31.3.15

Cómo doblegar a un político rebelde y con ideas nuevas


No sabemos bien quien nos gestiona la sociedad pues se esconde detrás de los políticos con mando. Saben mover los hilos sin que se note mucho su poder y así pueden manipular aquello que les interesa pero en segundo plano. 

Odiamos a las personas, cuando los culpables en muchas ocasiones son las corporaciones; odiamos a los políticos que conocemos cuando los responsables están escondidos tras ellos. 

Lo sabemos pero como no sabemos defendernos, lo aguantamos como el mal inevitable.

Antes hablábamos de los poderes fácticos, luego de los tecnócratas y grupos de presión, hoy de las corporaciones globalizadas que dominan los precios, las monedas, las materias primas e incluso la alimentación y las guerras. 

En la Edad Media se ponías cascos con dragones de plata y así parecer más altos y dar miedo, hoy se apoderan de los mejores despachos y se abren ventanales al cielo como queriendo volar.

Cuando a un político con nuevas ideas le entregas el poder, por propia ley de la responsabilidad le estás castigando a domarse pues pierde de forma automática su nervio guerrero. 

Le quitas muchas horas todos los días de pensar para obligarle a trabajar gestionando. Es decir, le usurpas su rebeldía y sus ideas nuevas a cambio de la responsabilidad del mando. 

Nada mejor para vencer a un guerrero del siglo XXI que darle mando un plaza. Se creerá que efectivamente manda, y así dejará de pensar.