9.12.13

Hay que trabajar solo en lo que nos gusta. Allí está escondido el éxito

No es fácil saber qué es lo que nos gusta. Sí, solo lo que nos gusta mucho en la vida, lo que nos da la felicidad, lo que estaríamos haciendo muchos días sin parar. 

Pero una vez que hayamos identificado nuestra felicidad vital, aquella actividad que nos llena, nos complace, nos gusta mucho…, efectivamente…, debemos dedicarnos a ello.

Si queremos ser felices debemos dedicarnos a realizar aquello para lo que estamos preparados, que casi siempre coincide con lo que más nos gusta. El éxito de la vida, de tu vida, reside en hacer aquello que quieres hacer. 

A veces nos parece imposible lograrlo, pero si no lo intentamos varias veces nunca estaremos seguros de haberlo intentado con todas nuestras fuerzas y ello nos creará frustración y hundimiento.

Los cuatro tipos de persona que podemos ser, según nuestra capacidad

Solos somos cuatro tipos de personas según nuestra capacidad. ¿A cual perteneces tú? No me insultes mucho, es lo que hay.

Están los listos y preparados, los que escuchan crecer la hierba y además son trabajadores a más no poder.

Están los listos y preparados, los que saben qué piensa el que le habla, pero son unos vagos redomados y trabajan lo justo.

Están los justicos y poco preparados pues la vida hoy nos prepara lo suficiente y además unos vagos redomados que no les gusta trabajar no vayan a herniarse.

Y están los justicos y poco preparados pero que lo compensan pues son unos trabajadores excelentes y con muchas ganas.

- Los primeros son perfectos, un dechado de virtudes, los que triunfan, los que emprenden, los que ganan. Pero resultan aburridos y algo prepotentes.

- Los segundos viven bien, no alcanzan sus objetivos pero eso les importa un pito. Simplemente han nacido para gozar. Unos jetas.

- Los terceros sirven para poco, sobreviven, caminan despacio por la vida y no deja reguero ni camino abierto. Son los grises apagados.

- Los cuartos son los esclavos, los que curran para vivir y para que otros del grupo primero vivan como dios, los que dan plusvalías y beneficios.

Si crees que tu no eres de ninguno, que eres una mezcla de varios, que estas listas son una imbecilidad, estás en lo cierto. Pero esta noche soñarás con la puñetera lista buscando donde colocarte. Lo siento.

Leche de oveja para niños y enfermos


Dicen que la leche de oveja es muy buena para niños y enfermos. Más hace décadas que ahora, que ya tenemos complementos nutricionales si hicieran falta y con control médico. Pero todavía se pueden ver algunos anuncios en cerámica por calles de las grandes ciudades, decorando antiguas farmacias o tiendas de alimentación en donde se anunciaba la leche de oveja. Este anuncio es de Madrid.

Hemos roto un Ángel. ¿Y ahora qué hago?

En mi casa hemos roto un ángel. De casualidad, pero lo hemos roto. ¿Sigue Dios fabricando ángeles voladores y buenos? Es que lo grave de esto ha sido verlo en el suelo, roto y mirándonos como llorando. Al cogerlo lo hemos entendido.

Simplemente se le han roto las alas. El ángel seguía igual, pero sin alas. Y un ángel sin alas ya no es ángel. Es hermoso pero ya no es capaz de cuidarnos, de vigilar que no entre el demonio, de estar en todas las partes y en ninguna. Lo más débil de un ángel son sus alas. Precisamente lo que les separa de ser hombres a ser ángeles.