecciones, ya que la mucosa de la nariz es la barrera que nos protege de las mismas.

Niebla: Este fenómeno atmosférico, junto con el frío húmedo, complica las infecciones respiratorias como el asma o la bronquitis.

Viento: Hace que nos volvamos más irritables, y complica además los problemas de sueño. Por otro lado puede provocar dolores de cabeza.

Nubosidad: Al disminuir la luz del sol, aumenta la sensación de cansancio, y los estados de ánimo depresivos.

11.10.13

"Ficción" un relato corto de Alice Monro, Premio Nobel Literatura 2013


Una cuentista canadiense, Alice Monro, casi desconocida en España y tras bastantes ocasiones en la lista de premiables, ha conseguido al fin el Premio Nobel de Literatura 2013.

Es sobre todo un premio Nobel al cuento, al relato, a la condensación del escrito, a las historias complejas y poéticas que se concentran para incidir más sobre el lector.  En esta dirección podemos leer el relato “Ficción” de Alice Munro, que en exclusiva publica clarín.com del libro “Demasiada felicidad”.   Vemos ahora el inicio del relato.

FICCION  

Lo mejor del invierno era volver a casa en el coche, después de todo el día dando clases de música en los colegios de Rough River. Ya había oscurecido, y en la parte alta del pueblo quizá estaba nevando mientras la lluvia azotaba el coche por la carretera de la costa. Joyce dejó atrás los límites del pueblo y se internó en el bosque, y aunque era un bosque de verdad, con grandes abetos de Douglas y cedros, cada cincuenta metros más o menos había una casa habitada. 

Algunas personas tenían huertos; otras, ovejas o caballos, y había empresas como la de Jon, que restauraba y hacía muebles. También ofrecían servicios que se anunciaban junto a la carretera y en especial en esa parte del mundo: cartas del tarot, masajes con hierbas, resolución de conflictos. Algunos vivían en caravanas; otros se habían construido casas, con tejado de paja y extremos de troncos, y otros, como Jon y Joyce, estaban restaurando viejas casas de labranza. Había algo especial que a Joyce le encantaba ver mientras volvía a casa y entraba en su finca. 

En esa época mucha gente, incluso algunos habitantes de las casas con techo de paja, estaban instalando lo que llamaban puertas de patio, aun cuando, como Jon y Joyce, no tenían patio. No solían ponerles cortinas, y los dos rectángulos de luz parecían ser indicio o promesa de comodidad, de seguridad y abundancia. Por qué era así, más que con las ventanas corrientes, Joyce no lo sabía. Quizá se debiera a que la mayoría no servía solamente para asomarse sino que se abrían directamente a la oscuridad del bosque y a que exhibían el refugio del hogar con tanta ingenuidad. 

Gente cocinando o viendo la televisión, de cuerpo entero; escenas que la seducían, aunque sabía que las cosas no serían tan especiales dentro. Lo que Joyce veía cuando entraba en el sendero de su casa, sin pavimentar y encharcado, era el par de puertas de aquellas que había colocado Jon enmarcando el interior resplandeciente y a medio hacer. La escalera de mano, las estanterías de la cocina sin acabar, las escaleras al descubierto, la cálida madera iluminada por la bombilla que Jon colocaba para enfocar donde quisiera, dondequiera que estuviera trabajando. 

Se pasaba el día trabajando en su cobertizo, y cuando empezaba a oscurecer dejaba libre a la aprendiza y se ponía con las obras de la casa. Al oír el coche de Joyce volvía la cabeza hacia ella un momento, a modo de saludo. (continúa aquí…)