5.1.17

Las ánimas cobran por salir hacia la luz. Y no es un cuento

Me dicen las ánimas que les cuente un cuento, para explicarles a qué se dedican en sus ratos muertos. Yo no sabría mezclar bien literatura con muertos aunque sean ratos. Así que les explico de qué va esto de las ánimas, y otro día ya me las meteré en un cuento banal.

Un ánima es una mujer erótica, un pensamiento que los hombres tenemos para idealizar a las mujeres, para desearlas con fervor desde nuestra alma sexual, desde nuestro pensamiento más interior. Un ánima es una fantasía seductora, una afrodita desnuda que nos espera en nuestros deseos. ¿Y hay que pasar por caja por ellas? Coñe. Yo no sabía esto.

Luego están para explicarnos esto, los más raricos, los que dicen que las ánimas son almas en pena que han salido del cuerpo a la hora de morir..., pero que como brotan de repente, de forma brusca, sin haberse preparado para ello, se quedan perdidas. Y claro, no encuentran su camino de ascensión controlada y se quedan vagando por la tierra entre nosotros, buscando la salida final. Necesitan encontrar la luz que se las lleve al cielo o al infierno, y mientras tanto están por aquí jodiéndonos, en cuanto nos ponemos con la güija a llamarlas.

En cualquiera de los dos casos, jodo, no me queda nada claro para qué es necesario darles limosnas a las ánimas, si...: o son pensamientos sensuales o almas perdidas buscando la salida. ¿Y por qué tienen que ser las iglesias católicas las que recojan las monedas que les damos a estas ánimas perdidas? 

Más que contarles un cuento, me lo he contado yo a mí mismo. O me lo han contado en una iglesia de las de pedir para las ánimas.

Cinco asquerosas formas de pensar

Los rastros imperceptibles de quien camina sobre las arenas de la vida sorteando el hundirse, nos importan muy poco.

Cualquier pequeño viento borrará pronto las huellas, y así ya no tendremos que preocuparnos de su sufrimiento.

Todo el desierto volverá a ser callado, quieto, en la paz de la nada, pues ya nadie nos molestará con sus necesidades.

Los que necesitan ayuda son muy ruidosos, molestan con sus quejidos, rompen el silencio de los muertes en vida. 

Ya nos hemos ido acostumbrando a no querer escucharles. Sabemos que al final o se callan o desaparecen, que es lo mismo.

Por qué no queremos suficiente democracia?

La democracia se compone de varias herramientas imprescindibles. Una de las más importantes es que los partidos políticos sean limpios. Y cuando la basura llena las cloacas, lo que hay que hacer es cerrar para desinfectar y empezar de nuevo.

Pero en España esto no lo tenemos así de claro, auspiciado además por la inmensa capacidad de los ciudadanos en olvidar o relativizar todo. No siempre la culpa es de lo que se saltan las normas. Muchas veces es de los vigilantes o de los que no saben elegir a los vigilantes.

Tan importante en democracia es quien gobierna, como quien hace de oposición con un poder determinado y una rasmia a prueba de todo. Si quien tiene que vigilar es débil, pantuflo, comprado, somnoliento o con ganas de ir pasando los sueldos, la democracia se debilita. Pero parecemos no aprender. Por eso repito tantas veces lo mismo.

Todxs tenemos que edificar cada día la democracia. Todos somos importantes para saber elegir y exigir. Pero muchas veces preferimos los caramelos que nos ofrecen los que quieren adormilarnos. No se trata de romper ventanas, sino de saber exigir con calma pero con la contundencia debida. 

4.1.17

Uno. Número de personas necesarias para cambiar el mundo

Si, para cambiar el mundo te necesitamos, te necesitas, te necesitan. Tú..., eres todo lo que resulta necesario para cambiar el mundo. Inténtalo.

Es cierto que es mucho más fácil cambiar el mundo para mal desde una sola persona. Tenemos ejemplos todos los años de imbéciles que cambian el mundo negativamente por la acción de una persona. Casi siempre para combatir sus errores se necesitan muchas más personas. 

Pero conocemos casos donde una sola persona logra grandes objetivos.  Una sola persona. ¿Te apuntas?