2.1.15

Desafección. Asco y cabreo. Anarquismo social. Tras peldaños muy diferentes

La política no interesa a nadie, que es tanto como decir que ya no hay desafección sino asco y cabreo, el siguiente paso de la desafección. Esto al PP le viene muy bien mientras no tenga a su derecha contrincantes; peor al PSOE que no está sabiendo darse cuenta de que gran apte de los cabreados son gentes suyas, votantes que les dieron su confianza en otros tiempos.

IU está desaparecida y lo que es peor, sin ideas válidas pues está mareada tras haber visto el caramelo y perderlo por un grupo de jóvenes que los tenían dentro y se les han escapado por la puerta de la incapacidad propia. A partir de este doloroso camino no está sabiendo encontrar con rapidez un contragolpe identitario que sirva para explicar qué son, quienes son. O que tienen miedo a explicar quienes son, que también podría ser.

Del nacionalismo, moderado o no, pocos hablan pues es la gran incógnita. Mientras algunos les dan por seguro una debacle arrastrado por el efecto Podemos, otros creen que tienen una base electoral suficiente como para aguantar bien si no se equivocan en el camino. Pues lo cierto es que el nacionalismo que crece y se impone es el español, cuando emplea herramientas sociales que preocupan a todos los que sufren las crisis de todo tipo.

El siguiente paso es el anarquismo social y esto hay que avisarlo. Es decir, si nos cargamos a Podemos, es decir, demostramos que estos chicos nuevos son una mierda pero no somos capaces de resolver los problemas, la sociedad la condenamos al anarquismo social, que es otro peldaño que nos queda por recorrer. Por eso me preocupa y mucho esa manía que les ha entrado a casi todos por descalificar lo que siendo diferente puede ser asumible. Pues si falla y seguimos sin resolver la sociedad, esta se nos revolverá. ¿Me he logrado explicar bien?

1.1.15

Los enemigos de la empresa son tus amigos

Todo empresa tiene tres ejércitos fuera de su ámbito de control y que le pueden atacar en cualquier momento. Los clientes, los proveedores y la competencia. A veces son amigos, pero a veces se pueden convertir en enemigos o en amigos de tus enemigos.

Los clientes son los que nos pagan el sueldo y las facturas, pero con ellos tenemos que tener también capacidad de negociación para marcar precios y entregas, servicios y relaciones. No pueden ser los dueños de nuestra empresa, de nuestro futuro, de nuestro desarrollo. Ellos nos necesitan también, pues si no habrían elegido a otro proveedor. Nunca hay pocos clientes como nunca hay clientes fijos ni un número exacto y perfecto de clientes. Los clientes se amplían o decrecen, se ganan o se pierden. Incluso a veces se tiran a la basura.

Los proveedores son los que nos sirven lo que necesitamos, nosotros somos clientes para ellos, luego debemos tener una relación tan ajustada como la que deseamos tener con nuestros clientes. Pero los proveedores no siempre son fieles, sobre todo si atisban algún problema. Y con ellos debemos tener la mejor relación pues nos deben informar de todos los cambios e innovaciones de sus productos para nunca quedarnos atrás con el tercer ingrediente de nuestras amenazas. Nunca hay un solo proveedor para cada servicio, y la relación con todos es primordial. Nunca sabemos cual de ellos será el que de la próxima innovación, la próxima bajada espectacular de precios.

La competencia siempre se está moviendo. De ellos dependemos seguir facturando, estar en línea con lo que pretendemos, seguir ocupando el espacio de mercado que ya tenemos. Es importante conocer sus proyectos, sus precios y servicios, sus deseos de ampliar el negocio. Pero recordar que existen dos tipos de competencia; la que ya está asentada en el mismo mercado que nos disputamos y la que puede crearse de nueva y acceder a la misma parcela del pastel. Las nuevas competencias intentarán entrar en nuestro mercado por dos flancos débiles. Bajada de precios u ofrecer un servicio alternativo y diferente. Y para ambas batallas debemos estar preparados siempre.

Los enemigos de la empresa son el cliente, el proveedor y la competencia

Todo empresa tiene tres ejércitos fuera de su ámbito que le pueden atacar en cualquier momento. Los clientes, los proveedores y la competencia. A veces son amigos, pero a veces se pueden convertir en enemigos o en amigos de tus enemigos.

Los clientes son los que nos pagan el sueldo y las facturas, pero con ellos tenemos que tener también capacidad de negociación para marcar precios y entregas, servicios y relaciones. No pueden ser los dueños de nuestra empresa, de nuestro futuro, de nuestro desarrollo. Ellos nos necesitan también, pues si no habrían elegido a otro proveedor. Nunca hay pocos clientes como nunca hay clientes fijos ni un número exacto y perfecto de clientes. Los clientes se amplían o decrecen, se ganan o se pierden. Incluso a veces se tiran a la basura.

Los proveedores son los que nos sirven lo que necesitamos, nosotros somos clientes para ellos, luego debemos tener una relación tan ajustada como la que deseamos tener con nuestros clientes. Pero los proveedores no siempre son fieles, sobre todo si atisban algún problema. Y con ellos debemos tener la mejor relación pues nos deben informar de todos los cambios e innovaciones de sus productos para nunca quedarnos atrás con el tercer ingrediente de nuestras amenazas. Nunca hay un solo proveedor para cada servicio, y la relación con todos es primordial. Nunca sabemos cual de ellos será el que de la próxima innovación, la próxima bajada espectacular de precios.

La competencia siempre se está moviendo. De ellos dependemos seguir facturando, estar en línea con lo que pretendemos, seguir ocupando el espacio de mercado que ya tenemos. Es importante conocer sus proyectos, sus precios y servicios, sus deseos de ampliar el negocio. Pero recordar que existen dos tipos de competencia; la que ya está asentada en el mismo mercado que nos disputamos y la que puede crearse de nueva y acceder a la misma parcela del pastel. Las nuevas competencias intentarán entrar en nuestro mercado por dos flancos débiles. Bajada de precios u ofrecer un servicio alternativo y diferente. Y para ambas batallas debemos estar preparados siempre.

Todos necesitamos ayuda. Tú también sabes ayudar

Necesitamos ayuda. Necesitamos ayudar. Nos necesitamos todos y estamos para eso, pero no siempre tenemos las sinergias de compartir esas ayudas. Así que nos toca buscarlas tanto para recibirlas como para entregarlas. Somos animales de convivencia aunque parezca que nos odiamos.

¿A quien fue al último que ayudaste? ¿a qué mereció la pena estar a su lado, compartir, entregar, facilitarle las cosas?

Estamos en semanas de buenas voluntades, así que contagiemos las ideas y logremos que tarden en irse esos buenos deseos.