27.9.16

Para qué quería Guillermo Tell su segunda flecha?

Guillermo Tell representa en Centro Europa la figura de la rebelión contra el poder, contra el poderoso. Pero no todos sabíamos que en realidad Guillermo Tell, que no debió existir pero es un personaje muy conocido, jugó con ventaja contra el poder, en su famosa escena de la flecha. 

Guillermo Tell era ya un reconocido arquero que como no quiso doblegarse ante el poder de los señores de la zona, reverenciando su poder, y fue castigado entre la muerte o jugársela disparando una flecha contra su hijo, al que pusieron los malvados a 100 metros de distancia del padre con una manzana en la cabeza, mientras el Gobernador observaba la escena de puntería y valor desde una grada más alejada.

Pero Guillermo Tell puso dos flechas en su ballesta. Con una disparó hacia la manzana de la cabeza de su hijo, mientras que la otra se la quedó en recámara. Acertó al primer disparo, sin herir al hijo. 
 
Extrañado el Gobernador le preguntó que para qué quería la segunda flecha, pues en caso de fallar dejaría mal herido al niño. Guillermo Tell —dice la leyenda— le miró a los ojos y le respondió que aunque él, el Gobernador, estaba a más de 200 metros de distancia, si hubiera fallado contra su hijo, estaba seguro que con la segunda flecha le hubiera acertado en el corazón del poderoso. Efectivamente, fue condenado a galeras, aunque luego la historia continúa.

Coste de mantener las zonas verdes, en las grandes ciudades

Las zonas verdes públicas, sean parques o plazas de un tamaño considerable y dedicadas a la tranquilidad y al reposo por tener zonas verdes utilizadas, necesitan un mantenimiento constante, una limpieza y un cuidado. Incluso una seguridad. Por eso es necesario dotar en los presupuestos municipales con partidas específicas para su cuidado.

En las ciudades españolas, el gasto medio de mantenimiento y cuidado de las zonas verdes se mueve sobre el 2,5% de su presupuesto municipal. Aunque las ciudades con mejores zonas verdes tienen que dedicar más porcentaje de su presupuesto a ellas, como es el caso de Pamplona, una de las consideradas mejores ciudades en zonas verdes, que dedica el 3,7%. Por encima de esa media está Madrid con un 3,4% o Valencia con un 4%. Por debajo ciudades como Zaragoza con un 2,2%, Bilbao con un 1,8%, A Coruña con un 2,2% o San Sebastián con un 1,3%. En algunos de estos casos es el volumen de zona verde en relación a sus ingresos y gastos lo que determina el porcentaje. Zaragoza suele dedicar en su presupuestos y de forma directa unos 16 millones de euros para el cuidado y mantenimiento de sus zonas verdes.

26.9.16

Humores para recordar la historia europea

Imagen de septiembre de 2016
Para que nunca olvidemos de que es posible volver a las grandes guerras, os muestro este edificio, este inmenso espacio que hay en Nuremberg, que todavía se conserva y se está rehabilitando ahora, y que es donde Hitler realizaba sus enormes desfiles militares, sus congresos de partido, sus discursos más violentos. 


Lo podemos ver en los mismos lugares donde ahora los turistas se hacen fotos. Bien en el atrio alto para dar sus acalorados mítines como lo observamos en la imagen inferior, bien desde el asfalto subido a su coche desde donde pasaba revista a sus tropas bélicas. Que no se nos olvide que todo sigue casi igual. 

Para la diabetes, huertos urbanos

En el barrio de Carabanchel, en Madrid, se dieron cuenta hace tiempo de que la naturaleza ayuda a curar. Pero no tomándosela, que sería la forma más conocida de usar lo natural, sino cuidándola, haciéndola crecer. 

En el Ambulatorio del Alto de Carabanchel tuvieron hace tres años la feliz idea de aprovechar una terraza del edificio para construir un huerto urbano, preparar 12 bancales para hortalizas pero no para los médicos o los enfermeros, sino para…, para los enfermos.

La idea es crear un huerto con fines terapéuticos para obesos diabéticos en el que participan 60 pacientes, la mitad sin utilizarlo pero estudiando su enfermedad para comparar con el resto, y los otros 30 cultivando el huerto y haciendo ejercicio, alimentándose más sano pues los productos se los llevan a su hogar, evitando las depresiones leves y realizando charlas y reuniones para compartir y hacer amistades. 

Una idea sencilla que tras su análisis final, habrá que ver si es posible exportarla a muchos más ambulatorios, para restar pastillas y añadir ejercicio y huertos urbanos. (La imagen es de El País Semanal)