24.12.16

Azoteas Verdes. Una iniciativa desde Zaragoza

Ayer el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó por unanimidad una moción en Pleno de CHA que insta a redactar una norma municipal que apoye y promocione la posibilidad de que en los grandes edificios privados que tengan azoteas, las comunidades de vecinos trabajen por utilizarlas y convertirlas en Azoteas Verdes. Así mismo en los edificios públicos se va a empezar por trabajar en la misma línea.

Estos cambios de uso urbano de las azoteas ya funcionan muy bien, legislados por los ayuntamientos de Toronto, Chicago, Copenhague, por toda Suiza. En España hay trabajos también apoyados por las instituciones en la Comunidad de Madrid, Vitoria y Barcelona. Ahora será Zaragoza la que incidirá (más) en estos trabajos de futuro para mejorar nuestras ciudades.

El plan de Azoteas Verdes consiste en ir hacia un sistema de urbanismo amable que solo tiene ventajas para la ciudad y para sus usuarios más cercanos. 

Absorben en las zonas donde hay pequeñas plantaciones hasta el 80% de la lluvia, reducen el efecto de “isla de calor” mejorando el clima de los barrios sobre todo en aquellos que carecen de masa verde o árboles en la calles, protegen al edificio de los rayos UVA y los cambios bruscos de temperatura, aisla térmicamente en verano e invierno a los pisos que están debajo de las azoteas, aíslan acústicamente de los ruidos de la propia ciudad, mejoran el paisaje urbano, creando pequeños huertos o paisajes verdes en las azoteas de las comunidades de vecinos que sirven para el autoconsumo, muchas veces de productos que no es tan fácil encontrar siempre en las tiendas como pueden ser plantas aromáticas.

Hace pocas semanas se nos mostraba el huerto urbano que en la azotea tiene el Hotel Wellington de Madrid, para ciertos productos. La única crítica que se hace a estos huertos urbanos en las ciudades es que reciben la contaminación que viene de la calle. Es decir, la misma que nosotros respiramos. Precisamente para evitar este problema es para lo que se trabaja desde los Ayuntamientos. Hay que recordar que por cada metro de huerto urbano, se tiene constancia de una diez veces más de capa vegetal en forma de macetas, árboles o césped en las mismas azoteas.

23.12.16

Regalos baratos, que no cuestan dinero

Fijaros qué cinco regalos tan sencillos, tan simples, tan baratos. Escuchar a los que nos rodean, entregar una sonrisa, dar más cariño, ser más gratificante con todos los que nos acompañen, hacer algún favor a los que lo necesitan, dar un abrazo de árbol, saber que cada día es único. Regalos baratos, que no cuestan dinero.

22.12.16

Queremos vivir el momento, el aquí y ahora

El Museo Reina Sofía planteó una exposición muy curiosa de la que os entresaco algunos textos. Era sobre arquitectura, urbanismo, dudas, nuevas ideas, reconocimientos de nuestros problemas y nuestras inquietudes, pero también de nuestras propias formas de frenarnos ante los cambios.

En nuestra visión contemporánea, nadie cree en el radiante futuro de la revolución y el progreso. La gente —decía un panel— quiere vivir el momento, aquí y ahora. Quiere sentirse siempre joven y no preocuparse por las ideas de forjar al hombre del mañana. Y nos explicaba algunas pinceladas del futuro que iba transcurriendo por los barrios de ciudades norteamericanas que se iban renovando, para mal o para bien.

En países donde la vivienda es un lugar muy temporal, donde se alquila o se desalquila con facilidad, los cambios en los barrios son muy rápidos. Si algo no funciona con arreglo a lo que desean los vecinos, se cambian de lugar y otros grupos sociales van ocupando esos espacios. En España esto no sucede y los problemas son muy diferentes y a veces mucho más graves en barrios que se van convirtiendo poco a poco en zonas de calidad diferente a la que tenían en un principio.

21.12.16

El Muro de Berlín y sus otras formas de llamarlo

Los errores históricos los llamamos como nos da la gana, según quien les ponga nombres, adjetivos, explicaciones o sensaciones. Vamos a referirnos ahora al Muro de Berlín, pues era un muro y estaba en Berlín.

En España, en octubre del año 1961 se publicaba esta nota que os dejo arriba, en la revista Garbo. Aquí lo llamaba “Muralla Roja”. Bien, pero era de cemento. Los del Este de Berlín lo llamaron “Pared de protección antifascista”. Un poco largo pero que en alemán se simplificaba como Antifaschistischer Schutzwall. Pero en occidente y en el Berlín de los aliados era conocido como “Muro de la vergüenza”.

Eran 157 kilómetros de pena, que en realidad no dividían a la ciudad de Berlín en dos bloques, pues todo Berlín estaba dentro de la RDA. Lo que hacía era envolverlo dejando rodeado por el Muro de Berlín aquella parte de la ciudad que era gobernada por los aliados y que constituía la mayor parte de la zona urbana. Entrar o salir de aquella zona aliada de Berlín requería pasar las fronteras hacia la RDA por los puestos que los alemanes controlados por los rusos había colocado para ello.  

Europa se ha ido construyendo a golpes de muros, de acuerdos nunca explicados, como precisamente la construcción de este mismo Muro de Berlín, del que todavía no conocemos hasta qué punto evitó una invasión rusa de todo Berlín. La historia se escribe con secretos.