24.12.13

Lo peor de escribir es tener que corregir y saber hacerlo

Leer a Antonio Muñoz Molina es como un vicio muy confesable. Te gusta o te encanta, te vas enganchando y no sabes dejarlo para encima quedar bien si lo cuentas a quien se deje hacer de escuchador. Los que saben hablar muy bien y escriben como hablan en realidad nos están engañando pues no hablan como escriben, sino peor. Cuando se habla no se puede corregir. Pero los que incluso cuando hablan no deben corregir pues lo hacen perfecto, tienen la ventaja de que rectifican y corrigen mucho menos. Lo peor de escribir es corregir. Saber corregir. Querer corregir.

23.12.13

Cómo convertirte en un loco con éxito, en un solo paso

Puedes ser un loco, entrenarte para serlo más, convertirte en el más osado de la tribu, meditar para mejorar en tu locura. Pero nunca debe notarse, no es bueno que los demás te señalen como ido.
La diferencia entre el loco con éxito y el loco hundido es que al primero no lo califican de loco los que lo contemplan. Y la diferencia puede ser de milímetros mentales.
Lleva tu bstracción hasta el límite, pero no te pases, frena un poco antes de que te vean como loco. Y sonríe.

Los indecisos son (somos) malos por naturaleza. O no

Los indecisos somos peligrosos pues parecemos una cosa y somos otra. Pocos indecisos se jactan de serlo, casi todos disimulan o disimulamos. En este mundo complicado hay que demostrar valentía y capacidad de decisión, así que los indecisos somos parias que no servimos. No se creen quien nos conoce que la mesura es un valor, que los inseguros lo somos por que nos dedicamos más a valorar y analizar alternativas, a no tener claro algo pues las dudas nos ponen a la defensiva. 

Así que hacemos como que no somos indecisos, a convertirnos en normales escondidos y disfrazados. Incluso llegamos a pensar que no somos indecisos o lo que es peor, que no sabemos qué somos. Dudamos sobre si somos o no somos dudosos. Yo por si acaso no me fiaría de un indeciso, excepto si soy yo, claro.

21.12.13

Estamos volviendo al año 1981 y encima sonreímos

Tristemente estamos volviendo al año 1981. Han sido más de 30 años tirados por el desagüe en breve tiempo sin que los españoles valoremos lo que es retroceder. No tenemos militares golpistas escribiendo en El Alcazar, pero los políticos les están haciendo el trabajo sucio a los retrógrados sociales y religiosos.
Lo curiosoes que la sociedad actual no tiene ninguna comparación con aquella, luego, los resultados serán bien distintos. En muy pocos años los verenos. Nos va a dar tiempo de sufrir.