2.4.15

La pobreza social nos afecta a todos y no la queremos ver

Se calcula que unas 40.000 personas viven en España sin techo, en la calle, sin vivienda. Y casi todos en las grandes ciudades. He dicho sobre las 40.000 personas que se suman al casi 1.500.000 familias que viven en infraviviendas. Son invisibles, no los queremos ver, ellos no quieren tampoco que se les vea mucho, una parte de ellos llevan años en su misma situación, moviéndose entre comedores sociales, cartones y mantas que les otorgan asociaciones de ayuda. Estos sin techo son de variada procedencia. Casi todos europeos, muy pocos son alcohólicos o drogadictos al contrario de lo que se piensa pues no llegan al 10%. A veces con problemas de familia pero otros casos rodeados de sus parejas o incluso de sus hijos.

Este submundo es brutal, vergonzoso, violento, sin sentido social y humano. Lleno de personas que han huido o que se han quedado sin presente. Personas que con edades entre los 30 y los 50 años ya no saben qué hacer con sus cuerpos, son sus posibilidades vitales, y que cualquier otra posibilidad es todavía peor.

Muchos de ellos se dedican a la chatarra, a lograr algo de dinero en la calle, a recoger comida o tabaco de las aceras, a vivir de las ayudas sociales, pero sin que puedan ver otro futuro que so sea el mañana y a veces ni eso. ¿Se nos ha olvidado lo que es el humanismo?

1.4.15

El balcón no está, pero yo lo veo siempre

Las personas se han ido, solo quedan las calles, las sombras de los árboles que van sacando hojas deprisa no les vayan a venir los calores de golpe, como siempre. Somos un país transeúnte, nómada, de ir y venir, de no estar nunca con seguridad. Con seguridad de estar.

Los pueblos han vuelto a recobrar la alegría, los niños, las tiendas de pan abiertas, los bares llenos, la gente paseando entre los senderos de cereal que empieza a ser verde. Ahora los campos de trigo están en su punto para no parecerlo. Son como campos ingleses pero de jóvenes. Luego se secarán para alimentarnos. 

Tras estar dos días en el campo debo reconocer que no he logrado escribir más de un par de artículos, lo cual es poco. Creo que el sol y el viento me han tocado las narices y me han dejado seco.

Esta Semana Santa es rara pero espero ser capaz de emplear el Jueves Santo en lo básico, recordar mi niñez y volver un rato por San Nicolás. En estas fechas cuando me acerco a la plaza de la iglesia miro hacia el muro donde estaba el balcón de aquellos años. No está mi madre, claro, pero tampoco está el balcón. Yo lo veo, pero solo yo. Incluso a su derecha observa que todavía se conserva el botijo del verano sobre un plato roto de cerámica vieja. Igual estoy soñando.

31.3.15

Cómo doblegar a un político rebelde y con ideas nuevas


No sabemos bien quien nos gestiona la sociedad pues se esconde detrás de los políticos con mando. Saben mover los hilos sin que se note mucho su poder y así pueden manipular aquello que les interesa pero en segundo plano. 

Odiamos a las personas, cuando los culpables en muchas ocasiones son las corporaciones; odiamos a los políticos que conocemos cuando los responsables están escondidos tras ellos. 

Lo sabemos pero como no sabemos defendernos, lo aguantamos como el mal inevitable.

Antes hablábamos de los poderes fácticos, luego de los tecnócratas y grupos de presión, hoy de las corporaciones globalizadas que dominan los precios, las monedas, las materias primas e incluso la alimentación y las guerras. 

En la Edad Media se ponías cascos con dragones de plata y así parecer más altos y dar miedo, hoy se apoderan de los mejores despachos y se abren ventanales al cielo como queriendo volar.

Cuando a un político con nuevas ideas le entregas el poder, por propia ley de la responsabilidad le estás castigando a domarse pues pierde de forma automática su nervio guerrero. 

Le quitas muchas horas todos los días de pensar para obligarle a trabajar gestionando. Es decir, le usurpas su rebeldía y sus ideas nuevas a cambio de la responsabilidad del mando. 

Nada mejor para vencer a un guerrero del siglo XXI que darle mando un plaza. Se creerá que efectivamente manda, y así dejará de pensar.


30.3.15

IU y Podemos. Dos amigos irreconciliables

Las decisiones de IU están llevando a este grupo político a una complicada posición de futuro, por errores tácticos que no supieron ver en estos tres últimos años, abrazados por el espíritu de lo nuevo y convencidos de que la política tenía que cambiar y mucho. Lo curioso es que ambos discernimientos son ciertos, pero como en toda teoría de juegos, además de diagnosticar bien, hay que poner un tratamiento válido.

IU entregó sus posibilidades de futuro a un bebé llamado Podemos que no ha sido capaz -por el momento- de brillar con la energía social que se esperaba en ellos, aunque las primeras velocidades eran tremendamente positivas. Su indefinición servía como estrategia mientras Ciudadanos no tenía aire y Podemos aspiraba a recoger a todos los cabreados posibles que eran mucho aunque muy distintos, pero ahora es una rémora para crear confianza. Incluso su prepotencia de adolescente no ayuda a que los bragados en muchos años de política veamos algo realmente diferente y que además sea creíble, cuando no un engaño populista. 

IU siempre ha tenido claro qué es, incluso dentro de sus problemas internos que no le han permitido tomar antes el espacio que le arrebató primero el 15M y luego Podemos. Pero no ha tenido los arrestos para diseñar el futuro, para ser emocionalmente más inteligente, para ser solidaria consigo misma.

La izquierda en general tiene una gran indefinición de planteamientos de futuro. Si tuviera que ponerse de acuerdo en diseñar una sola hoja de ruta no podría. Cree que el orden de los factores no altera el producto final y su ansiedad en lograr todo no le permite diseñar el orden de las cosas. Ve incluso enemigos entre sus contrincantes y su benevolencia con estos es mínima. En la izquierda ser diferente debería ser un lujo que ampliara los conceptos y en cambio se ve como una rémora entre enemigos irreconciliables. 

Mientras Podemos se nutrió de un crecimiento rápido con la suma del aumento que ya había iniciado IU más el de los abstencionistas muy cabreados pero sin ideología que empezaban a darse cuenta que estando callados nada se lograría y la incorporación de exvotantes del PSOE desnortados y el PP engañador, todo parecía llevar a un cambio rápido del sistema.

Pero surge Ciudadanos y empieza a rascar votantes de esa bolsa tan heterogénea, los cabreados empiezan a darse cuenta que no siempre ellos son de izquierdas, IU ve peligrar su futuro tras perder todo el crecimiento experimentado y parte de su suelo, mientras Podemos sigue anclado en su indefinición ideológica y lo que es peor, sin dar respuestas a ninguno de los problemas que necesita resolver la sociedad española. Sus ambigüedades son su gran debilidad.

Si el nacimiento de Podemos solo ha servido para hundir a IU habremos hecho un pan como unas hostias. Y volveremos a demostrar desde la izquierda que somos más tontos que Pichote. Este momento es único para mejorar la sociedad. Depende de la izquierda como globalidad social e ideológica. ¿Entenderemos alguna vez que troceados solo damos para un guiso, pero nunca para un plato que asombre?