11.12.13

Lo dicho, el exceso de naturalidad es peligroso

El exceso de naturalidad no es bueno. Es como ir a una entrevista de trabajo y decir: “¡Qué, cabrón!; ¿me vas a coger a trabajar o qué?”.

No cuela, no lo recomiendan, no funciona bien. Dicen quien entiende, vamos. Hay que mentir, disimular. Le estás viendo la cara al jefe que te entrevista y te está acojonando, piensas que mandando en serio en la fabrica debe ser efectivamente un cabrón, pero pones cara de gustarte. Es lo que toca.

Es mentira eso que dicen los flojos de que hay que ir siempre con la verdad por delante. “Yo siempre digo la verdad, es lo que hay que hacer”. No, no, decir la verdad es peligroso. Mentir no nos lleva al infierno. A mi de pequeño me enseñaron que hay mentiras veniales y mortales. Que es tanto como decir que hay mentiras piadosas que a lo sumo nos llevan unas horas al purgatorio que debe ser como una sauna pero sin estar en pelotas. Mentiras veniales. Joder qué bonito. Mentiras leves, de juguete, de mentirijillas. Mentiras de mentira. Lo dicho, el exceso de naturalidad es peligroso.

10.12.13

Pavo de Navidad, relleno y cocido con frutas

Tras comprar jamón para cenar pienso en el cerdo. Calculo que debió morir hace más de un año, de una cuchillada seguro. Aunque ahora los matan con electrodos, creo. El caso es que hoy para cenar me voy a comer un cacho de su pata. Me he dado cuenta, era la izquierda. Por casualidad, lo juro.

Había también una mezcolanza en forma cilíndrica de pavo con ciruelas y queso roquefort todo mezclado y revuelto. Su color asemejaba al de un pavo mal cocinado con manchas oscuras. El queso lo debía llevar solo en el nombre. También he comprado para probar. Aquí no he podido averiguar de que pata del pavo habían sacado la carne. Parecía batido de carne fina. Pero estamos entrando en Navidad y ya venden de todo. Aunque sea feo.

Eres lo que creen los demás que eres. Pero sobre todo admite el cómo eres

Mira, eres quien eres te guste o no te guste. Y no es poco. ¡Admítete! Y eso si, cambia si no te gustas pero desde la admisión, no desde el asco y la desidia, no desde la odio a ti mismo.

Eres un poco de lo que tú crees que eres.
Eres otro poco de lo que a ti te gustaría que fueras.
También tienes algo de lo que pretendes que crean los demás que eres.
Pero sobre todo eres lo que los que te ven creen que eres.

No engañes. Pero si tienes que engañar, sobre todo no TE ENGAÑES a ti mismo. Es lo más inútil que puedes hacer. Admítete e incluso ámate. Y luego ya iremos viendo.

Fernando Fernán Gómez me ha alegrado la noche

Hoy me ha gustado escuchar a Fernando Fernán Gómez en YouTube. Creo que esto es normal, vamos que es normal que me guste escucharlo. Era un gran hombre, un intelectual raro que es como deben ser los intelectuales. Creo que debía ser complicado de vivir, de convivir, de tratar. Pero no por algunas tontadas que se han repetido en los medios hasta cansar. No. Por su sarcasmo inteligente que no te dejaba ver nunca si iba en serio o no. Yo creo que siempre iba en serio, es decir nunca. Un hombre del siglo XVIII que sobrevivió al XXI.